24. Rechazo.

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Marco. 

No me gustaba para nada la manera en la que Álex comenzaba a acercarse más a Emma sin que ella le diera su permiso. Si continuaba acercándose íbamos a acabar los tres en el suelo porque Emma no paraba de acercarse a mí y yo estaba al borde del sillón. 

El juego empezaba a tornarse a lo incómodo, sobre todo cuando las preguntas iban para aquellos que estábamos solteros. Las parejas estaban encantadas de susurrarse cosas al oído y de besarse delante del mundo. 

-Elijo a Marco - suspiré porque por un momento temía que eligiera a Álex para hacer el reto y no a mí para no cargarse la relación. 

Álex la miró decepcionado y bebió un trago de su copa. 

-Me encanta este reto - dijo el chico que llevaba las riendas del juego. - Tenéis que besaros durante 10 segundos. 

Nos miramos y no hizo falta que dijéramos nada. No sé si fue por el alcohol, el ambiente o el dichoso juego, pero nos besamos sin que tuvieran que presionarnos. Fue como una explosión de sensaciones que no supe descifrar. Me temblaba todo el cuerpo y ni si quiera fui capaz de escuchar cómo todos gritaban que el tiempo había terminado. 

Separarnos fue como volver a la realidad, empecé a escuchar la música y las risas de mis amigos. Emma me miró fijamente y se levantó para dirigirse corriendo al interior de la casa. 

-Creo que hemos jugado suficiente - dije antes de levantarme y tratar de seguir a Emma.

Miré por la planta de abajo y no la encontré en ninguna parte, lo único que había era gente bebiendo y bailando. A Marcos se le había ido un poco de las manos esta fiesta. 

-¡Marco! - me giré y vi a Carla venir hacia mí. 

-¿Sabes dónde está Emma?

-No, habrá subido arriba, al baño. ¿Qué os ha pasado ahí fuera? - dijo mientras nos dirigíamos a la cocina que era la zona más tranquila de la casa. 

-No lo sé, Carla. Pero ha sido... - me quedé callado porque no podía explicarlo con palabras. 

-¿Mágico? ¿Perfecto? - me reí ante su comentario y asentí con la cabeza. 

-No sé qué me está pasando con Emma, me encanta pasar tiempo con ella, creo que...nos entendemos demasiado bien.

Carla me cogió de la mano y me la acarició con ternura. 

-Estáis hecho el uno para el otro, Marco. 

En ese momento vi cómo Álex comenzaba a subir las escaleras del piso de arriba casi corriendo. Carla se dio cuenta también y salimos directos a subir las escaleras. 

-Joder, Marco, tú mira las habitaciones de la derecha, yo de la izquierda.

No rechisté a la orden de Carla. Al parecer yo no era el único que se había dado cuenta de que Álex no le había quitado ojo de encima a Emma en toda la noche. 

-Álex, por favor, déjame que quiero estar sola - era la voz de Emma. 

Me dirigí a la última puerta del pasillo, el baño. 

-¡Joder! ¡Déjame! - abrí la puerta para vez cómo Emma le pegaba un bofetazo. Álex la cogió del brazo y la empujó contra la bañera cayendo dentro y rompiendo la cortina. 

Me abalancé sobre él cogiéndole de la camiseta y apartándole. 

-¿¡Qué cojones haces!? - pregunté interponiéndome entre él y Emma. 

Me miró con furia dispuesto a iniciar una pelea. Pero en ese momento aparecieron Marcos y Reguilón. 

-¿Qué acaba de pasar aquí? - preguntó Marcos mientras miraba el panorama. 

-Joder... - escuché a Emma quejarse de dolor y me di la vuelta automáticamente. 

-Ey ¿estás bien? - me agaché y la ayude a incorporarse. Se llevó una mano al costado izquierdo que era justo el lado del que había caído. 

-Me duelo mucho... 

-Exagerada - fue la voz de Álex la que habló. 

-Oye tío, será mejor que te vayas - le dijo Marcos mientras se le llevaba de allí y Reguilón me ayudaba con Emma. 

Pasé uno de sus brazos por mi hombro y la incorporé un poco para que Reguilón pudiera hacer lo mismo, pero en el otro lado. La acompañamos hasta una de las habitaciones para sentarla en la cama. 

-Tienes que levantarte la camiseta para ver qué te has hecho - la dije mientras me ponía de rodillas frente a ella y la acariciaba el brazo con cariño. 

Ella asintió con la cabeza y se levantó la camisa dejando ver su costado izquierdo. Reguilón salió de la habitación directo a por hielo. 

-¿Tiene tan mala pinta? - susurró Emma. 

-Está un poquito morado, si te gusta ese color entonces está precioso. 

Mi broma la hizo reír, pero enseguida paró porque le empezó a doler de nuevo. 

-¿Qué ha pasado Emma?

-Que es gilipollas, quería que repitiera el estúpido reto y le besara - puso cara de asco - Va demasiado borracho, mañana seguro que no se acuerda de nada. 

Asentí con la cabeza dándola la razón, pero no era así. Álex siempre sabía perfectamente lo que hacía. En la puerta apareció Carla con una bolsa de hielo y fue corriendo a abrazarla. 

-¿Estás bien? - preguntó mientras le ponía el hielo en el costado. 

-Sí, tranquila, no te preocupes - se miraron y entendí a la perfección que tenían una conexión más allá de la normal. 

De repente la música se paró y la gente comenzó a salir de la casa. 

-Voy a ver que pasa - Carla salió de la habitación dejándonos a solas. 

Acaricié su mejilla con cariño mientras soltaba una pequeña sonrisa. Volvimos a ese momento de intimidad que vivimos al besarnos, donde todo dejó de existir. 

-¿Por qué Marco? - me preguntó mientras sus ojos comenzaban a brillar. 

-¿Por qué, qué?

-¿Por qué me tengo que estar enamorando de ti?

Se me paró el corazón para después seguir latiendo más rápido. 

-¿Cómo puedes ser tan bonita?

-No debemos Marco, lo sabes - dijo angustiada acercándose más a mí. 

-¿Pero y si queremos?

-No llegaríamos a ninguna parte, solo hace falta mirarte a ti y... - bajó la mirada. - Mirarme a mí. 

-Eh - levanté su barbilla. - Ni loco dejaría que pensaras que eres inferior. 

-¿Por qué crees que te mentí sobre dónde vivía? ¿Por qué me cuesta tanto decirte de qué trabajo? ¿O por qué me angustié tanto cuando me dieron la nota de Derecho Penal? - se levantó de la cama. - Tenemos diferentes modos de vida. 

-No - dije rotundamente - Ni se te ocurra decir eso porque no es verdad. Soy una persona como tú, y desde el primer momento me lo has demostrado tratándome como alguien normal y corriente. Eso no es una excusa para que esto no funcione- di un paso adelante. - Emma, mírame a los ojos y dime que lo que ha pasado en ese dichoso jardín era solo un juego. 

Dio un paso hacia delante y me miró fijamente. 

-Lo que ha pasado ahí abajo, ha sido solo un juego. 

Nunca me había dolido tanto un rechazo. Me temblaron las piernas y salí corriendo de allí antes de que me derrumbara delante de ella. Todo lo que estábamos construyendo se había acabado. 

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Siento muchísimo la tardanza, de verdad. Estoy estudiando fuera de España y se me hace muy complicado compaginarlo todo, pero mañana mismo tendréis otro capítulo, lo prometo!

Muchísimas gracias por leer y os espero en los comentarios 💕💕

Mentiras. // Marco Asensio //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora