Capítulo 39.

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Pov Windie.

Salgo de las duchas compartidas con una toalla alrededor de mi cuerpo, cubriéndome. Cuando empezamos a ordenar y decorar recordé que esta mañana no me había duchado y decidí ducharme en este momento porque... Me apetecía, la verdad y no me apetecía hacerlo por la noche, porque me conozco y me veo capaz de quedarme dormida por la noche en la ducha. Subo las escaleras agarrando con mi mano izquierda el neceser y con la derecha sujetándome la toalla. Paso por el pasillo al llegar al último piso, escuchando risas procedentes de abajo y entro en mi cuarto.

Al entrar cierro la puerta, abro el armario y cojo lo primero que pillo por ahí, una mala elección ya que miro las prendas que tengo en la mano y es una camiseta de color marrón oscuro y un pantalón corto de color azul. No me jodas, esto no pega ni con cola, no sé ni siquiera que hace esa camisa color marrón oscuro en mi armario si nunca me la pongo.

Vuelvo a guardar todo en su sitio. Y esta vez miro lo que me voy a poner. Una camisa color roja y unos pantalones largos negros y decido también coger un jersey de lana blanca bastante calentito. Cojo de otro armario la ropa interior.

Me lo pongo todo lentamente, sin prisa alguna. Tengo que admitir que todo esto lo estoy haciendo por tres razones obvias:

1) Tengo frío y esto afecta a la hora de vestirme, voy en contra del mundo, porque se supone que debería ser al revés, ¿no?.

2) Tengo pereza.

3) Me quito más trabajo de estar decorando la casa.

La razón número tres no quiere decir que no me guste para nada la navidad, al contrario me encanta, de hecho es mi época favorita del año. Lo que pasa es que ordenar y decorar toda la fraternidad no es cosa de risa porque tienes que hacer muchas cosas. Lo sé, soy muy mala amiga.

Bajo las escaleras escuchando risas. Sonrío.

- Ya he vuelto - anuncio abriendo lo brazos con una sonrisa.

- Aahhh... ¿Acaso te habías ido? - pregunta Evan y le miro con una mirada severa - Porque no me había dado cuenta.

Este tío no pilla las indirectas. Miro a mi alrededor observando que mis compañeros ya han puesto el árbol en el salón y como revoloteaban por este y por la cocina añadiendo decoraciones navideñas.

- Bien, ¿qué hago ahora? - Dikra me mira - jodeeeer, ¿qué te ha pasado? Tienes una pinta horrible.

- Gracias, Windie, te lo agradezco - dice con ironía sonriendo falsamente.

- Nos caímos con el árbol, se nos olvidó por completo abrir la puerta - explica Liam, dándole a Dikra un vaso con agua mientras Dikra se sentaba en el sofá para descansar un poco.

- ¿Adam está bien? O sea... ¿Estáis todos bien? - me corrijo rápidamente, ¿por que narices he preguntado si "él" está bien? Ni siquiera yo misma lo sé.

- Eeehhh... Sí, estamos todos bien. - Dikra bebe de su vaso -  Aunque yo me he mareado un poco y una cosa os digo: no pienso subirme a la escalera a poner el muérdago, que lo haga otro.

Liam y yo nos miramos.

- Tendrás que hacerlo tú, Windie, yo estoy con las guirnaldas - se encoge de hombros.

Suspiro asintiendo.

- Tendré que hacerlo yo, oye ¿por que no hacemos la casa entera a la vez en vez de ir por pisos? Es un poco estúpido y sin sentido lo que estamos haciendo - Dikra y Liam se encojen de hombros a la vez haciéndome sonreír.

Cojo la escalera más grande y el muérdago. Abro la puerta dejando entrar el aire frío y congelado de la noche, aunque técnicamente aún no lo es. Coloco la escalera fuera de casa al lado de la puerta mientras escucho como mis compañeros se quejan por el frío, pidiéndome que cierre la puerta. Hago equilibrio para no caerme al llegar a lo alto de la escalera y con algunos que otros malabares consigo colocar el muérdago en el marco de la puerta.

LA FRATERNIDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora