Capítulo 41.

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Pov Windie.

Cojo las vendas a mi costado en la cama y empiezo a vendarle los nudillos.

- Ya está - admiro mi trabajo con una sonrisa orgullosa.

Adam me mira y yo le miro a él.

- Creo que deberías irte ya a... - hablo, después de unos cuantos minutos de silencio, en los cuales solo nos mirábamos a los ojos. Él se levanta me coge de la mano y me guía hacia la puerta.

- Ven conmigo.

Salimos de mi habitación y me guía por las escaleras, por el salón donde extrañamente no hay absolutamente nadie y otra vez por las escaleras para entrar en el desván, donde están las lavadoras y las secadoras.

- ¿Por qué me traes aquí? - le observo extrañada.

- Ven - pone los ojos en blanco ignorando por completo mi pregunta.

Nos acercamos a una secadora, Adam me suelta de la mano y siento como el frío llega a ella, como si me faltara algo... O alguien.

Vuelvo a prestar atención a Adam que saca de la secadora una camiseta blanca.

- ¿Qué es eso? - la señaló mientras me acerco a tocar la prenda.

- Es para ti - me sonríe y me la tiende - para que te la pongas mañana.

Cojo la prenda de sus manos, y la observo.

- ¿Esta no es...? - le miro.

- Mi camiseta. - termina por mi la pregunta, haciendo una afirmación mientras mueve la cabeza asintiendo - La puse en la lavadora y extrañamente se me ha quedado pequeña - sonríe.

Extiendo la camiseta blanca con el número 6 y el apellido Wills en letras grandes escritas en negro y soy incapaz de no sonreír.

- Gracias - dejo de mirar a la camiseta para mirarle a él.

- ¿Te la pondrás mañana? - su mirada intensa no se separa de la mía.

- ¿Acaso tengo otra opción? - niega con la cabeza y los dos nos reímos.

Nos quedamos en silencio, mirándonos.

- ¿Crees que ha sonado un poco cursi? - se mete las manos en los bolsillos delanteros del pantalón que lleva puesto.

Me planteó la respuesta durante unos pocos segundos.

- Un poquito - hago como una medida con mis dedos, separando el dedo pulgar del índice, me encogo de hombros y nos volvemos a reír.

Desvío mi mirada de la suya para observar el desván repleto de lavadoras y secadoras, miro al suelo... Una muy mala decisión.

- ¿Windie...? - Adam mira al suelo para ver lo que me ha hecho empalidecer - Oooo... ¿Eso es una...?

- Araña - lo decimos los dos al unísono, susurrando.

- Ayúdame, Adam... Va a ir a por mi - le suplico al chico.

- ¿Cómo lo sabes? Es imposible que sepas que va a ir a por ti, puede ir a por mi o ignorarn... - sigo mirando al suelo y veo como la araña sube por mi zapatilla y por el final de mi pantalón.

- ¡Araña! ¡Socorro! ¡¡¡Araña!!! - me sacudo el pie desesperadamente.

- No te muevas Windie - hago todo lo contrario a lo que me dice y sigo moviendo el pie.

- ¡¡¡¡Araña!!!! - cuando me armo conpletamente de valor dejo de mover el pie y dirijo mi mirada hacia él rezando para que ya no esté... Mala decisión.

LA FRATERNIDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora