POV NARRADOR
La noche había pasado muy rápido, cenizas quedaban en algunas aldeas, pocos habían permanecido fieles a los clanes y la elección de sus jefes.
Incluso Berk respiraba en soledad.
Bjorg llegó al hombro de Estoico y colocó su mano sobre él, juntos veían con pesar la realidad que la noche anterior les había dejado, Berk... estaba solo.
En la marea cercana a la Orilla del Dragón, navíos comenzaban a cargar sus cañones, y en la parte superior, ballestas con flechas envenenadas eran colocadas.
Krogan vigilaba sobre las nubes junto a sus voladores a la marea que destructiva avanzaba al único sitio seguro del archipiélago.
La Orilla, aquel lugar que protegió al maestro dragón, que refugió de Naddod a los errantes de Berk, aquel hermoso sitio que cuidó hasta que le fue posible el secreto más sagrado del archipiélago, que hoy, dormía tranquilo, desconociendo lo que pasaba a su alrededor... aquel lugar, después de que el sol saliera ... caería.
-Mmmm... si así esperas que me despierte, no creo que obtengas los resultados esperados- murmuró con voz ronca el castaño aun con los ojos cerrados tumbado boca abajo en aquella cama mientras sentía suaves caricias sobre su espalda desnuda cortesía de aquella que sonrío y besó su hombro.
-Buenos días dormilón... hora de despertar...-
-¡EL MAPA!- recordó el castaño abriendo los ojos de repente y levantándose –lo había olvidado-
-¿Hipo Haddock olvidándose de algo relacionado con dragones y una misión suicida?- lo molestó mientras este colocaba sus pantalones y prótesis, Hipo sonrió de lado se acercó a aquella que cubría su cuerpo con no más que una manta, tomó su barbilla y se apoderó de sus labios sin tregua ni piedad.
-Una rubia molesta me distrae de mis obligaciones- murmuró sobre sus labios
-Y puedo distraerlo un poco más...- lo retó mordiendo su labio inferior
-Mmmm... no lo creo, soy un tipo muy obstinado-
-Bien... si eso desea el Maestro Dragón- murmuró la chica quitando el improvisado nudo de la manta que la protegía –no lo distraigo más-
Hipo sonrío de lado, tomó el cuello de la chica y la llevó a recostarse sobre la cama, ella encantada y victoriosa siguió el camino sugerido por el ojiverde. Consiente, efectivo y dispuesto, el chico comenzó a recorrer suavemente el cuerpo de la chica con su mano derecha, mientras que con su mano izquierda la atraía a él y se encargaba de consumir cada uno de sus suspiros a base de besos.
Llevó lentamente su mano por su costado derecho se detuvo en su pelvis y lentamente le avisaba que el rumbo la haría suspirar aún más.
El cuerpo de la chica se estremecía simplemente por reconocer aquel aviso... hasta que su mano se detuvo dolorosamente y sus labios se despegaron de los de ella.
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LA ESPADA Y EL HACHA
FanfictionUna apuesta divina, el bien y el mal jugando sus mejores movimientos, una diosa dispuesta a equilibrar la balanza. El corazón se fue de Berk cuando tuvo que elegir entre su amigo o su pueblo, el alma nunca tuvo elección. Pero el destino es sabio y...