POV NARRADOR
-Estén atentos- ordenó Bocón mientras bajaban del barco y revisaban el caído Berk –Odín- se lamentó después de ver a lo que había sido reducida la isla, del grandioso Berk, ya solo quedaba un páramo inerte y desolado.
-Traigan todo lo que sea útil, revisen todos los almacenes- gritaba en orden Spitelout mientras todos los hombres revisaban de un lado al otro tratando de rescatar todo lo posible –Oye Bocón- llamó al herrero mientras se agachaba al ver montículos de cenizas y maderas quemadas en forma de improvisadas tumbas –Hipo seguramente estuvo aquí-
-Al menos me alivia saber que esta con vida- respondió en calma el herrero poniéndose a trabajar también.
Desde la obscuridad del bosque un viajero errante vigilaba aquel atraco a la isla, cuando su catalejo se dirigió al que al parecer era el líder de la redada no pudo evitar sonreír
-Bocón- murmuró aliviada al ver a su viejo amigo, una parte de ella quiso acercarse y saludarlo, hacía más de 20 años que no lo veía, pero al final, decidió que aquello era más malo que bueno.
Se armó de valor y comenzó a desaparecer entre el bosque hasta su oculto campamento, quitó su máscara y se sentó a reposar.
Hipo estaba bien, Bocón también y al parecer llevaba las riendas, una presión en su pecho se apoderó de ella, ¿en dónde estaba Estoico?, su primer y único amor, poco sabía de la guerra, nada de la rubia que acompañaba al Maestro Dragón cuando vinieron, ni por que los dragones habían desaparecido, incluyendo el suyo, pero si sabía que Estoico de estar vivo, estaría ahí, dejó derramar una lagrima al deducir la historia, su esposo ya no estaba con vida.
***
-Entonces... si son dos cabezas y dos cerebros, eso los hace dos dragones- insistiá Brutacio
-Sin embargo hermano Bruto, la definición de ser vivo es que es un organismo de alta complejidad que nace, crece, alcanza la capacidad para reproducirse y muere- decía señalando al dedo con su dedo índice –pero no se establece que solamente puedan tener un solo cerebro, ergo Eructo y Guacara son un solo dragón con dos cerebros-
-Debimos dejarlos en la Orilla- se quejó en un murmuro Astrid mientras Hipo reía
Volando hacia los rincones más escondidos del norte, poco a poco los paisajes hermosos eran sustituidos por tenebrosos parajes abandonados. Durante todo el viaje Brutacio y Brutilda discutieron respecto a si Eructo y Guacara era solo un dragón o dos, el resto de los dragones sin jinete seguían decididos al furia nocturna, mientras tanto, Hipo y Astrid se regalaban de repente sonrisas discretas, de repente solo miraban al frente y ambos se preguntaban que procedía ahora que ambos se confesaron sus sentimientos.
Astrid confiaba en Hipo, tanto o más que en ella misma, pero estaba aterrada a que cuando supiera su secreto se alejara de ella.
Hipo estaba confundido, nunca le había interesado tener una relación con alguien, ni siquiera creía en eso, pero con Astrid era diferente, y le molestaba encontrarse en una situación de la que no entendía nada, irónicamente, vencer a Naddod parecía más fácil que su situación con la ojiazul.
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LA ESPADA Y EL HACHA
FanfictionUna apuesta divina, el bien y el mal jugando sus mejores movimientos, una diosa dispuesta a equilibrar la balanza. El corazón se fue de Berk cuando tuvo que elegir entre su amigo o su pueblo, el alma nunca tuvo elección. Pero el destino es sabio y...