Capítulo 31.

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Pov Windie.

Subo las escaleras y entro en mi cuarto. Tras cerrar la puerta me apoyo en ella y suspiro, me voy hacia la cama y me tiro encima. Me siento como si mi cuerpo pesase el doble. Llaman a la puerta.

- Vete Adam, no quiero hablar contigo - ni siquiera me esfuerzo en levantarme de la cama.

- No soy mi hermano - ahora sí que me incorporo y me gito hacia la puerta levemente abierta dejándome ver a María asomando la cabeza.

- Pasa - me vuelvo a tumbar en la cama como antes.

- ¿Qué acaba de pasar ahí abajo? - se acerca y se sienta a mi lado, mientras que me mira.

- No lo sé, todavía no estoy segura - María suelta una risa y se tumba conmigo, ambas mirando el techo.

- Uffff... No sabía que hacer en ese momento, te lo digo en serio Windie - ahora suspira ella.

- Yo tampoco, hasta que nos hemos puesto a discutir. - le dije - Ah... Casi se me olvida ¿desde hace cuanto tiempo salís juntos?

- Desde hace como uno o dos años, no me acuerdo - respondio ante mi pregunta, totalmente indiferente.

- ¿Y cuándo pensabas decírmelo señorita? - le señalo con el dedo.

- Queria decírtelo, pero... No tuve tiempo - contesta.

-Ahhh...

- ¿Y tú?

- ¿Yo qué? - le pregunté sin darme cuenta de absolutamente nada.

- ¿Cuando me ibas a decir que te besas a escondidas con mi hermano?

- Yo no me beso ni me he besado con tu hermano a escondidas - apunté

- ¿Y lo que acaba de pasar hace unos... - calcula tocándose el dedo índice y el pulgar - diez minutos, ¿que ha sido?

- Una... Simple excepción - me encogi de hombros en la cama.

- Sí... Seguro.

Nos empezamos a reír por tal situación. Cuando paramos de hacerlo nos quedamos en silencio, en un cómodo silencio. Los ojos se me cerraban poco a poco y sin querer me quede dormida.

Soñé que era tan solo un ratón al que todo el mundo le quería pisar. Algo parecido a la vida real.

***

Me desperté por culpa de los ruidos. Otra vez se están peleando por el baño. Salgo de mi cuarto y asomó la cabeza por la puerta como hizo ayer María por la noche. Por cierto... ¿Donde se ha metido?

- ¿Chicos? - mi voz salía adormilada - podéis bajar el volumen un poquito por favor.

- Pues claro que no Windie, esto es importante, si dejamos de gritar Alberto no saldrá del baño ni en medio siglo (eso como mínimo) - añadió un Adrián con los ojos medio cerrados mirando a la puerta.

- Windie, que alivio... - Evan se acercó a mi, me cogió del brazo y me llevó, mejor dicho, me arrastró hacia donde estaban los demás.

- Haznos un favor y dile a Alberto que salga del baño por favor - dijo Patrick, agarrandome también del brazo para ponerme delante del ejército de chicos y dejarme justo en frente de la puerta.

- ¿Si lo hago... me dejaréis dormir hasta mínimo las 11 de la mañana?

- Sí - me dijeron todos.

- Lo haré pero con una condición - Levanté mi dedo índice.

- Lo que sea - volvieron a decir todos a la vez otra vez.

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