Una apuesta divina, el bien y el mal jugando sus mejores movimientos, una diosa dispuesta a equilibrar la balanza.
El corazón se fue de Berk cuando tuvo que elegir entre su amigo o su pueblo, el alma nunca tuvo elección.
Pero el destino es sabio y...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
+18... Todo el capítulo... sáltatelo si quieres... madres el lemmon más largo que he escrito¡¡¡
POV ASTRID
¿Por qué me era tan sencillo hablar con él?... desde las cosas más íntimas que me darían pena hablar con cualquiera, cosas románticas y ridículas que me harían poner los ojos en blanco si los escucho de la boca de otros, y conceptos que me asustan como esa cosa a la que llaman "matrimonio", con Hipo todo era simple, incluso el silencio era simple, habíamos pasado otro rato, disfrutando del cielo, del sonido del mar, de la comodidad de este lugar de nosotros al fin solos.
Sentada, protegida por sus piernas y brazos era simplemente reconfortante, alcé y giré un poco mi cabeza y llevé mi mano a su mejilla atrayéndolo a un dulce y bien correspondido beso, pero yo quería un poco más y mordí su labio inferior sugiriéndole mis obvias intenciones pero el permiso fue denegado cuando Hipo dibujó una sonrisa divertida y se separó de mi rostro unos milímetros, mi molestia por tal doloroso acto se esfumó cuando sentí sus manos comenzar a recorrer la piel desnuda de mis muslos levantando mi camisón lenta pero decididamente –no me tientes Hofferson... por que no me voy a detener- me advirtió acercándose y alejándose de mis labios retándome a besarlo, pero yo negué esta vez, ¿quería jugar?... jugaremos
-Maestro Dragón, su poca voluntad es decepcionante...- comencé a molestarlo inclinando mi cabeza para recargarla en su pecho, desnudo para mi gracia, y comencé a besar suavemente su cuello –creí que usted tendría la tenacidad de besar a una dama sin llegar más lejos que eso- le retaba entre besos
-No cuando se trata de esta dama- me respondió apenas mientras sus manos subían y se adentraban más a donde él quería que fueran, cuando un ligero roce por la parte interna de mis muslos se roba un suspiro de mi boca pude verlo sonreír victorioso, está claro que lo hizo con completo albedrío y en desquite por tal derrota de mi parte muerdo suavemente su cuello haciéndolo ahora a el exhalar complacido víctima de boca.
Su revancha fue amarga, cuando mis muslos fueron abandonados y el simplemente abrazó mi cintura. Quería que me tocara de nuevo y él lo sabía, quería de hecho mucho más y sus ojos mirándome mientras me apropiaba de su cuello aún con más desesperación me dejaban saber que estaba consciente de eso, pero Hipo, este tipo es el rey del autocontrol... pero para su mala fortuna, yo no tolero perder.
Lo podía sentir, en su respiración, en el latir de su corazón, en la forma de apretar su abrazo cada vez que un nuevo beso le era otorgado mientras iba de su clavícula, al cuello, mandíbula y detrás de su oreja, entonces llevé mi boca a mi objetivo final la de él, decidido giró su rostro dando por hecho mi invitación pero esta vez la que alejó el rostro fui yo, el entrecerró los ojos pero no se alejó –tu turno- lo reté alejándome un poco más sin mirarlo, comprendiendo mi orden, lentamente colocó mi cabello en un hombro dejando el lado derecho de mi cuello descubierto y a su total merced, un nuevo suspiro se apropió de mi esta vez cuando él fue quien se apoderó suavemente de mi cuello
