POV NARRADOR
Astrid se abrazaba de Hipo y se recargó en su espalda conforme volaban, al fin estaba en su hogar, en donde fuera que estuviera él.
Hipo no hablaba, tenía una batalla interna contra la cual no podía luchar solo podía tenerla cerca, escuchar su respiración y conmocionarse por el pequeño beso que le dio a su hombro, ni un solo gramo del amor que sentía por ella se había ido.
Envuelto en su propia tormenta palmeó a su dragón haciendo que Chimuelo aterrizara en una montaña solitaria haciendo que Astrid lo mirara confundida. Cuando Chimuelo llegó al suelo, Hipo no se bajó, no hizo nada...
-¿Hipo?- preguntó Astrid, sin respuesta ni movimiento del castaño ella respiró profundo y entrelazó sus manos con las de él ignorando el dolor que sentía en la palma herida –sé que estas molesto por que me fui- le susurraba al oído –no me voy a excusar por no haberte avisado, pero fue algo del momento, no tuve más alternativas-
-¿A dónde quieres que te lleve?- le preguntó con un tono seco y frío confundiendo a la ojiazul
-¿Qué?, Hipo... ¿Qué pasa?-
-¿Volverás a la Orilla?- le dijo aun mirando al frente sin que ninguno de los dos se moviera de Chimuelo, Astrid resopló
-Claro- le dijo completamente confundida por la actitud de Hipo, Hipo asintió y comenzó a sentir en su mano cierta humedad se agachó un poco y vio pequeños rastros de sangre.
Sin decir nada, se bajó del Chimuelo dejando a Astrid arriba y sujetó su mano herida, con la delicadeza con la que solo podía tocar a la ojiazul comenzó a quitar el vendaje improvisado y lo dejó de lado. Tomó de la mochila de su dragón una venda real y una cantimplora con agua y lavo su herida.
-Hipo háblame, por favor- le suplicó la ojiazul -Hipo-
-No creo que necesite sutura, pero mantenla limpia- Astrid negó mordiendo sus labios conteniendo una lagrima, Hipo vendó la mano y subió de nuevo a Chimuelo, Astrid apenas se sostuvo casi con miedo de tocarlo y comenzaron el regreso a casa.
En todo el camino, un silencio sepulcral fue la banda sonora del recorrido hacia el archipiélago, nunca había conocido a ese Hipo tan frío tan dolorosamente serio. Cuando sobrevolaron la Orilla, Astrid tragó saliva cuando vio una plataforma vacía y llena de escombros en donde solía estar su cabaña, Hipo apretó sus puños y cerró los ojos cuando cayó en cuenta de lo que el había hecho.
-AAAAAAAASTRIIID- escuchó el grito de Heather en cuando aterrizaron en la pista de aterrizaje antes de que fuera atacada por un brutal abrazo de grupo de todos los miembros de la Orilla
-Siguen sin gustarme los abrazos- se quejó con una sonrisa recibiendo el abrazo de todos –TORMENTA- dijo al ver a su Nadder llegar a ella recibiendo todas y cada una de las muestras de cariño de una contenta dragona. Hipo sin decir una palabra más se retiró a su cabaña.
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LA ESPADA Y EL HACHA
FanfictionUna apuesta divina, el bien y el mal jugando sus mejores movimientos, una diosa dispuesta a equilibrar la balanza. El corazón se fue de Berk cuando tuvo que elegir entre su amigo o su pueblo, el alma nunca tuvo elección. Pero el destino es sabio y...