_ ¿Qué quieres decir con que lo sabes?
_ Te he visto con él, he regresado hace un mes.
_ ¿Cómo?
_ Sí, volví al Pazo ya hace un mes, pensé que vendrías por allí pero hacía tiempo que tú habías dejado de aparecer por aquel lugar, entonces te busqué, te estuve observando y me alegré por ti, tu vida había seguido hacía adelante, no se había alterado ni un poco, aunque tengo que confesarte que me dolió, no creí que pudieses olvidarme tan pronto, tan fácilmente, yo nunca pude hacerlo.
_ ¡Tú no sabes nada de mi vida!, tú no estabas allí, no sabes lo difícil que ha sido para mí comprender que nunca más regresarías, de que nunca más te vería. Me pasé semanas visitando el Pazo esperando tu regreso hasta que me di cuenta de que nunca lo harías, te habías ido y había sido por mi culpa. Mi corazón se rompió en mil pedazos, estaba muerta por dentro, mis notas empezaron a ser pésimas y mis amigos dejaron de hablarme, aunque más bien fue al contrario, gracias que Thelma y Roberto siempre estuvieron a mi lado porque sin ellos estaría perdida. Roberto me ayudó en todo, gracias a él recuperé las buenas notas y las ganas de vivir, ha sido un buen amigo.
_ Los buenos amigos no se besan de esa manera.
De nuevo un calor recorría mis mejillas.
_ Beca, siento todo el daño que te he hecho y me alegra de que tus amigos estuviesen contigo a tu lado, he hecho las cosas a mi manera y me parece que no ha sido una buena idea.
_ ¿y tú, que has hecho durante todo este tiempo?, supongo que has pasado las fiestas como tú querías, con chicas dispuestas a todo.
_ He estado viajando, conociendo otros vampiros y otras maneras de vivir, he estado demasiado tiempo en la oscuridad sin darme cuenta de que la vida seguía avanzando y con ella nuestras costumbres y maneras de comportarnos, conocí a vampiros que convivían con vuestra especie y no tenían problemas. La única regla que seguía intacta era la de que nadie no debería saber nunca lo que nosotros éramos a no ser que pretendiésemos acabar con vuestra vida o la convirtiéramos en nuestra pareja.
_ Yo sé vuestro secreto, ¡oh, has venido por eso!, ¿vas a matarme?
_ Vaya, ni siquiera has contemplado la segunda opción pero no, jamás te haría daño y tampoco te convertiría en lo que yo soy, esta no es una vida que elegiría para ti, sé que he roto todas las reglas pero no me arrepiento y estoy dispuesto a sufrir las consecuencias. El día que yo te conté lo que hacíamos en navidad en tu rostro vi desaprobación, reproche... y me di cuenta que tú nunca podrías aceptar lo que yo era. Intenté cambiar y empecé a alimentarme más de sangre animal que de humana, ya lo había hecho una vez, cuando estuve encerrado, el problema de esa dieta era que necesitaba comer más a menudo y tu presencia no me ayudaba mucho, el olor de tu sangre, el escucharla fluir por todo tu cuerpo, el latido acelerado de tu corazón cada vez que me acercaba a ti, era todo un tormento, necesitaba de toda mi concentración para no hacerte daño. ¡Menos mal que llevaba muchos años controlándola! Si tomase sangre de un humano mis ansias de hambre se calmarían durante un par de meses porque me hace más fuerte y menos vulnerable, pero la sangre animal es otra cosa, te calma pero no sacias de todo el hambre, además necesitas comer más a menudo sobre todo si la chica a la que pretendes impresionar te abraza o intenta besarte sin previo aviso.
_ Lo siento, nunca debí hacerlo.
_ No te sientas culpable por ello, me encantan esos impulsos tuyos pero debí contártelo, lo malo de beber sangre animal es que no puedes penetrar en su mente para no hacerles daño así que terminan muertos, por eso prolongaba mi tiempo para alimentarme. Cuando supe que vendrías a despedirte no tuve tiempo de irme lejos a cazar, sabía que te irías al día siguiente, nunca me alimentaba cerca de donde vivo, solía irme lejos, recorría muchos kilómetros y lo hacía en un paraje aislado, sin gente pero ese día cometí un error, creí que tendría más tiempo pero me equivoqué, además eran unas horas difíciles para la caza y cuando tú llegaste... Verás, cuando nos alimentamos ponemos todos nuestros sentidos en ello, además sacamos nuestro lado más salvaje, más animal y tú apareciste así, ¡oliendo tan bien!, ¡con un corazón acelerado que bombeaba toda aquella sangre que recorría todo tu cuerpo!, y te asustaste y empezaste a correr. Mira, una cosa muy importante que debes saber sobre los vampiros es que nunca debes echar a correr sobre todo cuando estamos comiendo porque intentaran darte caza, cuando una presa intenta huir de nosotros hace salir nuestro lado más salvaje, además de nada te serviría, los únicos que disfrutarían seríamos nosotros, porque nos divierte cazar. Así que en cuestión de segundos yo estaba a tu lado, luchando con mi lado animal para no matarte, ¡no sabes lo difícil que fue para mí aquella tarde! Intentaba pensar en ti, en quién eras, buscaba en mi mente todos los momentos que había pasado contigo para calmarme pero aun así mis deseos de beber tu sangre y matarte no desaparecían, tuve que valerme de todas mis fuerzas para dar media vuelta y huir de allí, alejarme de ti todo lo que pudiese, sabía lo peligroso que era que alguien me descubriese pero en aquellos momentos era lo menos importante. Cuando me hube calmado y alimentado regresé a ti, ya era bien entrada la noche, estabas dormida pero tus sueños eran intranquilos, imaginé que tus pesadillas tenían que ver conmigo, me quedé un rato observándote, luego te dejé aquella carta y me fui. Pensé que era lo más sensato ya que estuve a punto de faltar a mi palabra, lo único que quería era vivir a tu lado, quería comportarme como una persona normal, quería besarte, abrazarte y todo ello sin ponerte en peligro pero fallé. Me fui de viaje y recorrí muchos lugares, dormía poco, a veces pasaba días sin hacerlo, sabía que si dedicaba un minuto a pensar, pensaría en ti y el dolor volvería, así que buscaba maneras de no hacerlo. Me metía en peleas y casi pierdo la cabeza en una de ellas pero tuve suerte y me salvaron de una muerte segura, supongo que estábamos en paz, yo lo salvé a él y él me salvó a mí, se llama Akos y nuestra amistad es un poco difícil de entender. Una semana antes de salvarme de aquella pelea me lo había encontrado, tres vampiros lo tenían acorralado, iban a acabar con su vida, aquellos idiotas pensaron que me estaba uniendo a ellos y eso nos facilitó las cosas para vencerles. A partir de ahí se inició una amistad algo diferente a lo acostumbrado, yo había matado a los de mi misma especie para salvarlo a él y eso nunca había ocurrido, por eso fue muy importante para Akos.
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Qué eres tú? Completa
Teen Fiction"_ ¡Luca por favor, no me mires así!, quería decírtelo pero no podía, yo... _ ¿Qué eres tú? _ Soy yo Beca, mírame sigo siendo yo. _ ¡No!, tú eres, eres, ¡para!, no te acerques a mí ni a Maya porque si lo haces esta vez te mataré y no me temblará la...