Broken

Capítulo 55. La luz al final del túnel.

Días habían pasado ya desde aquel incidente con Tandy. Las cosas parecían ir mejorando para nosotros, recibí un aumento en mi sueldo, Gian y yo hemos pasado tiempo juntos con Viviann y Tedd, he recuperado gran parte de mi progreso en el ballet, aunque no he recibido ningún papel protagónico hasta el momento.

Pero está bien, me siento mucho mejor ahora con esta vida que con cualquier otra que haya tenido antes la oportunidad de vivir. Kira ha sido muy amable y transparente conmigo, cosa que le agradezco desde bien. Aunque no seamos muy cercanas o demasiado cálidas entre nosotras, diría que hasta ahora vamos bien.

Posiblemente en un futuro algo lejano seamos amigas.

—Y... aquí es... —sonríe Gian abriendo la puerta principal de la casa oficialmente nuestra.

Al entrar me encuentro una decoración algo colorida para mi gusto pero sin embargo muy bonita. De color amarillo claro no tan fuerte a la vista con algunos cuadros y pinturas en la pared que recibe al corredor de la cocina. Unas escaleras que guían hasta una segunda planta con un barandal cómodo y un alfombrado en él de color morado.

Un pequeño pero precioso candelabro cuelga del techo con velas iluminando parte de la habitación mientras que en una esquina se encuentra lo que parece ser un armario de limpieza, casi que por las escaleras.

En verdad debo reconocerle a Gian que esto es muy lindo.

—¿Te gusta? —inquiere Gian con un leve tinte de nerviosismo mientras me sonríe como un niño queriendo complacer a sus padres con sus notas.

—Es más colorido que todo Portsmouth —respondo arrancándole una risita al castaño que pronto me contagia una sonrisa— Me gusta.

—Me alegra que sea así. ¿Recuerdas que te dije qué querías de regalo de cumpleaños? —arqueo una ceja.

—Eso fue hace un mes —respondo antes de que Gian deje salir una pequeña risita.

—Pues como no pude dártelo en el momento, decidí perfeccionar un poco más mi regalo. Anda, abre esa puerta de ahí —señala la puerta en la que segundos antes mi atención estaba centrada.

Le miro unos cuantos segundos con desconfianza antes de dirigirme hasta la puerta y abrirla para llevarme una sorpresa que me roba el aliento. Un salón completamente vacío y un inmenso espejo con una barra de ballet a unos cuantos pasos, decoran mi vista.

Los amplios ventanales me proporcionan una vista perfecta de las calles frías y del grisáceo de Portsmouth así como de los autos y carreteras que hay allá afuera, un precioso candelabro sutil cuelga del techo y unas zapatillas con un leotardo nuevo se encuentran en una esquina de la habitación a mi espera.

Siento que estoy en las nubes

—Originalmente era un cuarto de música pero... quise aprovecharlo y mandé a cambiar el piso, el espejo fue lo más caro de todo, obtuve algo de ayuda de mis tíos y de Viviann en cuanto a cuotas, pero, con tal de verte esa sonrisa nada me es demasiado —me volteo hasta mirarle y ensanchar mi sonrisa.

Con gran alegría en mis adentros que oculto para que no se haga evidente, me paro de puntillas hasta envolver mis brazos alrededor de su cuello en un abrazo y cierro mis ojos sin abandonar en ningún momento la sonrisa en mis labios.

—Gracias Gian —murmuro sobre su hombro— Por todo, por no abandonarme y ser el único que me apoya en todo.

—Te prometí que así sería. Y ya ves, te dí todo lo que una vez soñaste, tu propio estudio, una casa que puedas decir es tuya, y la certeza de que nunca más tomaré las decisiones por ti —le agradezco con un asentimiento antes de mirar por los ventanales— Oh y, alguien dejó esto en la entrada —me volteo en cuanto escucho esas palabras— Creo que deberías leerlo.