Marco.
Poco a poco iba notando como Emma se iba viniendo a bajo, pero intentaba luchar contra sus propias emociones. Después de hablar con su padre y llegando a la conclusión de que este no le había dejado casi hablar a Emma, empezaba a sospechar que su vida no era tan feliz como parecía desde fuera. Y es que cada uno tiene sus propias batallas que librar.
El GPS me avisó de que quedaban a penas 500 metros para llegar y Emma comenzó a tranquilizarse al ver que cada vez estábamos más cerca de saber si Sophie estaba bien al 100%. Aparqué en cerca de urgencias, Emma cogió a Sophie y entramos directos. En cuanto vieron a la pequeña se la llevaron junto a Emma a una habitación a parte con una camilla.
-Estaré aquí - le dije a Emma antes de que desapareciera por los pasillos del hospital. Ella asintió y me sonrió aliviada.
Madre mía, menudo último día de vacaciones estaba teniendo y yo pensaba que me iba a aburrir. Después de todo el día desconectado cogí mi móvil y abrí todos los mensajes que tenía. La mayoría de ellos era del grupo de mis amigos organizando las vacaciones de este año y otro de Valentina.
"Mañana voy a ir a recoger mis cosas, me da igual que estés en la concentración".
Joder. No me hacía ninguna gracia que entrara en mi casa cuando yo no estaba, así que llamé a Marcos.
-Ey, ¿qué tal tu último día de vacaciones? - me preguntó y decidí mentirle porque no me apetecía contarle todo lo que había pasado.
-Bueno, nada nuevo la verdad. Pero necesito tu ayuda.
-¿Qué pasa? - preguntó intrigado.
-Valentina se ha empeñado en que mañana va a ir a casa a recoger sus cosas y yo estoy en la concentración. No me hace mucha gracia que entre cuando no estoy. ¿Puedes acercarte? - recé para que me dijera que sí.
-Sí, claro, no te preocupes. Me encargaré de que no te robe nada - dijo de coña y yo reí.
-Y que te deje las llaves ¿vale? No me apetece andar cambiando la cerradura como si fuera una delincuente - confesé.
-¿Estás seguro de que no lo es?
-Pero mira que eres tonto - levanté la cabeza y vi a Emma al final del pasillo, venía hacia mí - Esta noche te digo la hora ¿vale? Tengo que dejarte.
-Perfecto, luego hablamos.
Colgué justo cuando Emma se sentaba a mi lado. Se mordió el labio y tragó saliva, sus muros comenzaban a temblar y ella luchaba por resistir.
-Emma... - susurré mientras cogía sus manos - ¿Qué te han dicho?
-La van hacer una radiografía de urgencias y en un rato me llamarán para hablar con el médico - estaba mirando a un punto fijo en la pared porque sabía que si me miraba se derrumbaría.
-Va a estar bien, ya lo verás - pase un brazo por sus hombros y la acerqué a mí para abrazarla.
Fue en ese momento cuando noté cómo se relajaba y cómo todo comenzaba a parecer más real. Se despojó de toda la fortaleza dejando que los sentimientos se apoderaran de ella. Intentó ocultarse, separarse de mí, pero yo se lo impedí.
-Tengo que ir al baño - susurró con la voz rota.
-Emma...
-No, Marco, por favor... - sabía lo que intentaba hacer y no permitiría que se escondiera de mí, quería que supiera que me tenía ahí.
-Mírame - le dije mientras acariciaba sus manos, pero ella negó con la cabeza y apartó mis manos de las suyas para taparse la cara. - Emma, no hay nada que esconder, me has escuchado cuando estaba a punto de darme un ataque de ansiedad y me ayudaste. Ahora es mi turno, por favor...
Apartó sus manos poco a poco de sus ojos y me miró cuando una lágrima comenzaba a caer por su mejilla.
-No puedo más, Marco, de verdad - se le rompió la voz nada más pronunciar la primera palabra. La abracé de nuevo y esta vez ella me estrujo fuertemente mientras notaba cómo las lágrimas empapaban mi camiseta, pero no me importó en absoluto.
Había mucho más detrás, no estaba así solo por la caída de Sophie, había pasado algo con su padre y esa había sido la gota que colmaba el vaso. Se separó de mí y me miró fijamente.
-Eres mucho más fuerte que esto - le aseguré.
-Me estoy cansando de serlo, de estar siempre para todos, pero luego nadie está para mí.
-Ey, no digas eso, tienes a mucha gente a tu alrededor, Carla siempre va a estar ahí.
-¿Y ahora? ¿Dónde está? - preguntó mientras se levantaba del asiento y comenzaba a nadar nerviosa de un lado a otro. - Desde que sale con Sergio parece que solo tiene ojos para él, ni si quiera ha contestado a mis mensajes.
Tenía razón, desde hacía unas semanas solo tenía ojos para él y para nadie más. Aunque esta mañana cuando se enteró de lo ocurrido vino a verme. Quité esos pensamientos de mi cabeza y me levanté para parar a Emma en medio del pasillo.
-Estoy yo - dije con seguridad. Emma se paró delante de mí y me miró seriamente - Ahora estoy yo, y siempre voy a estar.
Sonrió de una manera triste y se acercó más a mí cogiendo mi mano.
-Eres increíble, Marco.
Una vez más nos perdimos en la mirada del otro sintiendo cómo las voces de nuestro alrededor iban disminuyendo hasta que una dijo el nombre de alguien que conocíamos.
-¿Familiares de Sophie García Parker? - una enfermera se asomó por el pasillo. Automáticamente Emma se dio la vuelta y fue directa a ella.
Me senté de nuevo en una de las sillas y esperé unos 10 minutos hasta que Emma salió con su hermana en brazos.
-¿Cómo está? - pregunté mientras Emma me tendía un montón de papeles que llevaba en una de sus manos para poder coger mejor a la pequeña.
-Le han puesto un calmante y estará así por lo menos hasta que pasen unas horas - miré a Sophie y tenía los ojos medio abiertos, estaba luchando por mantenerse despierta pero el sueño la vencía poco a poco. - Le han dado dos punto de aproximación y me han mandado unas pastillas y una crema para el raspón de la mejilla.
Miré los papeles y era su informe médico y las recetas.
-¿Quieres que te acerque a la farmacia antes de llevaros a casa?
-Ya has hecho suficiente por hoy Marco.
-Y haré mil cosas más si hace falta, de verdad - acaricié el pelo de la pequeña que ya había sucumbido al sueño - Vamos al coche y me dices cuál es la farmacia más cercana.
Comencé a andar y no dejé que protestara, se lo había dejado bien claro, la ayudaría en todo lo que hiciera falta.
ESTÁS LEYENDO
Mentiras. // Marco Asensio //
FanfictionDos personas; Una misma amistad; Un mismo destino. ¿Hasta qué punto estás dispuesto a mentir para que te quieran? Emma lo tiene muy claro, ¿y tú?