32. Despedida.

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Marco

Creo que era la primera en mucho tiempo que una despedida iba a significar tanto para mí. Desde que me he levantado esta mañana notaba un nudo en el estómago que no me ha dejado, ni si quiera, desayunar. Estaba yendo camino a Valdebebas para juntarnos allí todos y despedirnos. No estaba preparado para despedirme de Emma, aún no nos había dado tiempo a casi nada. 

Dejé el coche aparcado en mi plaza de garaje, cogí mis cosas y me aseguré de cerrarlo antes de salir a la calle. Cuando llegué allí estaba Emma y Carla hablando con Sergio y con Isco. La verdad que desde la fiesta en casa de Marcos no se había vuelto a juntar con nadie del equipo. 

Me acerqué a ellos y pasé mi brazo al rededor de los hombros de Emma dejando un beso en sus labios. 

-Buenos días - saludé. 

-Buenos días, ¿preparado para la pretemporada? - me preguntó Isco. 

-Sí, pensaba que te ibas a quedar aquí hasta que naciera Theo - contesté. 

-Y eso es lo que haré, pero he venido a despedirme de vosotros, que yo también os voy a echar de menos. 

Todos soltamos una carcajada y miro fijamente a Emma. Las ojeras han desaparecido y su herida en la ceja ha mejorado notablemente. Al parecer las cosas han mejorado en su casa y yo tenía una sorpresa para ella. 

-Bueno chicos, si nos disculpáis un momentito, tengo que llevar a Emma a un sitio - Isco y Sergio me miraron de manera pícara, Emma se puso roja y yo me reí mientras conducía a Emma al interior de las instalaciones. 

-¿Dónde me llevas? - preguntó divertida. 

Entramos en una sala y cerré la puerta. 

-Quería darte algo antes de que me fuera, bueno, mejor dicho, dos cosas - abrí la mochila y saqué una bolsa. - Para que te acuerdes de mí cada vez que juego un partido. 

La abrió y vio una camiseta de la nueva temporada con mi nombre y número, pero también había una más pequeña ideal para una niña de 7 años. 

-No tenías por qué hacerlo Marco - se acercó a mí y me besó - Me la pondré en cuanto juguéis el primer partido. 

-Y esto es para tu padre - saqué un sobre y me miró extrañada. - Dentro está el número de la empresa que va a realizar las obras en el Bernabéu, buscan gente con experiencia en la construcción y tu padre la tiene, aunque las obras no empezarán hasta dentro de un mes pero...

No me dejó acabar, se abalanzó sobre mí y me abrazó con fuerza. 

-Marco... - pude notar cómo empezaba a sollozar. - Muchísimas gracias, no sabes lo que esto significa. 

Se separó de mí y cogí su cara con mis manos. 

-Si tu eres feliz, yo también lo soy, cariño. 

Ella fue la que se encargó de juntar nuestros labios en un beso salado. 

-Te voy a echar mucho de menos - confesó entre beso y beso. 

-Hablaremos todos los días, y si pasa cualquier cosa...

-Sí, lo sé, te llamo y coges el primer avión que venga a España. Tranquilo, no pasará nada, el tema de Carla está casi resuelto y el de mi padre - miró el sobre que tenía entre sus manos - también, así que no hay por qué preocuparse. 

Asentí con la cabeza y salimos de allí para ir hacia el autobús, ya se iba acercando la hora.

-Marco - me paró en medio del pasillo - Haz esa pretemporada que tanto tiempo llevas deseando, demuestra que sigues siendo la joven promesa del Madrid, y no te martirices mucho ¿vale?

-No lo haré, te lo prometo. 

Nos volvimos a besar y salimos fuera donde las familias ya comenzaban a despedirse. Lo que más me dolía de esto eran las caras tristes de los niños que se despedían de sus padre, y también de los demás familiares. Emma y yo nos quedamos mirándonos sin saber exactamente qué decir, era nuestra primera despedida. 

-Estaremos en contacto todos los días - dije para convencerla a ella, pero también convencerme a mí. 

-A penas es un mes, se pasará rápido - creo que eso también lo dijo para convencernos a ambos de que no se acababa el mundo. 

Cuando me quise dar cuenta, Emma me abrazó fuertemente y me hizo tambalear, pero la sujeté firmemente. 

-Todo este tiempo contigo ha sido como volver a vivir, gracias por devolverme las ganas de vivir - susurró en mi oído y a mí se me puso la piel de gallina por aquella confesión. 

-Gracias a ti por abrirme los ojos - sabía perfectamente a lo que me refería, y era a Valentina, si Emma no llega a aparecer en mi vida, seguiría sumido en un amor de mentira. 

-Te quiero, Marco. 

-Te quiero, Emma. 

Habíamos tenido que esperar a nuestra primera despedida para decirnos aquello que tanto nos había costado. Pero era la verdad, la quería y se lo demostraría todos los días de mi vida. 

Nos besamos por última vez y obligué a mis piernas a moverme. Por el camino al autobús me despedí de Carla que tenía sus ojos llorosos. 

-Todo va a salir bien, Carla. 

-Te voy a echar mucho de menos - me abrazó fuertemente. 

-Y yo a ti cielo - nos separamos. - Cualquier cosa que sucede nos llamáis ¿vale?

Ella asintió con la cabeza y se fue junto a Emma. Fuimos subiendo uno a uno al autobús viendo cómo los niños se despedían con las manos. Esta era la dura realidad del fútbol, cuando te vas casi un mes a miles de kilómetros, no todo son risas y viajes, también hay lágrimas y despedidas. 

El autobús arrancó y vi cómo Emma y Carla cada vez se iban haciendo más pequeña, me dolía tanto irme en este momento que las cosas comenzaban a salir bien. 

-Estarán bien ¿verdad? - me preguntó Sergio que estaba en el asiento de al lado. 

-Claro que sí, saben cuidarse ellas solas. 

-Pero no lo digo por eso, lo digo por el padre de Carla, aún no ha dado señales de vida. ¿Estará tramando algo?

-No lo sé Sergio, pero no podemos pensar en esa ahora mismo. La policía está al tanto de todo, no les va a pasar nada. 

Quise sonar seguro de mi mismo, pero la verdad era que no lo estaba y Sergio lo notó pero dejamos el tema de lado. Teníamos casi un mes por delante para hacer nuestra mejor pretemporada y ganarnos la titularidad, en el campo debíamos dejar las cosas personales a un lado para poder centrarnos en lo que verdaderamente importaba, ganar. 

Mentiras. // Marco Asensio //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora