CAP 15. SIN ABSOLUCIÓN

1K 94 253
                                    

POV NARRADOR

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

POV NARRADOR

La noche había pasado muy rápido, cenizas quedaban en algunas aldeas, pocos habían permanecido fieles a los clanes y la elección de sus jefes.

Incluso Berk respiraba en soledad.

Bjorg llegó al hombro de Estoico y colocó su mano sobre él, juntos veían con pesar la realidad que la noche anterior les había dejado, Berk... estaba solo.

En la marea cercana a la Orilla del Dragón, navíos comenzaban a cargar sus cañones, y en la parte superior, ballestas con flechas envenenadas eran colocadas.

Krogan vigilaba sobre las nubes junto a sus voladores a la marea que destructiva avanzaba al único sitio seguro del archipiélago.

La Orilla, aquel lugar que protegió al maestro dragón, que refugió de Naddod a los errantes de Berk, aquel hermoso sitio que cuidó hasta que le fue posible el secreto más sagrado del archipiélago, que hoy, dormía tranquilo, desconociendo lo que pasaba a su alrededor... aquel lugar, después de que el sol saliera ... caería.

-Mmmm... si así esperas que me despierte, no creo que obtengas los resultados esperados- murmuró con voz ronca el castaño aun con los ojos cerrados tumbado boca abajo en aquella cama mientras sentía suaves caricias sobre su espalda desnuda cortesía de aquella que sonrío y besó su hombro.

-Buenos días dormilón... hora de despertar...-

-¡EL MAPA!- recordó el castaño abriendo los ojos de repente y levantándose –lo había olvidado-

-¿Hipo Haddock olvidándose de algo relacionado con dragones y una misión suicida?- lo molestó mientras este colocaba sus pantalones y prótesis, Hipo sonrió de lado se acercó a aquella que cubría su cuerpo con no más que una manta, tomó su barbilla y se apoderó de sus labios sin tregua ni piedad.

-Una rubia molesta me distrae de mis obligaciones- murmuró sobre sus labios

-Y puedo distraerlo un poco más...- lo retó mordiendo su labio inferior

-Mmmm... no lo creo, soy un tipo muy obstinado-

-Bien... si eso desea el Maestro Dragón- murmuró la chica quitando el improvisado nudo de la manta que la protegía –no lo distraigo más-

Hipo sonrío de lado, tomó el cuello de la chica y la llevó a recostarse sobre la cama, ella encantada y victoriosa siguió el camino sugerido por el ojiverde. Consiente, efectivo y dispuesto, el chico comenzó a recorrer suavemente el cuerpo de la chica con su mano derecha, mientras que con su mano izquierda la atraía a él y se encargaba de consumir cada uno de sus suspiros a base de besos.

Llevó lentamente su mano por su costado derecho se detuvo en su pelvis y lentamente le avisaba que el rumbo la haría suspirar aún más.

El cuerpo de la chica se estremecía simplemente por reconocer aquel aviso... hasta que su mano se detuvo dolorosamente y sus labios se despegaron de los de ella.

LA ESPADA Y EL HACHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora