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-No hagas esto, John.

Se colocó su chaqueta de cuero y miró a su hermana.-Tengo que hacerlo.

-¿Volver a lo mismo de antes? ¿Seguir volviendo a William?

-¿Conoces la historia de nuestros padres?-Sonrió un poco.-A veces debes seguir intentando hasta que resulta por muy doloroso o estúpido que sea. Sé que piensas que iré con él y todo será como antes, pero no esta vez, Zara, han pasado 5 meses, 5 meses en que aprendimos a estar sin el otro, tú lo viste, William sólo era importante para mí cuando lo tenía cerca, si no estaba cerca, no existía, pude ser feliz sin él, al igual que él sin mí, esta vez es distinto.

Zara se rió.-Distinto.

-Si. Te prometo que estará todo bien. Si algo anda mal, lo voy a hablar con él, quiero que esta vez nuestra amistad esté bien.

-El problema aquí, es que tú no lo quieres como un amigo.

-No, pero de amor nadie muere, además sólo es un gusto, Zara. No estoy enamorado de él, así que sobreviviré.-Se acercó a su hermana, tomó sus manos, sabía lo preocupada que estaba ella por él.-Si todo anda mal o no me gusta como van las cosas, me alejaré y seguiremos como estábamos hace unos días. ¿Correcto?

-¿Lo prometes?

-Por supuesto, es una promesa.

-Bien, ve con él.

Le dio un beso en la frente, tomó sus llaves y su billetera.-Nos vemos.-Salió del departamento para tomar el ascensor, sus manos sudaban, correcto, esta sería la primera vez que estarían los dos solos desde lo que sucedió en el cementerio aunque aquella vez no hablaron nada muy personal y al llegar a su departamento, sólo se secaron y tomaron café para luego irse a dormir, era ahora cuando vería si había alguna oportunidad de estar cerca, pero no sabía si era una buena opción, no cuando aún sentía algo que sabía que nunca sería correspondido y... Salió de sus pensamientos cuando la puerta del ascensor se abrió, salió de el.

-Correcto.-Abrió la puerta de la salida encontrándose con William de espaldas a él.-Oye.-El pelinegro se giró al oír su voz aunque notó que ya sabía que estaba afuera.-Entonces, ¿A dónde vamos?

William ladeó su cabeza un poco.-Tengo una idea, pero es un poco loca y no sé si quieras hacerla.

-¿Qué es?-Caminó más cerca de él.-Dime.

-Escapemos.

-¿Qué? ¿Escapar?

-Si. Escapemos al fin del mundo, John.-William lo miró entusiasmado.-Quizá ahí, tú y yo podamos estar bien sin que nadie nos quiera ver separados y sin que yo arruine las cosas.

-¿Dónde es el fin del mundo?

-Sólo sígueme.

-Te seguiré.

*************

-¿Qué hacemos aquí?

William lo miró.-Una vez me dijiste que querías conocer el lugar donde vivió tu padre, donde se crió, conocer cada lugar en el que estuvo y si, sé que dije que escaparíamos hasta el fin del mundo, pero recordé esto. Bienvenido a Brooklyn, John.

-Wow.

-Lo sé.

-¿Aquí es donde mi padre se crió con mi tío Steve?

-Si.-El pelinegro se colocó atrás suyo y ambos miraron los edificios, el cielo cada vez más oscuro, era normal ya eran alrededor de la 8 de la tarde.-Perdón por haber demorado tanto en traerte aquí, pero siempre quise que fuera especial y luego simplemente nunca pasó, pero aquí estamos hoy.

-Aquí estamos.-Giró su cabeza, sus ojos se encontraron con los de William, había un brillo en ellos, un brillo que indicada que estaba feliz, sonrió, ese brillo debería estar siempre en el menor.-Gracias por traerme aquí aún cuando demoráramos tanto en venir.

-Todo a su tiempo, John.-William estiró su mano.-¿Vamos?

Miró la mano estirada dudando de tomarla, pero luego de unos segundos lo hizo.-¿A dónde vamos, William?

-Ya verás.-El pelinegro comenzó a caminar por la calle sin tomar en cuenta algunas miradas hacia ellos, miradas de confusión, algunas de disgusto, otras con alegría, pero aún así William no tomó atención a ello.-Aquí.-Entraron a un callejón, el menor pareció buscar algo con la mirada hasta que se acercó hasta la escalera para escapar en caso de incendio.-Subamos.

-¿Qué? No, William.

-¿Dónde está la aventura en esto, John?-Lo miró y soltó su mano.-Te espero arriba.

Giró su mirada, miró hacia la calle, luego hacia arriba notando que William ya estaba en la azotea, se mordió el labio, si, tenía nervios, no sabía si por la situación, si por estar con el menor solos, de lo que podría suceder, sólo se estaba consumiendo en nervios, suspiró y comenzó a subir la escalera tratando de tener cuidado.

Una vez arriba se encontró con una imagen realmente bella, William estaba parado en la orilla del edificio, sus brazos estirados sobre su cabeza, su cabeza inclinada un poco hacia atrás, el viento meciendo sus rizos y una leve sonrisa en sus labios, era simplemente hermoso, siempre había admirado la belleza que tenía el menor, pero ahora todo esto era aún más fuerte, ahora con lo que sentía por él era más consciente de cada detalle por muy insignificante que fuera no podía no recordarlo, no podía evitar que el aliento le faltara. William le hacía perder el aliento con sólo existir y eso era realmente abrumador.

-¿No piensas acercarte?

La pregunta lo trajo a la realidad, William lo miraba curioso, realmente rogó porque sus pensamientos no fueran tan obvios, no quería oír como el otro sabía todo lo que pensaba de él.-Si, si.

-Bien, entonces ven.-William no dijo nada más y desvió otra vez su mirada hacia la ciudad.

Se acercó a él, sus cuerpos separados por unos cuantos centímetros, pero ninguno hizo un ademan por acercarse, los dos sólo miraban la ciudad.-Esto es hermoso ¿No crees?

-Lo es. Antes cuando tenía unos 14 o 15, salía a caminar por toda la ciudad, me escapaba de casa y si, me drogaba, luego subía a la azotea de cualquier edificio, tan sólo para contemplar esta vista.-William sonrió un poco.-Era algo que me gustaba hacer, no porque me drogara, si no que por un momento al ver la ciudad, ver a las personas caminando por la calle, ver los autos pasar, es como si el tiempo se detuviera, es como si tú no formaras parte de todo ello, se sentía bien. Yo sólo era un observador de la vida y nada más.

-¿Por qué no lo seguiste haciendo?

William se cruzó de brazos.-La primera sobredosis.

-¿Qué pasó con eso?

-Con eso, mis padres se enteraron de la forma que conseguía la droga, sabían que si salía solo era probable que siguiera comprando y consumiendo, así que fui puesto en vigilancia junto a Chris, desde ese momento mis padres nos vigilaban demasiado, donde íbamos, con quien, a que hora llegábamos, siempre debíamos estar informándoselos.-El pelinegro miró al cielo, admiró el perfil del menor. ¿Cómo podía no tener nada malo? Su rostro era perfecto.-Sé que lo hacían para que nada malo pasara, pero Chris no debió pasar por eso, él no tenía que ver con mis errores.

-Dijiste que no fueron algo que no supieras que iba a suceder.

-Oh, sí. Lo recuerdas.

-¿Por qué, William? ¿Por qué eres de esta manera?

El pelinegro se sentó en el suelo y apuntó el suelo esperando que él también se sentara, cosa que hizo.-Quiero ser honesto contigo, John. En la familia hay... nadie me conoce, mis padres saben algunas cosas, Chris sabe otras, quizá la persona que más me conoce es Harley, pero nadie sabe todo de mí. Quiero que seas el primero en saber cosas que sólo he guardado, así que pregunta.

-¿Me puedes prometer que vas a responder todo con honestidad?

-Si, John.-William asintió.-Te lo prometo, seré lo más honesto que quieras. 

"We" (Chat Avengers 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora