CAP. 18 EL INICIO DE LA ACEPTACIÓN

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POV NARRADOR

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POV NARRADOR

-Espero que al menos haya valido la pena- dijo Patapez liberando espacio en la Casa Club para que Hipo se sentara

-Completamente- le dijo Hipo acomodándose en el lugar y quitándose la armadura –la información que conseguimos es oro-

-Bueno... la camisa- le ordenó Patapez, Hipo miró hacia arriba y se deshizo de la última prenda que cubría su torso

Un chiflido salió del fondo de la Casa Club mientras Hipo ponía los ojos en blanco, Astrid se sonrojaba, Heather trataba de desviar la mirada espiando por el rabillo del ojo, Brutilda lo miraba incómodamente atenta, Patán giraba los ojos y Dagur y Brutacio lo analizaban

-Podríamos trabajar un poco más los músculos del abdomen... un par de abdominales al día lo arreglaría-

-No no, no queremos demasiada masa muscular, en su complexión no se vería bien- le respondió Brutacio a Dagur mientras los dos hacían muecas de pensar –creo que tiene el equilibrio perfecto-

-Pero algo aun no me convence-

-¿Faltan pelos en pecho?- sugirió Brutacio

-Nope, el estilo lampiño le va bien... aaaa ya se, postura- dijo aplaudiendo y acercándose a Hipo poniendo una mano en su espala y otra en su frente obligándolo a sentarse derecho

-Aaaa- se quejó mal humorado Hipo –no puedo sentarme derecho por que la herida me duele idiota-

-Lo siento hermano... Patapez sigue con lo tuyo- le dijo despreocupado Dagur

-Quiero entender ¿por que todos tenemos que estar aquí?- dijo Patán con los ojos en blanco

-Por qué... en caso de emergencia, es necesario que al menos sepan suturar a un compañero o a ustedes mismos- les explicó Hipo mientras hacia una mueca cuando Patapez puso un bloque pequeño de hielo en su espalda

-Pueden adormecer la zona con hielo para que la sutura no sea tan dolorosa... ¿Heather podrías alcanzarme el agua hirviendo?- ella asintió y tomó el cubo que contenía dicho líquido, acto seguido Patapez limpió con un trapo la herida –recuerden tener muy limpia el área, esterilicen con esa agua igual la aguja y el hilo también... ¿listo?-

-Cuando quieras- le dijo Hipo, ya había pasado por varias suturas en su vida, sabía lo dolorosas que eran

Cerró los ojos y frunció el ceño cuando la aguja atravesó su piel por primera vez, y emitió una mueca mordiendo sus labios cuando el segundo pinchazo llegó. Listo para un tercero cerró con más fuerza los ojos, pero los abrió de repente cuando sintió la calidez de una mano sosteniendo la de él, volteo a verla y la ojiazul le regaló una sonrisa correspondida por él.

Aferrado a su mano, soportaba valientemente el dolor de cada punto. Patán se tapaba los ojos casi al borde del desmayo, mientras los gemelos y Dagur observaban emocionados y curiosos y Astrid y Heather estaban atentas escuchando cada instrucción de Patapez

LA ESPADA Y EL HACHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora