capítulo XXXVIII (38)

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Sigue, ya estamos llegando.

_ No.

Me miró y luego me levantó entre sus brazos y me llevó a hombros, yo intentaba mantener mi brazo dañado pegado a mi cuerpo pero a veces resultaba difícil y se movía balanceándose a ambos lados haciendo que el dolor fuese aún mucho mayor, al rato una pared se movió y nos encontramos en otro túnel.

_ ¡No, más túneles no!, ¿pero a dónde nos dirigíamos, a Francia?

Este túnel era distinto ya que tenía focos de luz y el aire era seco y caliente, se escuchaba el traqueteo de los trenes que circulaban a toda velocidad por alguna otra red de túneles y que debían de estar situados a unos pocos metros por encima de nosotros. Al poco rato subimos por unas escaleras y me depositó en el suelo, luego me agarró por el brazo sano y caminamos por un estrecho pasillo apenas iluminado hasta llegar a una gruesa puerta de madera oscura y después de abrirla de nuevo caminamos por una serie de pasillos lúgubres dejando atrás varias puertas, algunas con cadenas. Subimos de nuevo unas escaleras para salir por un lateral de un hall enorme con unas escaleras frontales cubiertas por una alfombra roja y balaustres negros y dorados, las paredes estaban llenas de cuadros de monarcas, llegamos al exterior por otra puerta de color marrón y avanzamos hasta los jardines.

_ ¿Se puede saber en dónde estamos y a dónde me llevas?

Luego miré hacia atrás y reconocí el edificio, yo había pasado por aquí con Thelma, era el palacio de ST. James y estábamos en los jardines con el mismo nombre.

_ ¿Hemos llegado hasta aquí?, ¿cómo?

_ Llevamos siglos circulando por estos túneles y saliendo de edificios que nunca sospecharías, ¿por qué crees que Londres no se suele destruir para volver a construir sino que solemos arreglar para conservar?, se hace así para que sea más difícil descubrir nuestros secretos.

_ ¡Alucinante!, ¿y ahora qué?

_ Te puedes ir, deberías acudir a un médico lo antes posible, estas hecha un desastre, lo único que te pido es que no vuelvas por el local y te agradecería que te marcharas del país, deberías buscarte otro lugar para vivir, si descubren que no te he matado podría tener problemas. Debería borrarte la memoria pero si Diego no lo ha hecho no es asunto mío, solo dile si lo encuentras antes de que lo hagan ellos que estamos en paz, dile que Harry te ha salvado la vida.

_ ¿Qué quieres decir?

_ Que ya no le debo nada, él me ayudó en su momento y ahora yo le salvo la vida a su....lo que seas de Diego.

_ Te equivocas yo no soy importante para él.

_ No lo creo, la última vez que estuve con Diego fue hace unos meses y acabamos peleando con unos vampiros a los que conseguimos matar pero mi ropa y la suya terminaron destrozadas, llevaba tatuado cerca del pecho el nombre de Beca, así que me imagino que serás tú, nadie se tatúa un nombre así como así, sobre todo un vampiro. Le pregunté a quién pertenecía ese nombre pero no me respondió, no sé qué jueguecitos os traéis los dos pero Diego le pertenece a Nadia y ella a él, si de verdad lo quieres debes dejarlo en paz o empeorarás su situación que ya de por si es bastante mala. En nuestro mundo un emparejamiento dura para siempre y para que uno se quiera ver libre del otro tiene que matar a su compañero/a ya que el rechazo, el abandono o cualquier otra cosa es peor que la muerte. Una persona en desunión suele ser humillado y rechazado por el resto de los vampiros y la única solución posible para volver a ser respetado es matando al que fue su pareja. Nadia es muy guapa, joven y lista y se ha acercado a vampiros poderosos creando una alianza, si Diego la obliga a acabar con esa unión tendrá que matarla o al revés, ella a él, porque Nadia no se conformará con ser otra cosa, no ha llegado tan lejos para acabar siendo rechazada. Si la mata algunos vampiros irán a por él y si no lo hace lo matará ella, así que haga lo que haga acabará muerto, si lo quieres de verdad debes renunciar a Diego y obligarlo a que siga con esa unión.

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