capítulo XVI (16)

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_ Me gusta.

_ Ven, vamos siéntate aquí a mi lado.

Se había sentado en un sofá de un color tostado pero yo no me moví de mi sitio.

_ ¿Vamos, no me seguirás teniendo miedo después de todo?

_ No, pero he aprendido que contigo es mejor guardar las distancias, ya sabes, no quiero perderte de nuevo.

Se levantó y al momento estaba a mi lado, me cogió la mano y me miró a los ojos.

_ Sé que no lo he hecho bien, para mí todo esto es nuevo, y a pesar de que me cuesta estar a tu lado no quiero apartarme de ti, te amo y quiero devolverte un poco de lo que tú me has dado, un amor sin condiciones, ahora tú eres lo más importante en mi vida. Luego levantó mi mano y la besó, después se acercó un poco más, cogió mi rostro entre sus manos e inclinó la cabeza poco a poco hasta que sus labios atraparon los míos, yo me dejé llevar, aquella sensación era tan maravillosa que el mundo dejó de existir para mí, el beso era cada vez más intenso hasta que Diego apartó sus labios de los míos, seguía abrazándome pero al igual que yo necesitó unos minutos para serenarse, sé que para él era más difícil que para mí y eso me dolía.

_ ¿Estás bien?

_ Sí, solamente necesito unos momentos de concentración.

_ Lo siento.

_ No te disculpes por algo que deseamos los dos, además cada vez me cuesta menos, simplemente tenemos que practicar más.

Se dio la vuelta y se encaminó hacia la torre de discos, cogió uno y lo puso en el reproductor de música.

_ Hola Akos.

Me giré y su amigo estaba apoyado contra la pared, ni siquiera lo había oído llegar, ¿ había visto nuestro beso?

_ Me preguntaba si necesitabais algo.

_ No, estamos bien gracias.

_ ¡Oh, es tardísimo, mis padres me van a matar!

_ Espera, te acompaño.

_ ¿Quieres acompañarme?

_ Ya es hora de que nos vean juntos.

_ No sé si estoy preparada para contestar a sus preguntas, necesito algo de tiempo.

Me marché dejando a Diego y Akos en el lugar, cuando llegué a casa suspiré, mis padres aún no habían llegado, miré el móvil, se había quedado sin batería, me fui en busca del cargador y cuando estaba enchufándolo escuché el sonido del teléfono fijo en la otra habitación. Eran mis padres, me habían llamado y como no cogí el teléfono llamaron a Thelma, le dijo que no estaba con ella, les expliqué que mi móvil se había quedado sin batería y se me había olvidado cargarlo, y que no había escuchado el teléfono de casa porque me había quedado dormida mientras leía un libro, no sabía si me habían creído o no pero era la única explicación que podía darles por el momento. Me habían llamado para que no hiciese planes esta noche ya que ellos iban a salir con unos amigos y necesitaban que me quedase con Marcos, no había problema, no pensaba salir de todos modos. Cuando colgué miré mi móvil, tenía seis llamadas de Thelma y unos cuantos mensajes, me preguntaba dónde estaba, que le había llamado mi madre y que esta noche había fiesta, Hugo estaba de vuelta en casa, solamente se quedaría un par de semanas luego se iría para Madrid, quería prepararlo todo para la vuelta a las clases. La llamé para decirle que no podía que debía cuidar de mi hermano pero que lo saludase de mi parte. Tenía otra llamada, era de Roberto, tal vez para decirme lo de su primo así que no lo llamé. Después de que mis padres se hubiesen ido y nosotros cenáramos pizza, Marcos se fue para cama, estaba demasiado cansado para ver la tele. Me hubiese gustado llamar a Diego para decirle que se pasase por mi casa pero no quería estropear las cosas y que huyese de nuevo, esta vez hablaba de tener una relación, en la de no escondernos y eso me daba un poco de miedo, además me había dicho que me amaba y eso era genial. Eran cerca de las dos de la madrugada cuando regresaron mis padres y un rato después me quedé dormida. A la mañana siguiente me levanté súper alegre porque tenía la esperanza de pasar toda la tarde con Diego pero cuando mis padres me dijeron que íbamos a pasar todo el día fuera fue como si me cayese el mundo encima, intenté convencerlos de que podía quedarme sola en casa que era mayorcita pero no hubo manera así que acabé en el coche de mal humor y dirigiéndonos a una comida campestre con los vecinos. A la primera que vi fue a Thelma y eso me alegró un poco, al cabo de un rato apareció Roberto y Hugo, aún no había tenido ocasión de verlo desde que regresara de Madrid así que fui a saludarlo, hablamos un rato y cuando me despedía de ellos Roberto me preguntó si podía hablar conmigo, caminamos en dirección contraria al grupo.

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