Pov Windie.¡Se van a enterar!. Cambio de marcha con la palanca de cambios. ¿Se pensaban que no me iba a enterar? Todo cuadra a la perfección.
- ¡Se van a cagar! - amenazo al aire.
Conduzco atenta. No quiero tener ningún accidente por estar enfadada.
En cuanto salgo de la carretera y me encuentro con la casa a un par de metros, bastante alejada frente de mi, me bajó rápidamente. Cierro el coche con las llaves y antes de nada respiro... Respiro hondo, preparada para cualquier cosa que venga o que me pueda pasar. Ando hacia la puerta principal, y presiono el timbre, como veo que no obtengo respuesta vuelvo a presionarlo con impaciencia. Como tampoco me responde nadie, decido dar golpes a la puerta, hasta que la abren y casi le doy a Abigail un puñetazo accidental en la cara.
- ¿Señorita Williams? - entro sin ser siquiera invitada a hacerlo.
- Hola, Abigail - miro a mi alrededor - ¿donde están?
- ¿Donde están quiénes? - me mira sin entender nada.
- Ellos, ¿dónde están? - me vuelve a dirigir una mirada de confusión.
- ¿Ellos? - repite - ¿Se refiere a los señores?
- Sí, exacto - me muevo, intentando poder verlos por alguna parte de la casa - ¿dónde están?
- Arriba - mueve el dedo señalando las escaleras.
- ¿Abigail? ¿Qué es todo este jaleo? - Arabela baja por las escaleras que señalaba hace apenas un momento la sirvienta - Oh, la pueblerina.
¿Acaso se cree estar en un palacio y ser la inmortal Reina de Inglaterra o algo parecido? ¿Pueblerina? Ni que ella fuera de la realeza en Italia.
Me escanea con la mirada, parándose justo en un escalón, no muy lejos de Abigail y yo.
Veo como bajan a su lado Georgina, Angelo y el comisario, que al verme su semblante se convierte, si acaso es posible, más serio.
Y yo me pregunto dónde está Karen, seguramente se habrá ido a alguna reunión de la universidad o algo parecido. Y también me pregunto porque todavía siguen Georgina, Angelo y Arabela aquí, si deberían de haberse ido hace un mes, según ellos "se quedaban para descansar de tanto trabajo". Y "descansar del trabajo" se refieren a sentar sus culos en la silla de un despacho y mirar a las musarañas mientras que sus empleados les hacen el trabajo.
- ¿Que haces en mi casa? - el comisario pone la voz ronca, intentando así intimidarme.
- ¡He venido a pediros que me dejéis en paz! - replico, mirandolos uno a uno.
Bajan lentamente las escaleras, sin apartar la mirada de mi.
- Abigail, - la voz de Arabela llamando a la mujer con desprecio hace que recuerde que aún no estamos solos - vete de aquí.
- Señora, no creo que sea... - la interrumpe Arabela, gritándole.
- ¡Vete ahora! - Abigail asiente y agacha la cabeza, y obediente, se marcha.
- ¡No la chilles! - mi furia va en aumento - ¿quién se cree que es para hablarle así?
- ¡Soy su jefa! - alza la barbilla.
- No, - niego con la cabeza - no es su jefa y aunque lo fuera no tendría el derecho a hablarla y tratarla de una forma tan cruel y despectiva.
- Pues se tiene que aguantar - se rie, mirando el camino por donde se ha ido la empleada.
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LA FRATERNIDAD.
Novela JuvenilWindie Williams, una alumna de segundo grado de criminología de la universidad y sus compañeras de fraternidad se mudan a una nueva, donde tienen un trato con los chicos de otra fraternidad (se van a vivir todos juntos para crear una fraternidad mix...