capítulo XLIX (49)

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_ ¿Es eso lo que quiere Luca?

_ No se trata de lo que deseamos nosotros, es lo que debemos hacer Beca.

_ ¿Luca está enamorado de ella?

_ Eso no importa, su grado de compatibilidad es de más de un ochenta por ciento y eso hace que su gestación probablemente sea un éxito.

_ ¿Y qué pasa con el amor?

_ El amor no tiene nada que ver con esto, aquí se trata de que nuestra especie no desaparezca.

_ ¿Cómo se puede tener un hijo en común si no hay amor?, ¿ que le pueden ofrecer?

_ Me imaginaba que no lo ibas a entender, yo lo único que trato de decirte Beca es que mi hermano nunca podrá darte lo que tú necesitas, una vida juntos, sois muy distintos, no debes enamorarte de él y si lo has hecho deberías alejarte de Luca, no quiero que sufras por él. Es mi hermano y lo quiero mucho pero he visto como destrozaba los corazones de muchas chicas como tú, y no es que me importase mucho, sé que él tiene sus necesidades y que a pesar de todo sabe tratar a una mujer pero tú, tú eres distinta, eres especial, eres mi amiga aunque sé que eso está mal pero sé dónde están mis límites. Cuando hablo con él me dice que solo te trata como yo se lo había pedido aunque no me lo creo.

_ Maya, Luca te quiere mucho y haría cualquier cosa por ti, ya lo has visto, estoy segura que si me trata de esa manera es por ti y si le llegases a pedir que se alejase de mí también lo haría.

_ ¿Es eso lo que quieres Beca?

Hace unos días tal vez pero ahora ya no estaba muy segura, me quedé en silencio sin saber que responder.

_Venga Beca es tarde, vayamos a dormir.

Me dirigí con ella a su habitación ya que allí tenía todas mis cosas pero me dio el candelabro y me dijo que me acostase en la cama de Luca, que estaría más cómoda que si no había vuelto, ya no lo haría hasta la madrugada. Las sábanas de lino al igual que la manta de lana olían a él, no me saqué la ropa y me acurruqué entre las sábanas ya que el frio nocturno se colaba entre las ventanas y hacían bailar las cortinas, no sé a qué hora me quedé dormida pero me despertó un pequeño ruido en mi habitación, al abrir los ojos me encontré con otros hermosamente grises.

_ ¡Luca!

_ Shhhhsss, Maya sigue durmiendo, por cierto deberías cerrar las ventanas con las contras si no quieres amanecer con alguna sorpresa, cuando llegué la habitación estaba helada.

_ Me había fijado en que las ventanas carecían de cristales pero no había visto sí tenía unas contraventanas, ¿cuándo has llegado?

_ Hace un par de horas.

_ ¿Y has estado todo el tiempo aquí?, lo siento Maya me dijo que no volverías hasta el amanecer pero ahora mismo me levanto y te dejo dormir.

_ Tranquila no tengo sueño y tampoco estoy cansado, ¿ qué tal con Maya?

_ Bien, me alegró verla, gracias, hemos estado hablando de ti.

_ ¿De mí?

Yo evitaba mirarle a la cara, Luca se acercó y se sentó a un lado de la cama, luego acercó su mano hasta mi rostro e hizo que yo lo mirase a los ojos.

_ Si, ella me ha dicho algunas cosas.

_ ¿Qué cosas?

_ Que tienes una chica compatible a ti para... no quiero hablar de ello.

De nuevo me acosté y escondí mi cabeza entre la manta, Luca con suavidad volvió a destaparme, luego me miró profundamente.

_ Si no estás muy cansada me gustaría que vinieras conmigo, debemos hablar, quiero explicarte.

Qué eres tú?  Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora