capítulo XIX (19)

22 4 0
                                    

Nadie habló, sentía haber arruinado la fiesta pero para mí todo aquello era injusto y aún por encima no podía decirle a Thelma que me llevase de vuelta a casa, ya le había fastidiado la noche bastante, si no fuese porque Miguel nos tenía que llevar de regreso a casa seguro que se habría marchado, ahora él se sentía fuera de lugar y yo mal por decirle todo aquello. Les pedí perdón a mi amiga y a su novio y llamé a Diego para que me recogiese pero salió el buzón de voz. Me senté cerca de Thelma pero lo bastante lejos para no interrumpir sus arrumacos, me sentía incómoda, ojalá Diego escuchase pronto el mensaje y viniese a por mí, creí que sería una velada agradable pero había sido todo un desastre. No me había dado cuenta de que Thelma estaba a mi lado, me ofreció una coca cola, hablamos y le volví a pedir perdón, ella me entendía, si estuviese en mi lugar hubiese hecho lo mismo, ella había sido la primera que me había ofrecido su amistad cuando llegué a este lugar y nuevamente lo volvía a hacer, me preguntó si quería que saliésemos el domingo los cuatro juntos, Diego, yo y ellos dos, me volví a abrazar a ella y le dije que me encantaría. De todos ellos, Thelma sería la que más iba a extrañar, algunos de los chicos sugirieron bañarse y chicos y chicas corrieron hacia el agua, Roberto fue el primero que regresó a la orilla, cogió una toalla y empezó a secarse, luego se sentó a mi lado.

_ Lo siento mucho.

_ ¿ Que sientes, que yo esté aquí o que te comportaras como un idiota?

_ Está bien me lo merezco.

_ No, lo que te mereces es una buena paliza.

_ Vale, pues pégame si quieres.

Levantó los brazos y se quedó quieto.

_ No te voy a pegar aunque ahora mismo tenga muchas ganas de hacerlo.

_ Me he vuelto a comportar como un gilipollas, antes no era así.

_ No, antes incluso me caías bien pero tranquilo he llamado a Diego, si escuchó mi mensaje vendrá a buscarme.

_ No quiero que te vayas Beca pero si es lo que deseas te puedo llevar yo.

_ ¿Y exponerme a la ira de Andrea?, antes prefiero nadar entre tiburones.

_ Ya te dije que lo mío con Andrea es algo pasajero.

_ Pues explícaselo a ella no a mí.

_ ¿Sabes?, lo que pasa es que cuando estuve en Madrid creí que me darías una oportunidad, ¡había hecho tantos planes para los dos!

_ Ya te he dicho que lo sentía Roberto.

_ Lo sé pero eso no hace que mi corazón me duela menos.

_ ¿ Que puedo hacer yo?, no me gustaría perderte como amigo.

_ Supongo que nada, dejar que pase el tiempo y que termine por asumir que es a otro a quién quieres.

Nos abrazamos, yo era consciente de su cuerpo desnudo y mojado, solamente llevaba un bañador, sentí su aliento en mi oreja y como mi camiseta mojada se pegaba a mi cuerpo.

_ ¡Me hubiese gustado tanto que me dieses una oportunidad!

_ Hola Beca.

Roberto casi acaba tirado en la arena, me solté bruscamente de su abrazo y me levanté enseguida.

_ ¡Diego!, te llamé pero no me cogías el móvil, te dejé un mensaje, ¿por qué no me has llamado?, Akos me dijo, ¿y tú moto, no te he escuchado llegar?

Roberto estaba ya levantado y a mi lado, hubiese deseado que llevase puesto algo más de ropa encima en vez de el bañador y la toalla por el hombro, todos nos estaban observando o eso me parecía a mí, creí que los vampiros no eran celosos pero su comportamiento me hacía pensar lo contrario.

Qué eres tú?  Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora