Capítulo 20. Entre las sombras.

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Algunas veces no vemos en nuestro interior, que hay mucho más valor que lo que imaginamos. Que esa persona puede resultar llegar a ser mucho más inconmensurable de lo que imaginabas. Algunas veces me gustaría imaginarme en un mundo totalmente ficticio, en donde esa persona con gran valor, te diga que está bien tener miedo, que está bien llorar, y que está bien de vez en cuando querer tirarlo todo a la basura.

Pese a que la familia de Nate aún me mira con desconfianza, estoy segura de que las cosas van por buen camino, no espero ganarme su confianza en un día y que al día siguiente todo marche como si fuéramos grandes amigos. Pero sí espero que pueda adaptarme a la familia con rapidez.

Reconozco que no fui del todo transparente con ellos, utilicé mucho mi actitud de «chica perfecta» que me inculcaron mis padres para quedar bien con quien sea, pero también puedo notar que en esta familia hay un detalle en particular.

Es difícil descifrarlos

Su mirada es tan fría que me cuesta decir qué pudieron haber pensado de mí, y aunque estoy casi segura de que no confían del todo en mí, podría asegurar que son mucho más transparentes que mis padres. Lo que en parte me asusta, puesto que no sé qué pensar al respecto, podría llegar incluso a pensar que son mejores aparentando de lo que imaginé.

Aunque a Nate se le ve feliz, puedo notar que ellos no lo están tanto con mi existencia. Hasta el momento no he recibido llamadas ni mensajes de Nate, lo que no me preocupa tanto por el hecho de que ha estado activo en sus redes las últimas horas.

Así que no le presto importancia

—Mia, infórmale a tus padres que para mañana tendremos el viaje a Rumania para visitar el Monasterio de Cârţa en Transilvania—frunzo el ceño ¿Por qué un viaje justo en una semana de competencia?

—Creí que dejaríamos los viajes hasta el final de la temporada—la instructora se saca las gafas de lectura para a continuación arquear una ceja en aburrimiento en mi dirección.

—Y lo siguen estando. Pero este viaje es importante porque necesito que aprendan antes de llevar a cabo cierto proyecto—arqueo una ceja.

—¿Pero por qué Transilvania? Y más un monasterio...—la directora me manda a callar con un gesto en su mano.

—Deja de hablar un momento por favor—asiento tragando con fuerza mientras desvío la mirada al suelo—Escucha, tengo treinta días para entrenarlas antes de las nacionales, si pierdo esta competencia es mi fin y el de ustedes, pero si ya bastante debo presionarlas con las nacionales ahora debo hacerlo más con el proyecto que tengo en mente y es por eso que necesito este viaje. ¿Vas a decírselo a tus padres o te piensas escapar? Si es la segunda dímelo de una vez, porque no quiero tener que hacerme cargo de nadie ¿Les vas a decir o no?—dejo salir un suspiro cargado de estrés y nervios.

Espero que me dejen ir

—Se los informaré—la instructora me detiene nuevamente.

—Necesito que para el martes que entra, te presentes como «Asmodeus» ante unos jueces que vendrán a California para dar audiciones de becas en grandes academias—frunzo el ceño con mi boca ligeramente abierta—Carrie presentará la rutina «Estrella» y las demás los solos más recientes en las últimas semanas—me quedo estupefacta con escucharla decir eso.

¿Repetir de nuevo el papel de Asmodeo?

—¿Debo de hacer otra vez ese papel para la audición?—esta vez la instructora Cambridge se pasa ambas manos por el rostro antes de responder.

—Si quieres conseguir una beca en una de las mejores academias de baile a nivel nacional, debes hacerlo. O si quieres quedarte haciendo pasos de niñas de segundo grado, está bien, no hay problema y así retiro tu inscripción—abro mis ojos espantada.

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