Capítulo 32.

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Pov Windie.

Hay un montón de mujeres embarazadas. Unas vienen con un amigo, con un familiar o con su pareja. En este caso somos: amiga y pareja.

Van llamando poco a poco a las pacientes y acompañantes. ¿Cuando nos va a tocar a nosotros? Espero que antes de navidad, porque a este paso no sé yo.

- ¿Nerea Méndez Martínez? - me sobresalto. Una enfermera abre la puerta y mira alrededor. Evan y Nerea se levantan del sitio, yo tardó más que ellos, pero finalmente me levanto de la silla y los sigo por detrás.

- Buenas tardes - nos contesta una señora con bata blanca en cuanto entramos en la habitación, iluminada por el sol de la tarde.

- Buenas tardes, doctora - responden Evan y Nerea.

- Buenas tardes - digo.

La doctora empieza a hablar y a hablar, mientras que yo no la escucho, en este momento me encuentro en mi mundo.

- ¿Puede sentarse en la camilla si es tan amable? - la doctora se levanta de su asiento y camina hacia una camilla que hay al final del cuarto.

- Claro - responde Nerea con una sonrisa tímida.

Aún sigo sin saber cómo puede ser una persona tan abierta y una persona tan tímida a la vez. Es increíble.

Nerea se tumba en la camilla y se sube la parte de la camiseta dejand⁹o al descubierto su barriga, la doctora le pide que se baje un poco el pantalón para que así sea más fácil hacerle la ecografía.

Empieza a tocar unos botones que no se para que son y de repente en la pantalla aparecen líneas blancas y negras sin ningún sentido.

- ¿Qué es eso? - murmuro acercándome a la pantalla, y en ese momento me doy cuenta de lo que acabo de decir - Uy... Perdón.

- No te preocupes, la mayoría de los acompañantes se quedan tan confundidos como tú - la doctora mueve el aparato raro de un lado a otro en la barriga de Nerea.

- ¿De verdad? - pregunta Evan mirando a la doctora, ella asiente brevemente con la cabeza - y... ¿Donde se supone que está el bebé?

Nerea al escucharle le da un codazo en las costillas algo que deja sin aliento al rubio, cosa que me hace bastante gracia pero intento contenerme para no reírme porque de la manera en que me mira la doctora, como me ría, me echa de la consulta fijo.

- Justo aquí - redondea con el dedo una mancha blanca y negra, otra vez.

¿Esta mujer tiene rayos equís para averiguar dónde están los bebés, o algo parecido? Porqué yo sigo viendo manchas.

- Quien sabe, a lo mejor nosotras somos las que tenemos la vista mal o algo así, no estoy segura. Pero, coincido contigo con lo de los rayos equís.

La doctora vuelve a hablar, pero no me entero.

Nerea en un momento dado se levanta de la camilla junto a Evan y se sientan en el escritorio con la señora.

Me acerco a ellos y de lo único que me entero de toda la conversación que han tenido entre los tres es:

- Bueno, pues de momento todo va bien, no hay de qué preocuparse ¿nos vemos dentro de dos semanas el mismo día y a la misma hora?

Nerea asiente.

- Por supuesto - la doctora se levanta y posteriormente lo hacen Evan y Nerea.

- Hasta dentro de dos semanas - se estrechan las manos, y por último se acerca a mí y hace lo mismo conmigo.

LA FRATERNIDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora