—¿Por qué siempre caminas tan misteriosa, seria y malhumorada? Quita esa carita de bulldog a punto de abrirme la yugular chica—bromea Nate mientras caminamos juntos por el parque.
—Te sorprendería saber que mis padres me han hecho convertirme en alguien sin sentimientos, en una persona vacía y sin emociones a flote—me encojo de hombros bajando la mirada.
Después de todo la dichosa escapada no resultó ser tan mala como pensé, y aunque probablemente me asesinen mis padres, los maestros y la instructora de baile, sé que no me arrepentiré de pasar la tarde con Nate, porque pese a ser un imbécil con sus bromas, es muy divertido pasar el tiempo con él y...
Me atrae
—Sólo las buenas personas saben ver lo que de verdad hay en ti. Apuesto a que tus padres en algún momento se darán cuenta de que lo que están haciendo está mal—esbozo una irónica sonrisa.
Sí, claro, y de seguro amo bailar
—Además, no creo que seas nada de lo que me dices, que sí eres un poco enojona para ser muy linda—ruedo los ojos.
¿Otra vez con ese intento de coqueteo?
—Deja de buscar coquetearme así, sólo me haces rabiar—el chico alza los brazos en alto con una burlona sonrisa—¿Quieres dejar de mirarme? Me haces pensar que tienes alguna especie de anomalía—dejo salir una pequeña risa con mi propio chiste, en cambio Nate permanece mirándome con ternura en sus ojos y un brillo que nunca había visto antes.
Creo que estoy incomodándome
—Es que no puedo dejar de mirarte... simplemente no puedo...—murmura en un tono ronco y bajo.
—Por favor no hagas eso...—murmuro cuando quiere acercarse a mí y lo detengo con mi mano a centímetros de mi rostro.
—¿Qué tengo que hacer para que me des un sí?—lo miro esbozar una divertida, juguetona y burlona sonrisa.
—No lo sé... ¿Puede que conocerte mejor tal vez? No quiero pasar por esto, así que no... no lo intentes más ¿Sí?—el muchacho asiente en un suspiro debilitando un poco su sonrisa, mas para cuando me toma de las manos y deposita un beso en ellas, me sonríe a mayores en muestra de diversión.
—No voy a darme por vencido hasta que estés conmigo princesa. No pienso permitir que alguien más te tenga primor—frunzo el ceño antes de darle una cachetada y escucharlo reír.
—No soy tu objeto de diversión ni lo pienso ser—sin previo aviso y consentimiento me roba un beso, ganándose como respuesta que le golpee en el hombro alejándolo lo más que puedo de mí—Y no te atrevas a hacer eso de nuevo—mascullo entre dientes.
—Soy capaz de verte como alguien más que un método de diversión princesa. No sólo tu belleza es capaz de embelesarme, sino tu manera de ser conmigo, no eres tonta y eso me gusta—me relajo en mi lugar descruzándome de brazos para ahora posicionar mis manos sobre las caderas mientras me paro frente a él para mirarle fijamente a sus ojos marinos.
—A veces los sueños pueden convertirse en pesadillas, las ilusiones en esperanzas, y los atajos en laberintos. Cuando menos lo imaginas, puede llegar alguien que cambiará tu vida significativamente, y esa Nathan, no soy yo. Porque aunque veas en mí una posible chica a la cual enamorar y próximamente engatusar, te advierto que no es lo que crees, en el fondo sigo siendo yo, Amelia, y aunque no quieras creerme, no soy lo que puedes llegar a creer—el muchacho rueda los ojos sin darme importancia—Debo regresar a mi casa antes que mis padres me cuelguen delante de todos aquí.
Cuando estoy por retirarme su mano sostiene con suavidad mi muñeca obligándome a detenerme y voltear a verlo. Nate camina cada vez más cerca hasta pararse frente a mí y acariciar mi mejilla con suavidad, permanezco inmóvil sólo dedicándome a disfrutar su calor mientras le miro a los ojos, cuando mi vista baja hacia sus labios y tengo el impulso de besarlos.
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Broken
Narrativa generale[HISTORIA DESTACADA DEL MES DE JULIO EN EL PERFIL OFICIAL DE @FicciónGeneral_ES 1-1-7-19] Tras quedar embarazada y desamparada en una ciudad nueva, Mia afronta los fantasmas de su pasado mientras sale adelante por su hijo de cuatro años, con la ayud...