POV Narrador
-Están aquí- expresó el centinela al jefe de la Tribu Wesster
-¿noticias de Naddod?- contestó el sereno y siempre tranquilo Ossur
-Los mercaderes que regresan del norte afirman haber visto a las embarcaciones a un día de aquí- el jefe asintió y comenzó a caminar al puerto a recibir a la última tribu que faltaba.
-Siempre es un gusto recibirte- le dijo extendiendo su mano que fue recibida por la fuerte mano de Estoico, jefe de la Tribu de Berk
-Ossur- le dijo correspondiendo su saludo y comenzando a caminar a su lado –esta reunión será interesante en definitiva- le dijo en su tono poco alegre y cansado que hacía unos 10 años había adquirido.
-Vaya que lo será- dijo en contraste divertido Ossur pensando en todo lo que implicaba esta reunión
-¿Tu amigo?- preguntó Estoico por aquel que hacía años trataba con los mercaderes del Norte.
-Llegará- respondió el jefe anfitrión, poco más joven que Estoico, más bajo que este también, sus cabellos negros y largos, sus ojos color miel, su piel con menos arrugas de las que debería y su cuerpo conservado eran símbolo de su relajada actitud hacia la vida. Ossur era de entre todos los clanes el jefe más amigable y bromista que había, casi solo igualado por su fiel compañero y jefe de la tribu Meathead, Mogadon.
Las tribus del Norte eran las dedicadas al comercio, todos los grandes y respetados mercaderes habían crecido en estos terrenos.
-Sigo sin poder entender cómo es que se aliaron con un traidor- reprochó el gran Estoico, mientras continuaba caminando a lado del otro entre los puestos que se habían instalado en la isla, siendo mercaderes por supuesto que aprovecharían la oportunidad de tratar de vender algo a los visitantes.
-Es un buen tipo, amigable, justo en sus tratos, buen jugador de Mazas y Garras, y tiene un dragón que te puede matar con un escupitajo...- se burlaba Ossur –además, con el nido destruido cortesía del muchacho tienes que admitir que a todos nos ha ido mucho mejor- le recordaba al aún renuente de aquella alianza Estoico.
-Sigue sin gustarme- refunfuñó
Aún con el nido destruido, que era el encargado de generar las redadas y ataques a los pueblos por parte de los dragones, gracias a la intervención de este famoso muchacho se habían detenido, en realidad, los clanes estaban divididos entre aceptarlo o no.
Por un lado habían clanes que no solo lo admiraban, sino que creían que la paz entre dragones y hombres era posible, pero habían otros, entre ellos Berk, que se negaban a aceptar tal cambio de mentalidad, para ellos los dragones eran las mismas bestias sin alma y salvajes con las que habían luchado por siglos.
Sin embargo, con una amenaza tan grande como aquella a la que se enfrentaban necesitaban toda la ayuda posible, y si eso incluía a un jinete de dragón y a un pueblo lejano, así lo harían.
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LA ESPADA Y EL HACHA
FanfictionUna apuesta divina, el bien y el mal jugando sus mejores movimientos, una diosa dispuesta a equilibrar la balanza. El corazón se fue de Berk cuando tuvo que elegir entre su amigo o su pueblo, el alma nunca tuvo elección. Pero el destino es sabio y...