Una apuesta divina, el bien y el mal jugando sus mejores movimientos, una diosa dispuesta a equilibrar la balanza.
El corazón se fue de Berk cuando tuvo que elegir entre su amigo o su pueblo, el alma nunca tuvo elección.
Pero el destino es sabio y...
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POV ASTRID
Viento, la ventana abriéndose por las ráfagas de viento se encargaron de despertarme, para no dejar la costumbre, sé que soy una de las primeras en despertar en Berk, amo las mañanas por su serenidad y calma pero hoy, las cosas serán muy diferentes, esta mañana será todo menos calma y serena.
Cuando abrí los ojos, me acurruqué todo lo que pude a él, llevé mi mano a su frente, sin fiebre, repasé cada una de sus pecas antes de llegar a la cicatriz bajo sus labios, ya no son fríos poco a poco recobran la calidez con la que solía besarme.
-Pronto terminará esto- le murmuré antes de besar su mandíbula y convencerme de que debía levantarme ya.
Me levanté de la cama, tomé un baño rápido, me vestí, hice una pequeña trenza que adornaba mi cabello suelto, coloqué mi kransen y suspiré una vez más al verme en el espejo, todo en su lugar, hombreras pulidas, pechera y guantes bien colocados, guardé un par de cabellos que se me escapaban tras de mi oreja, y me preparé mentalmente para el día tan importante que nos esperaba hoy en Berk.
Saludé a Inga cuando esta tocó y la dejé entrar en la cabaña junto a Gothi y Cubeta que cuidarán de Hipo mientras no esté.
Justo al salir, levanté mi vista, ahí estaba Estoico mirando al horizonte, estaba tan nervioso como yo por lo que estaba a punto de pasar, pero ambos lo sabíamos, ya no había vuelta atrás.
Levanté mí vista un poco más justo cuando sonó el cuerno de alarma, llegó la hora, una flota de barcos apareció en el horizonte, barcos de todos los tamaños, formas y colores que distinguían en cada uno de sus estandartes los clanes y tribus que nos acompañarían este amanecer, ejércitos más grandes o pequeños, pero que se unían al llamado de sus jefes que hace días estaban aquí cuidando de Hipo.
Minutos después, con la llegada de una flota de velas negras y con una calavera de insignia Alvin nos anunció su llegada.
POV ESTOICO
Pocas veces se había visto una reunión de tal magnitud en Berk, o en el archipiélago entero, solo quedamos seis de los clanes originales, el resto cayó y se disolvió con el ataque de Naddod y quienes aún se resistían se unieron a la caza de la valkiria.
El padre de mi padre le contó la historia de las valkirias a la espera de su llegada, mi padre me la contó a mí, pero nunca me preparó para esta complicada realidad.
Los enemigos nos volveremos aliados, desconocidos se preparan para luchar al unísono por la vida del otro, y el fuego del que tanto huimos por siglos será ahora nuestro protector, que Odín nos guie.
-Jefe- escuché a Bocón hablar a mi lado –el Gran Salón está listo-
-La verdadera pregunta es si ¿nosotros estamos listos para esto?- le dije haciéndolo reír irónicamente
-Creo que ya no tenemos tiempo de cuestionarnos eso- me dijo burlón, me limité a sonreír de lado hasta que escuchamos la tabla de desembarco del primer navío de velas negras.
