CAP 24. ALMA DESTERRADA

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POV NARRADOR

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POV NARRADOR

-¿Nervioso?- se burló Dagur mientras aquella isla se hacía presente

-¿Yo?... para nada- se quejó Moggadon con una pequeña bandera blanca en su mano –esto es solo para estar seguro- Bocón solo puso los ojos en blanco –y aquí estamos-

-Oculta a tu dragón muchacho- le pidió a Dagur –no se si ellos aun cacen dragones-

-Yo creo que no...- murmuró Moggadon –Aaaaa...-

-Hola, buenas tardes- saludó Dagur con una sonrisa cuando vieron el muelle a docenas de hombres, mal vestidos y definitivamente mal humorados esperándo a que desembarcaran

-Que Thor nos bendiga- murmuró Bocón al bajar del barco mientras todos los hombres los miraban con atención

No los atacaban, conocían a los tres hombres, más que bien pero no dejaban de ser intrusos en una muy bien cuidada isla.

-Rueguen que al menos, si no los bendice... que los deje vivos- escucharon la voz del Gran Jefe caminar entre la gente -¿Qué demonios quieren aquí?-

-ALVIN VIEJO AMIGO- gritó Dagur caminando hacia él pero se detuvo en cuanto se encontró la mirada fría del jefe de los marginados -¿viejo conocido?... ¿joooven conocido?... ¿conocido?-

-Alvin- lo saludó Bocón acercándose a él tranquilo –necesitamos hablar-

Alvin lo miró con recelo, pero de entre todos, aún guardaba un poco de respeto por el herrero de Berk y un antiguo amigo así que asintió y comenzó a caminar dándole la espalda invitándolo a seguir con él.

-¿Debemos ir?- le murmuró Dagur a Moggadon

-¿Quieres quedarte aquí solo?- preguntó mirando alrededor a los hombres que aún los miraban

-No, la verdad no- respondió quitándole su banderita blanca para ahora tenerla él y caminaron detrás de los otros dos.

***

Einar permanecía sentado tomando un tarro de algo llamado hidromiel, nunca lo había probado y debía admitir que mal no le sabía, igual que poco le molestaba estar ahí, extrañaba su pueblo, la formalidad y la tranquilidad de él, pero debía admitir que por primera vez, entendía por qué Astrid prefería estar ahí.

-A un lado- gritaron los gemelos haciéndolo recorrer un lugar en la banca al hombre y colocando un tablero de Mazas y Garras en el centro, enseguida Patapez y Patán se sentaron en sus respectivos lugares.

-Ya verás Patas perdedoras de Pez... me vas a besar el trasero en solo cuatro movimientos- Patapez alzó la ceja arrogante –bueno, en 5...6... TE VOY A GANAR Y YA-

-Vamos a ver...- lo retó tronando sus dedos mientras Heather miraba y la gente en el Gran Salón se reunía a verlos jugar

Einar los miró curioso –estamos al borde de una guerra... ¿enserio se ponen a jugar?-

-Peeermiteme explicarte- le dijo tranquilo Tacio –el tiempo fluye sin que nos dé un quehacer para alejar nuestras mentes de una complicada realidad aunado a que el orgullo de estos dos paladines está en juego por en un combate sin precedentes por demostrar quien perdurará más en una guerra mental, de estrategia y sobre todo por el magnífico premio de ser el afortunado emancipado de las limpiezas de los hábitats de nuestros amigos alados por una quincena cuando nuestro hogar sea reconstruido desde las cenizas, si es que así nuestro querido y agonizante líder lo decide- Einar lo miró confundido

-Estamos aburridos, y Patán y Patapez están apostando quien limpia los establos de los dragones cuando reconstruyamos la orilla- le tradujo con los ojos en blanco Brutilda –ahora, chico recién llegado... presta atención-

Einar negó, pero por extraño que parezca se rindió a esa gente y por un momento, se olvidó de ser un soldado y solo fue un ser humano.

***

-Los escucho- les dijo Alvin sentándose al frente y cruzando sus brazos incitándolos a hablar.

-El archipiélago corre peligro, y te necesitamos en la batalla-

-Naddod quiere venganza por los clanes ¿Por qué los ayudaría a confrontarlos?-

-No se trata de Naddod- intervino Dagur –él está de nuestro lado- Alvin miró confundido a Bocón quien confirmó con un gesto las palabras de Dagur

-No tiene ni comparativa ni explicación lo que estamos enfrentando, y necesitamos ayuda, toda la posible... es el archipiélago por el que jugamos...-

-¿El archipiélago?-

-Todos estamos en riesgo...- Alvin talló su barbilla dos segundos analizando aquello

-Así que los rumores son ciertos... la valkiria ha llegado a nuestras tierras- Bocón respiró profundo y asintió -¿quieren mi ayuda para cazarla?... jah... estoy fuera, deje de aspirar al poder hace mucho-

-No queremos cazarla- refutó Dagur –queremos protegerla- la atención de Alvin se hizo más grande

-Entonces... ustedes, el imbécil que se acostó con mi ahora difunta esposa, el maldito que cerró mis rutas de mercado cuando tomó el puesto y se robó a mi segundo al mando y él que nunca me defendió cuando me expulsaron de Berk, esperan que me una a una batalla que no me corresponde, para defender a alguien que no me interesa por un archipiélago que todo lo que ha hecho ha sido darme la espalda...-

-Dicho así no tiene sentido- se quejó Dagur tronando la lengua –en mi defensa Salvaje ni es tan buen conversador, si quieres te lo regreso-

-Yo... no sabía que era tu esposa... o tus barcos hasta después...- se defendió Moggadon –y la segunda vez estaba tan ebrio que se me olvidó-

-¿HUBO UNA SEGUNDA VEZ?-

-Nooo- trató de disimular mientras Dagur se golpeaba contra la mesa y ondeaba la banderita blanca 

-Como sea...- intervino Bocón

-Tengo respeto a ti Bocón, pero no pidas que olvide que cuando Estoico me expulsó de Berk, tú fuiste el primero en apoyarlo-

-Quisiste dar un golpe de estado-

-No, Mildew quiso dar un golpe de estado, yo solo fui su chivo expiatorio... pero nunca me dieron la oportunidad de defenderme- le reprochó –dejaron al anciano en su granja y a mí en una nave para que me perdiera en el mar- Bocón cerró los ojos, Alvin siempre tuvo razón, pero cuando describieron a Mildew, ya Alvin había tomado el trono como el Jefe de los Marginados.

-Lo siento...-

- Si este archipiélago se va al diablo me da igual, merecido lo tenemos la mayoría de nosotros... No tengo ni un solo motivo para ayudarlos...-

-¿Acto de buena fe?-

-¿PIDES BUENA FE? ¿TU?- le reclamó poniéndose de pie molesto y ofendido y Dagur ondeaba con mas fuerza la bandera blanca 

-Trataron de matar al Maestro Dragón- al fin dijo Moggadon, Alvin se detuvo en seco y lo miró sorprendido, Moggadon compartió su mirada y asintió

-¿Qué pinta ese bastardo en la historia?-

-Siéntate... tengo una larga historia que contarte...-

***

Cuando los tres enviados partieron al muelle después de unas horas su andar era diferente, era seguro, extrañamente complacido y un poco aliviado.

Ambos subieron guiados por Alvin quien solo asintió quedándose en la costa.

-Cuento contigo... cuando regreses a Berk, solo agradecimiento y esperanza podrás encontrar-

Alvin asintió dejando ir al navío.

-¿Señor?- preguntó uno de sus marginados

-Prepárense todos... es hora de luchar- 

LA ESPADA Y EL HACHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora