POV NARRADOR
La tormenta crecía cada momento más, un trueno despertó a la hacía un rato dormida rubia, se giró sobre si misma buscando a su compañero hasta que notó que aquel lado estaba vacío.
Se visitó, se colocó una capa y tomó otra antes de salir y correr hacía la herrería tratando de no mojarse
-¿Astrid?- preguntó cuando la vio entrar acercándose a ella
-Hola- se burló la chica –traje tu capa-
-Mi niña- le dijo suspirando acomodando el cabello húmedo de la chica hacia atrás -no tenías, aquí ni siquiera se siente el frío... ven- la llamó acercándola al encendido horno sentándola en un pequeño banquito y el hincándose a su frente, Astrid miró al suelo hasta que las manos sobre su mejilla del castaño la hicieron mirarlo
-¿Ya controlas el fuego jinete?- preguntó curiosa la chica
-El fuego no es problema... es mi especialidad- le recordó poniéndose de pie y acercándose al escritorio –el espacio es mi verdadero némesis-
-Por qué una espada normal es muy básica para el Maestro de los Dragones- se burló la chica
-Tengo cierta tendencia por lo complicado- le recordó sin dejar de verla –quítate la capa- le ordenó
-¿Por qué habría de obedecerte?... ¿algún plan en mente?- le retó sin moverse, pero fue Hipo quien se movió hacia ella de regreso, sin decirle nada, colocó una mano en su cuello y con la gentiliza del más agradable caballero pero la seguridad y decisión del mas determinado guerrero la hizo ponerse de pie y se acercó a su oído.
-Si mis planes no fueran auténticamente inocentes, yo mismo te la quitaría- le murmuró haciendo a la ojiazul respirar acelerado
-Hazlo entonces- lo retó con auténtico valor la chica, Hipo, inexpresivo, calculador y frio caminó hacia atrás y cerró la puerta de la herrería colocando la viga de seguridad. Sin dejar de verla ni decirle nada, se acercó una vez más a ella y agonizantemente lento desabrochó la capa de la chica dejándola caer al suelo.
+18 👀
Acercó su rostro hacia el de ella prometiendo apoderarse de sus labios, pero a traición se alejó de ellos haciendo a la chica respirar aún más profundo suplicando por aire, pero aquello solo era el comienzo, lento, sin prisa ni pista, recorrió el pecho y torso de la abrumada chica con su mano y sin aviso quitó su blusa, esta vez sin hombreras que le añadieran un paso al trabajo del castaño, permitieron a su falda caer rápidamente.
Sujetó su cintura y la hizo girar sobre sí dejando su espalda a su completa disposición, la abrazó por detrás y acomodó su cabello en su hombro izquierdo, Astrid estiró su cuello invitando a sus labios a invadirlo, pero él no lo hizo a conciencia, en respuesta se volvió a acercar a su oído, causándole escalofríos víctima de su propia excitación.
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LA ESPADA Y EL HACHA
FanficUna apuesta divina, el bien y el mal jugando sus mejores movimientos, una diosa dispuesta a equilibrar la balanza. El corazón se fue de Berk cuando tuvo que elegir entre su amigo o su pueblo, el alma nunca tuvo elección. Pero el destino es sabio y...