Capítulo 15.

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Pov Windie.

- ¿Qué haces aquí? - me preguntó con muy mala leche el entrenador del equipo, para ser sincera, ni siquiera sé porque le caigo tan mal o porque nos odiamos ambos mutuamente.

- Windie, ¿no recuerdas lo que le hiciste cuando entraste en la universidad? - me pregunta Manuela en la cabeza recordándome que le hice, me reí por lo que hice hace un año.
Cuando entré en la universidad empecé a retar a todos los que se cruzaban por mi camino que hiciesen una carrera contra mí a ver quién ganaba (en la mayoría ganaba yo), bueno total, que me reté contra el entrenador porque todos creían que a pesar de su edad me podía ganar... Cosa que al final no consiguió, y su orgullo de hombre se vio roto, junto a la humillación claro o eso es lo que dicen (y lo que él cree, aunque me jure y perjure todo lo contrario).

- Esa sí que fue buena - le dije riendo a Manuela recordando las cosas que hice hace un año.

- Sí... En eso estoy de acuerdo contigo - me dijo antes de que dejase de hablarme, o que se durmiera, lo mismo da.

- Necesito hablar con Adam un momento - le dije desafiante mirándole a los ojos color café.

- Ahora mismo no podrá ser - me dijo girándose hacia los jugadores que le miraron para estar atentos de lo que iba a decir a continuación para supuestamente "ganar la segunda parte del partido".

- No te estaba pidiendo permiso... Te lo estaba comentando, que me voy a llevar a Adam para hablar un momento con él, y luego ya si quieres le comentas lo que le quieras comentar pero todo eso después de hablar con él - dije pasando por su lado y cogiendo del brazo a Adam.
Lo llevé a un sitio donde estaba segura de que nadie pudiera oír nuestra conversación, era como una especie de vestíbulo de color rojo y blanco con varias taquillas, bancos y duchas.

- ¿Que quieres ahora Windie?, no me fastidies y menos ahora porque por si no te habías dado cuenta vamos perdiendo el partido y es el primer partido que hago como capitán y... - me empieza a decir apresuradamente escrutando mi cara para saber porque quería hablar con él.

- No me digas, porque no me había enterado hasta ahora de todo eso que me estás contando... - le dije con sarcasmo - ¿Por qué crees que he venido si no? - Al ver qué Adam no caía en mi propósito se lo tuve que explicar - He venido a ayudarte Adam, más claro agua, hijo.

- ¿Tú ayudar? Lo dudo mucho sinceramente - me dice mirándome.

- Sí, yo ayudar, tío tienes que espabilar o sino esto está perdido, tienes que reaccionar que estás empanao - le digo- Espera un momento... ¿Que has desayunado hoy?

- Un cola-cao con galletas ¿por qué lo preguntas? - me dice con voz cautelosa.

- Muy mal, deberías haberme pedido que te hiciese el desayuno, uffff... No me extraña que vayas perdiendo con la mierda de desayuno que te has tomado - digo más bien para mí que para él - Tienes que marcar como mínimo, pero como mínimo, un gol y ya de paso se lo dedicas a tu madre y a tu hermana que están muy preocupadas por el partido.

- Como mínimo tendríamos que marcar tres goles para ganar, Windie, y eso en 40 minutos teniendo en cuenta que son más buenos que nosotros y no olvidemos... - me empieza a decir otra vez de carrerilla. Esto va a ser complicado.

Pov Adam.

Cuando vi a Windie decirle al entrenador que necesitaba hablar conmigo y éste le dijo que no, no sabía que se pondría así con él.

- A veeer.. ¿Te meto un guantazo o te meto dos? ¿Eh? ¿Que te viene mejor? - me dice con una mano amenazante.

- Que agresiva qué eres - le digo cogiéndole la mano y haciéndo que la bajase.

- Y tú eres un testarudo - me dice mirándome en la oscuridad indignada.

- ¿Yo? ¿Testarudo yo?

- No, tú no, la que es testaruda es mi abuela ¿sabes? - me dice con sarcasmo.

- Yo no soy testarudo - le replico poniéndome a su altura para así mirarla mejor.

- Si que lo eres, eres un testarudo y un cabezota - me dice poniéndome el dedo en el pecho para que no me acercara más a ella.

- Yo soy un testarudo y todo lo que quieras pero ¿sabes lo que eres tú?

- ¿Qué soy yo, a ver que se te ocurre? Dime, tú dime, no te cortes - me dice alzando un poco la voz.

- Eres una metomentodo - le digo alzando un poco más las voz.

- ¿Una metomentodo?

- Sí, y espérate que todavía no he terminado - le digo ahora gritando colérico - Eres una chulita, egoísta, envidiosa, celosa, borde y fría como un témpano de hielo que aleja a todos de su lado para no hacerlos sufrir cuando se enteren de lo que de verdad eres.

- Ahhh... ¿Eso es lo que de verdad piensas de mí? Vale, es bueno saberlo - me dice mientras se encamina a la salida - Pues que sepas que yo lo único que quería era ayudarte a que espabilaras un poco porque si sigues así vamos a perder, y con tus pensamientos negativos ya ni te cuento - dice gritando y saliendo del vestíbulo dónde estábamos antes los dos.

- ¡¡Adaaaaaaaam!! Ven aquí ahora mismo - me grita el entrenador.

Cuando salimos de los vestuarios para que empezase la segunda parte, miré a las gradas para ver si Windie seguía en el campo, pero mi mirada en vez de encontarse con la de ella lo hizo con la de mi hermana dándome ánimos para rematar el partido, y supe en ese mismo instante que me arrepentiría de las palabra que le habia dicho a Windie.

Al final ganamos el partido 3-2, el primero lo marqué yo que como me dijo Windie se lo dediqué a mi madre y a mi hermana, el segundo lo marcó Jhon un compañero de equipo y el último lo marcó Liam.

Al final del partido nos dirigimos hacia los vestuarios donde había discutido antes con Windie y nos duchamos. Mientras me vestía con ropa limpia, ya duchado Jhon se me acercó.

- Tío, ¿quien era esa chica? - se apoya al lado de mi taquilla.

- ¿Qué chica? - le pregunto distraído rebuscando en mi taquilla.

- La chica que interrumpió en el descanso, dijo que tenía que hablar contigo - me especifica.

- Ahhhhh... Esa era Windie - le digo aún sin prestarle atención.

- ¿Es tu amiga? - pregunta.

- Sí, pero... ¿Por qué lo quieres saber? - le miro, porque ahora sí que ha atraído mi atención.

- Me la tienes que presentar tío, en serio ¿de donde la has sacado?

- ¿Por qué quieres que te la presente? - pregunté mirándolo.

- Porque una mujer con ese carácter, y con esa cara y ese cuerpo... Por cierto tiene un culooo... - me respondió lanzando un suspiro y mirando a la nada.

- Sí, sí, te la presentaré - le digo.

- Gracias, te debo una - me dice antes de irse del vestuario.

Después de rebuscar un poco más en mi taquilla encontré mi pequeño cuaderno de dibujo. Todos los que quedábamos en el vestuario nos fuimos juntos ya que nuestro destino era el mismo: la fraternidad.

Ahora fiesta, pensé sin mucho entusiasmo.

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LA FRATERNIDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora