Capítulo 27. «El último canto de los ruiseñores».

88 10 0
                                    

Todo pasó tan rápido, ahora me encuentro tras bastidores a punto de realizar la rutina que podría conseguirme un lugar en las nacionales o acabar con mi carrera de bailarina. Lo que representa la muerte segura por parte de mis padres. En esta semana sólo he podido pensar en una cosa, —aparte de no equivocarme en la coreografía las veces que ensayé—, he pensado en un chico.

Logan me ha quitado el sueño desde que lo vi hace una semana, con Nate no he podido disfrutar mucho de nuestras salidas gracias a que no paro de pensar en el castaño. Su simple mirada me pone nerviosa y eso que sólo lo vi en una ocasión, o mejor dicho, le hablé, porque de verlo no he dejado, no paro de mirarlo cuando puedo en los pasillos o en el mismo salón de clases.

Y no sé por qué es hasta ahora que noto su presencia, ya Tandy me había hablado de él pero nunca mostré interés absoluto en su persona. No sé qué me está pasando, pero lo que sea que se trate, debo concentrarme en el ahora, en que estoy a punto de salir a un escenario para conseguirme el  lugar más importante de la temporada, o morir en el intento.

Por esta ocasión, —al ser la última semana antes de ir a las nacionales—, como es costumbre, la instructora Cambridge nos dió un solo a cada una para ver si somos merecedoras de un puesto en las nacionales. A Carrie le dió el género lírico junto a Bella y Jin, a Angela, y Maya, el género acrobático, mientras que a Lazy, a Penélope y a mí, nos dió el género contemporáneo.

Competir con ellas no es el problema. El problema es que la instructora me presionó demasiado esta semana montando en mi coreografía toda una serie de pasos que podría asegurar, hacen de esta la coreografía más larga que yo haya protagonizado.

Titulada «El último canto de los Ruiseñores» la historia trata acerca de una chica que fue secuestrada poco después de haber salido de su casa a caminar por el bosque. Durante el transcurso de la coreografía se narra todo tipo de atrocidades que la chica tiene que pasar a diario desde que fue una víctima más de la trata de personas.

Desde prostitución hasta maltrato físico y abuso sexual por parte de quienes la han capturado. Aunque su trasfondo deja un mensaje doloroso y profundo, siento que es algo que no se toma lo suficiente en serio y se deja pasar así como si fuera un tema de olvidar y ya. La instructora Cambridge dijo que soy la indicada para este papel y no Carrie por lo que en mis expresiones faciales suele ver destellos de tristeza que nadie más del equipo tiene.

Y sólo puedo pensar: ¿Cómo no estarlo? Tengo que fingir todo el tiempo que soy falsa, que me gusta lo que a otros les gusta y que soy feliz siendo tal y como soy cuando por dentro en realidad me siento una escoria.

He visto muchas rutinas buenas hasta ahora y comienzo a sentir pánico. Quisiera poder escapar justo ahora pero si lo hago me enfrento ante dos bestias para mi destino final y no quisiera tener que luchar con ello ahora. Cierro mis ojos, exhalo fuertemente y pongo la mente en blanco, me mantengo así unos minutos repasando dicha rutina cuando escucho la voz del presentador anunciar mi rutina.

—Y con ustedes la rutina número ciento catorce. Denle un aplauso a Hidalgo Mia en su presentación, «El último canto de los Ruiseñores»—los aplausos resuenan por todo el auditorio cuando las luces se encienden y entro al escenario moviéndome con gracia por éste.

Adopto mi primera posición en el suelo encorvada con mis manos abrazando mis rodillas y balanceándome de atrás hacia adelante dándole la espalda al público cuando la música comienza.

Cierro lacónicamente mis ojos neutralizando los latidos de mi corazón mientras me repito a mí misma que soy una ganadora.

Éste, es mi momento.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Narrador omnisciente

La música sonó, el público, gimió, las personas esperaban con ansias lo que iba a hacer la adolescente que no se movía en lo absoluto. Cuchicheos comenzaron a hacerse presentes, murmullos y chismes como: «debió olvidar la rutina» y otras, interrogantes como: «¿Por qué no se mueve?». Pero Mia les sorprendió cuando se levantó del suelo sin voltear, ejecutó un chassé, seguido de un entrechat quatre para proseguir con un sissone y detenerse en seco para voltear y mirar al público.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora