Emma.
¿Por qué todo tenía que pasarme a mí? Estaba odiando a muerte a mi profesor de Derecho Penal. Después de estar todo el cuatrimestre currándome la asignatura, completando apuntes con manuales porque los suyos estaban incompletos y yendo a tutorías no ha sido capaz de ponerme la matrícula. Y es que esa matrícula me aseguraba mi cuarto año de carrera, pero sin ella no sabía de dónde iba a sacar el dinero para pagarme la carrera.
La mirada de Marco penetraba en mí de tal manera que me hacía temblar. Todo tiene solución en esta vida, lo sé, pero las cosas comenzaban a complicarse cada vez más.
-Chicos, la cena ya está... - Nacho apareció por la puerta del jardín, pero al vernos tan serios se acercó a nosotros y me miró preocupado. - ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?
¿Podían dejar de ser todos tan agradables? Desde que había entrado por la puerta no habían dejado de ofrecerme cosas y de preocuparse tanto por mí como por Sophie.
-No, no, de verdad - me levanté cogiendo todas las fuerzas necesarias - Simplemente vamos a pasarlo bien ¿vale?
Todos me miraron sorprendidos por mi cambio de actitud, pero en cuanto me vieron sonreír ellos también lo hicieron.
Fuimos directos al salón y me sorprendió tanto llegar y ver a Sophie ya sentada con los demás niños empezando a cenar. Después de todo lo que pasó comenzó a ser dependiente tanto de mí como de mi padre. No se separaba de nosotros, siempre nos agarraba de la mano e incluso en el parque teníamos que estar a menos de un metro de ella.
La verdad que los niños eran encantadores y el ambiente que se respiraba en la casa era acogedor. Pero ellos no duraron más de 10 minutos en la mesa, en cuanto acabaron sus sándwich salieron disparados a la zona de juegos de la casa de Nacho.
-¿Y cuántos años tiene Sophie? - preguntó Valentina de repente. Estaba en frente de mí, justo al lado de Marco.
-Seis años.
-Vaya, entonces debiste tenerla siendo muy joven ¿no? - Carla comenzó a toser en cuanto escuchó salir esas palabras de la boca de Valentina. Los demás soltaron alguna carcajada.
-Es mi hermana - contesté medio riendo. Marco también se lo tomó a risa, pero Valentina no tanto y decidió contraatacar con algo que realmente me dolió.
-¿Y por qué no se encarga tu madre de ella?
Dejé los cubiertos encima de la mesa y noté la mano de Carla en mi pierna. Pero también vi cómo Marco le daba un pequeño codazo a su novia para que se controlara.
-Porque murió hace tres años - lo dije como pude, tratando de que la voz no me temblara.
Todos abrieron los ojos sorprendidos y me miraron con pena. Y eso era lo que precisamente odiaba, que me miraran de esa manera. Sin embargo, unos ojos color avellana me observaban con orgullo e incluso con compresión. Él había tenido que pasar exactamente por lo mismo que yo. Teníamos tantas cosas en común que aún desconocíamos.
-Pero, que sepáis que a Sophie estar con vuestros hijos la está cambiando y mucho - miré a los respectivos padres - Y qué estaremos encantadas de formar parte de este grupo.
-Pues creo que la chiquilla ha pasado la prueba de oro, puede entrar en nuestro grupo de Whatsapp - la broma de Isco hizo que todos estalláramos en risa y que el rato incómodo desapareciera.
La única que no se rió fue Valentina, pero al parecer no era ninguna sorpresa para nadie. Y la verdad que lo de Isco no era broma, porque en cuanto terminamos de cenar un número desconocido me metió a un grupo en el que sólo conocía a Carla.
-Te lo he dicho, has pasado la prueba - Isco se acercó a mí en cuanto se dio cuenta de que había visto el grupo - No todo el mundo la pasa. - Me susurró y automáticamente miramos los dos a Valentina que estaba sentada en el sofá ella sola.
-¿Por qué no sé integra? - pregunté curiosa.
- No lo sé, le hemos repetido a Marco mil veces que su relación es un poco tóxica, pero no hay manera - confesó el malagueño.
-¿Tóxica?
Marco se acercó a nosotros y tuvimos que terminar la conversación en el mejor momento. Su cara había cambiado, algo había pasado y apostaba a que era algo relacionado con su novia.
-Nosotros nos vamos ya chicos ¿necesitáis que os llevemos o algo? - me miró directamente a mí.
- No, no te preocupes, he venido en coche, ya lo tengo arreglado - ambos recordamos aquel pequeño incidente que hizo que nuestro caminos se juntaran de nuevo.
- ¿Y por qué Emily ha venido en el suyo si vivís cerca? - preguntó Marco.
Mierda. ¿Qué le respondía yo a eso? Tenía que salir del paso como fuera y Sophie fue la solución. Vino corriendo hacia mí frotándose los ojos.
-¿Podemos irnos a casa? - preguntó mientras alzaba sus manos para que la cogiera.
En cuanto la cogí, apoyó su cabeza en mi hombro y me abrazó con fuerza.
-Precisamente por esto - le contesté a Marco riéndome. - Hoy ha madrugado y jugado un partido en el cole, está muerta.
- Un momento - el malagueño me miró sorprendida- ¿Me estás diciendo que esta monada de niña juega al fútbol?
- Tiene un campeonato en Valdebebas ¿no? - preguntó ahora Marco.
-Siii, la semana que viene - sonreí orgullosa de mi hermana pequeña.
Sophie ya se había dormido completamente y yo me vería obligada a hacer malabares con ella hasta llegar a casa.
-Te acompaño al coche si quieres y te ayudo con ella - Marco leyó mis pensamientos.
Salimos juntos de la casa y andamos unos metros hasta llegar al coche.
-Están en mi bolso - le susurré mientras me lo quitaba del hombro y se lo daba - En el bolsillo pequeño de dentro.
Lo abrió y las cogió en seguida. Me abrió la puerta trasera y coloqué a Sophie en su silla.
-Mamá... - murmuró mientras acomodaba la cabeza en uno de los lados.
Marco y yo la miramos, muchas veces llamaba a mí madre como si eso la calmara, pero aún no terminaba de acostumbrarme.
- Emma, yo... - empezó a decir Marco y yo cerré la puerta con cuidado y me giré para mirarle - Quería pedirte perdón por el comportamiento de Valentina en la cena, no debería haber...
- Marco, eso me lo tiene que decir ella y no tú - me miró extrañado e imaginé que no me había entendido - Contigo está todo bien Marco, no tienes que hacerte responsable de su comportamiento ni de sus actos, lo sabes ¿verdad?
No supe descifrar su cara, sabía que tenía razón, pero había algo en su interior que no le dejaba admitirlo. Unos tacones resonaron por el asfalto y ambos miramos en esa dirección.
- ¿Qué estás haciendo Marco? Llevo esperándote media hora.
Pero qué exagerada era. Esperaba que no viniera siempre a estas quedadas porque sino me costaría mucho aguantaría.
- Estaba ayudando a....
-¿Por qué no nos vamos ya? - saltó sin dejarla apenas explicarse. Estaba empezando a comprender por qué la mayoría no la soportaban.
Marco dudó y supe que cuando llegara a casa tendría un problema con ella.
-Buenas noches Marco, muchas gracias por todo - Valentina se estaba acercando y no tenía ganas de ver cómo se ponía a la defensiva con todo.
-Ha sido un placer y... - miró hacia atrás comprobando que Valentina aún no estaba cerca - Cualquier cosa que necesites, aquí estoy, bueno estamos. - Corrigió en el último momento y me hizo gracia.
Se dio la vuelta y yo entré en el coche. Antes de arrancar me paré a pensar en todo, y en el grupo de amigos tan heterogéneo que me había echado. Mi vida empezaría a ser una montaña rusa a partir de ahora.
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Mentiras. // Marco Asensio //
FanfictionDos personas; Una misma amistad; Un mismo destino. ¿Hasta qué punto estás dispuesto a mentir para que te quieran? Emma lo tiene muy claro, ¿y tú?