Capítulo 19.

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Pov Windie.

Después de las clases me fui a la cafetería para comer. Cojí una bandeja de color azul claro donde pondría la comida que me iba a comer y me dirigí hacia la fila, cuando pude elegir la comida le pagué a la señora de pelo rubio de mediana edad, con ojos oscuros y con sonrisa un poco inquietante. Me siento junto a las chicas  mientras sigo pensando en esa mujer empiezo a beberme el café con leche, y sigo pensando en esa mujer sin hacer caso a mis amigas de no sé qué que están hablando ahora mismo, y como sigo aturullada no me fijo en que en la cafetería entran los chicos y se sientan en una mesa no muy alejada de la nuestra. Levanto la cabeza por el silencio que se acaba de instalar en la cafetería tan poco común y es justo ahí, en ese mismo instante, que me doy cuenta de lo que está pasando.

- Gracias por dejarme beber de tu café antes de la clase con el profesor "Cutis Perfecto" - miro por encima de mi hombro ya sabiendo con quien me voy a encontrar - y por eso te he hecho este dibujo en clase mientras me aburría.

- Gra... Gracias Adam, pe... Pero no tenías porqué hacerlo - le digo entrecortadamente a causa de la sorpresa y a la vez extrañada, cogiendo el trozo de hoja que me ofrece.

- Sí, sí qué tenía porqué hacerlo... Porque me has salvado de una buena esta mañana - sonríe antes de dirigirse a su mesa, la gente nos mira atónitos porque es la primera vez que Adam se acerca y no me pongo a pelear con él.

- Y yo te tengo que dar esto - me dice un chico con la nariz rota y con un libro en las manos - lo siento mucho por haberte roto el ejemplar que tenías en tu habitación, no debería haber entrado en tu cuarto, te juro que me arrepiento de haberlo hecho - se toca la nariz mientras se acerca a nuestra mesa con un brazo estirado para permitirme poder cojerlo, evitando poder acercarse mucho a mí. Todos en la cafetería empezamos a reírnos por su comentario y por su actitud.

- No pasa nada, te perdono pero no vuelvas a entrar en mi habitación y mucho menos romper alguno de mis libros - cojo de sus manos el libro.

- Sí, claro por supuesto no te preocupes - se aleja de nuestra mesa y se sienta con sus amigos en la suya donde todos se empiezan a reír de él.

Me doy la vuelta para quedarme en frente de las chicas y miro el libro en la hoja que esta doblada por la mitad. Guardo el libro en mi mochila haciendo un sitio para éste junto con la hoja del dibujo de Adam, luego lo miraré cuando llegue a casa.

- Bueno... Eso ha sido extraño, pero... ¿Que tal tu día Windie? - Yi han se dirige a mi girandose en su asiento para quedar en frente de mi y poder hablarme con mayor facilidad.

- Como siempre, un poco cansada de escribir tanto (hasta me duele la mano)... - digo mirandome la mano y lo digo más bien para mí que para las chicas provocando que estas se echen a reír por mi comentario - ¿Y vosotras?

- Yo también estoy cansada - me dice Ada desde la otra punta de la mesa, porque, como somos tantas, ocupamos toda la mesa y eso hace que a la hora de hablar todas juntas estamos un poco incómodas por no poder escuchar bien a las demás - la profesora Bulspi parecía que sabia que me daba un poco de pereza ponerme a hacer diseños y esas cosas... ¿Y sabéis lo que ha pasado? - todas negamos con la cabeza - Pues me ha puesto a hacer durante toda la maldita hora bocetos de novia para no sé qué del no sé cuál...
Todas empezamos a reírnos.

- Uffff... Yo también estoy cansada pero el profesor quiere que hagamos un trabajo del cual no me he enterado mucho... - empieza a decir Yi han y todas nos vamos comentando que tal nos a ido el día de universidad después de unas semanas de vacaciones por lo de la mudanza. Después de la hora de descanso que es como media hora o 35 minutos suena la alarma, y todas nos vamos cada una a su clase, la mala suerte la tengo yo, porque soy la única que estudia criminología y las clases las pasaría mejor si hubiese a alguna de las chicas en la mía... Sin, evidentemente contar a Adam.

Pov Adam.

Gracias a Windie he podido soportar una hora interminable con el profesor "Cutis Perfecto" mote que le pusimos yo y mis compañeros, porque, una vez nos fuimos a su casa a hacerle una broma y causarle terror con unos disfraces de hombres lobos, vampiros, zombis... Bueno, ya lo sabéis vosotros... Lo normal. Pero, al final resultó, que el susto nos lo dimos nosotros, porque antes de poder asustarle él salió de la cama preguntando "¿Quien anda ahí?" Con un deje de temor y terror en la voz. Nosotros nos encontrábamos en el pasillo a unos 2 metros de su habitación y cuando salió con un bate de beísbol en las manos y con una mascarilla de color verde oscuro pasando a negro, nos asustó tanto que salimos corriendo, uffff fue un alivio llevar las máscaras puestas porque de no ser por ellas nos hubiese descubierto. Como muestra de mi agradecimiento hacia ella le hice un dibujo en clase mientras me aburría en clase, y lo hacía cuando nos daba unos 2 minutos para recobrar la sensibilidad de la mano para seguir copiando "seguiréis copiando hasta el amanecer si es necesario" nos suele decir cuando nos quejamos de que nos duele las manos de tanto escribir.

- Mierdaaaaa - digo mirando la nevera y empiezo a buscar desesperadamente dentro de ella.

- ¿Que pasa tío? - pregunta Evan desde el salón mirando la televisión.

- No hay cervezas - respondo ante su pregunta, provocando que casi se atragante con el agua que estaba bebiendo justo en ese momento.

Después, de un agotador día de clases en la universidad, nos hemos ido a casa a ver un partido en casa todos juntos, pero aquí nadie puede ver un partido de fútbol sin cervezas.

- Windieeeee... ¡¡Código Naranja!! - voy corriendo por las escaleras camino hacia Windie.

- ¿!Que pasa?! ¿Algo se quema? - sale de repente de su habitación con voz preocupada.

- No te lo vas a creer... Pero...

- Pero... ¿¡Qué?! quieres decirlo ya pesado - dice impaciente.

- No hay... Cervezas... Creo que... me voy a desmayar - digo entrecortadamente tocándome el pecho dramáticamente como si me acabasen de lanzar una flecha al pecho.

- Dije que el Código Naranja era solo para emergencias, imbecil - se da la vuelta para volver a entrar en su habitación.

- Y lo es - le aseguro.

- ¿Que te apuestas a que voy yo y encuentro al menos un lata de cerveza? - dice girándose y bajando las escaleras.

- ¿¡Qué coño...?! Aquí casi no hay comida... ¿Que habéis hecho con la comida? - nos mira a todos acusatoriamente.

- Comérnosla - decimos todos al unísono y soltamos una carcajada general.

- Bueno, entonces habra que hacer la compra... Ahhh... Y que sepáis que os venís conmigo y con las chicas a comprar al super.

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LA FRATERNIDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora