Capítulo 56.

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Pov Windie.

- ¿Cuántos años tenéis? Parecéis jóvenes - asentimos.

- Yo tengo 22 - me señalo.

- Y yo 23.

- Lo que yo decía: jóvenes - sonrío, tiene toda la razón somos bastante jóvenes.

- ¿Y vosotros?

- Yo tengo 34 y mi marido 32 - miro a los niños - Ahhh... Percy tiene 7 años y Pierce 3.

- Eso sí que es ser joven - murmuro envidiado a los pequeños.

- ¿Vosotros trabajáis? - asiento y levanto la mano como si estuviese en el colegio pidiéndole permiso a la profesora para que me deje hablar, al darme cuenta de tan infantil gesto, la bajo avergonzada.

- Yo soy camarera en un restaurante y trabajo en la Casa del Libro. - George y Magie se sorprenden y yo me encojo de hombros - De algo tengo que sacar el dinero para la uni, ¿no?

- ¿Vais a la universidad?

- Sí - Adam apoya la cabeza en el lateral del ascensor.

- ¿Y qué estudias? - Magie parece muy interesada por el tema - Yo estudié fisioterapia, y ahora soy eso... - se encoje de hombros - Fisioterapeuta.

- Nosostros estudiamos la misma carrera... - estiro un poco las piernas, empiezo a sentirlas un poco entumecidas al tenerlas desde un principio dobladas.

- Criminología - completa la frase por mi Adam.

- ¿Estudiais a los muertos? - sonrio negando con la cabeza.

- Estudiamos el asesinato, no el cadáver. - sonrio - Eso ya lo hacen los forenses.

- Uy... Lo siento - Magie se ruboriza.

- Tranquila, suelen confundirlo la mayoría de las personas - le quito importancia al asunto con un gesto de mano.

- ¿Y por qué estáis aquí? - su hijo hace un movimiento que nos llama la atención a todos, le pone una manita en los mofletes y tira de él - Me haces daño, hijo...

- Mami - Magie a pesar del dolor en las mejillas sonrie a su hijo, instandolo a hablar - Tengo hambre.

- Sí, yo también - se le une su hermano.

Magie coge su bolso, que lo había dejado a su lado en el suelo y busca algo en él.

‐ Solo tengo esto - saca una barrita de chocolate y se lo da a Pierce.

- Yo también quiero - Percy se abalanza sobre su hermano para conseguir una parte de la barrita.

Vale, os voy a hacer una pregunta bastante importante ¿qué se debe hacer cuando estás en medio de una pelea de hermanos pequeños y ni siquiera sus padres pueden separarlos? Yo a estas alturas pienso que el chocolate es como oro cuando se tiene hambre, en cierta parte, comprendo a los chavales pero en serio... ¿Que hay que hacer para que se separen?

¿Sabéis lo que se me ocurre ahora? Sip, como persona normal que soy me pongo a cantar en el ascensor para intentar calmarlos.

- Cucú cantaba la rana, - recito - cucú debajo del agua...

- No creo que esté funcionando - me susurra al oído un divertido Adam y vuelvo a pensar.

- La cucaracha, la cucaracha - Marco el ritmo con mis dedos en una de las paredes del ascensor - ya no puede caminar...

Los niños al escucharme cantan la canción hasta que de repente paran, pero vuelven a lo que estaban haciendo antes: arrancarle el chocolate de la mano al otro.

LA FRATERNIDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora