Una apuesta divina, el bien y el mal jugando sus mejores movimientos, una diosa dispuesta a equilibrar la balanza.
El corazón se fue de Berk cuando tuvo que elegir entre su amigo o su pueblo, el alma nunca tuvo elección.
Pero el destino es sabio y...
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POV NARRADOR
El ataque había comenzado, las catapultas y los cañones de los poderosos navíos de Naddod lastimaban Berk desde una posición muy segura, eso al menos antes de que un Furia Nocturna comenzara su ataque en respuesta y con fuerza y precisión acababa con las embarcaciones.
En el muelle y en las orillas estratégicas, los Berkianos esperaban listos para el combate si alguna nave lograba desembarcar mientras las catapultas de Berk respondían en menor medida.
En el silencio de la orilla sur en la zona subterránea, un grupo elite encabezado por Einar se trasladaba hacia las entrañas de Berk, Finn lo sabía todo de ese lugar, conocía el sitio exacto en el que guardaban el libro. Uno grupo mas salió de las profundidades y comenzó a emboscar a los de Berk, quienes sorprendidos por aquel ataque comenzaron a pelear apenas pudiendo responder, el pequeño grupo de Einar continuaba su andar hasta el punto señalado por Finn, la cabaña de una anciana que apenas pudo enterarse de lo que paso cuando cayó inconsciente.
Sin respeto a lo sagrado y a lo necesario de aquella cabaña la destruyeron en busca de aquel artefacto, pero no había nada
-LEVANTEN CADA ROCA DE ESTA MALDITA ISLA SI ES NECESARIO- ordenó molesto Einar, tenía que regresar con ese libro si o si a Naddod.
***
Cuando Hipo se percató que la lucha en realidad no estaba en el mar si no en el corazón del pueblo se dio cuenta de la emboscada, sobre voló tratando de medir el costo humano de esto, Berk estaba cayendo uno a uno rápidamente.
-Debemos irnos- dijo Heather al notar lo superados que estaban
-No, no nos retiramos, es nuestra gente- se negó Hipo al aterrizar
-Hermano... si no nos vamos, nadie quedará para hacerle frente a Naddod- replicó Dagur
-Concuerdo Hipo- dijo Patapez quien ya corría buscando una embarcación
-Váyanse ustedes entonces- les dijo frío el chico mientras volvía a montar en Chimuelo
-AAAAAAAAAAAA- gritaba Patán corriendo cuando dos soldados de Naddod lo perseguían, rápidamente Chimuelo lanzó una bola de plasma que los derribo –gracias una pierna- dijo pasando corriendo de largo –quítate gordo- le dijo a Patapez mientras lo empujaba y subía rápidamente a la embarcación que el chico ya había comenzado a preparar. Los otros tres lo siguieron y esperaron a ver si alguien más llegaba, después de unos minutos, salieron de ahí
-Hermano seguiremos a favor de la marea... si sales vivo...-
-Lo sé- le respondió Hipo a Dagur, él no estaba dispuesto a huir.
***
-Están atacando Berk- dijo Astrid entrando a la cueva
