Una apuesta divina, el bien y el mal jugando sus mejores movimientos, una diosa dispuesta a equilibrar la balanza.
El corazón se fue de Berk cuando tuvo que elegir entre su amigo o su pueblo, el alma nunca tuvo elección.
Pero el destino es sabio y...
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POV NARRADOR
Después de un rato, al fin la sal había contrarrestado el efecto, en la parte baja del navío, Astrid descansaba envuelta en una manta y hojeando un libro recargada en Chimuelo, mientras los gemelos hasta el otro lado de la embarcación yacían presos del final de su energía, la ojiazul no pudo evitar concentrar su mirada en el castaño y embriagarse de ternura al verlo con paciencia cuidar de los chicos.
-Veo la muerte venir- se quejaba Brutacio mientras recibía tragos de agua dulce que Hipo le ofrecía
-Yo ya estoy muerta, solo que mi cuerpo no lo sabe-
-Están cansados por toda la energía que gastaron, solo duerman y mañana estarán como nuevos- les dijo acomodando la manta de ambos y asegurándose de que cerraran los ojos para dormir
-Gracias Hipi- murmuró Brutacio cuando Hipo se fue. El castaño asintió y se dirigio hacia su rubia, Astrid levantó el torso un poco para permitir a Hipo sentarse recargado en Chimuelo y envolverla con sus piernas y brazos para después acomodarse en su pecho.
-¿Mi libro de dibujo?- preguntó cuándo notó que era lo que Astrid hojeaba con tanta atención
-Estaba en la mochila de Chimuelo... eres buen dibujante- admitió la ojiazul pasando de una a hoja a otra
-Nah, solo soy un novato que tenía mucho tiempo libre- le dijo recorriendo su brazo con suaves caricias una y otra vez y aprisionando su cintura con la otra mano para sentirla lo más cerca a el.
En la comodidad del silencio y de ellos mismos, Astrid recorría los dibujos de Hipo hasta que se detuvo en uno en específico, sintió su corazón acelerarse y su sangre correr más rápido en sus venas
-Hipo ¿Qué esto?- peguntó señalando el dibujo –también lo vi hace mucho en uno de los dibujos de tu habitación- le confesó aterrada por que el supiera su significado
-Es el símbolo de la Valkiria... es parte de un mito muy antiguo en el archipiélago- Astrid agachó la mirada y permaneció en silencio tratando de detener su corazón
-¿Por qué lo dibujas tanto?...- le preguntó nerviosa
-Es una historia extraña- le confesó con completa tranquilidad –aún era muy niño, vivía de hecho en Berk, acabé con mi día en la armería y cuando llegué a casa, en mi habitación estaba una hoja doblada, cuando la abrí estaba el símbolo de la Valkiria y unas runas que no comprendía pero que eran muy parecidas a las runas con las que escribía Gothi, nuestra vieja curandera, lógicamente mi curiosidad se apoderó de mí y fui con Bocón a que lo tradujera-
-¿Qué decía?- preguntó curiosa y asustada la chica
-Destino- soltó sin más –nunca entendí como llegó a mí, quizá era el mensaje para alguien más y fue erróneo... pero el símbolo es hermoso así que suelo dibujarlo, ¿conoces el mito de la valkiria?- le preguntó curioso y Astrid detuvo un respiro en sus pulmones
