Jungkook ha sufrido de todas las maneras posibles desde su infancia, y una de las consecuencias de esto es haber perdido la voz...
«Lo siento mamá, tal vez no podré cumplir tu promesa, no creo poder seguir adelante». Pensó Jungkook abrazando la cade...
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Desde que había sucedido lo de aquel beso, Jungkook y Taehyung se habían mantenido intactos. No hablaron de ello, en cambio Jungkook había evitado el quedarse a solas con el mayor; después de todo Hoseok iba tan seguido a la casa que le ayudaba a mantenerse fuera de su entorno. La incomodidad estaba en ellos, ya que lo sucedido había sido tan conscientemente que no pudieron culpar al alcohol, cuando el menor no había ingerido nada, y el castaño solo tomó dos tragos que no le hicieron ni cosquillas. Evitaban el problema que existía, prefiriendo seguir con sus vidas y no aclarar nada al respecto. No podían, les resultaba difícil decir algo que les justificara tal acto que fue más un arrebato del corazón. Ya no podían ocultar la evidente atracción que sentían entre ellos. Más la ignoraban para no crear más problemas. Se limitaban a cruzar palabras cortas por amabilidad, sin embargo no pasaban de ello, y así cada uno veía por su lado. Después de todo Jungkook había vuelto a trabajar y eso le mantenía ocupado de los inevitables sentimientos hacia aquel chico que jamás debió mirar. Cada vez que miraba la ilusión en los ojos de Hoseok, cuando éste permanecía al lado de Taehyung, sabía que la vida estaba jugando sus cartas correctas. No le arrebataría la felicidad a alguien. No sería igual a todos los que le trataron de la peor forma. El patrón terminaba y no estaba dispuesto a repetir los mismos errores. Se reprendió muchas veces por lo ocurrido en el club; no pudo evitar dejarse llevar por lo que su corazón le pidió, nublando su mente de la razón y haciéndole olvidar lo correcto. Hoseok no tenía la culpa de lo sucedido, después de todo él había permitido que Taehyung le besara y aún así continuó el beso. Aunque su corazón no se arrepentía de ello, su mente sabía que nunca debió haberlo hecho. La frustración llegó para hacerle saber que no podía estar al lado del mayor como él lo imaginaba. Nada era una coincidencia, aún permanecía ese pensamiento, en cambio se modificó y hubo una agregación. Tal vez estuvieron destinados a conocerse, más no a estar juntos. Comprendía las implicaciones que significaba el hecho de que él siguiera permaneciendo a su lado. Viviendo bajo el mismo techo, por ello distintos pensamientos cruzaron por su mente cuando tenía sus breves descansos y en vez de ir a la cafetería con sus compañeros, prefería sentarse para buscar departamentos en renta. Después de todo uno de sus planes era el irse de la casa del mayor, así no tendría que lidiar con sus sentimientos hacia Taehyung. Cada día que pasaba en compañía de él, o con el simple pensamiento de su presencia, le dolía. Le parecía extraño ese sentir, no quería seguir sintiéndolo. Cuando llegaba a casa lo que hacía era apresurarse a cocinar para él, siempre dejando un poco para Taehyung. En cambio ahora ya no le acompañaba durante la cena y cuando el mayor llegaba, estaba en completa soledad, si no es que Hoseok llegaba con él y cenaban lo que había preparado Jungkook. Así era la rutina que habían adoptado ya que ambos estaban tan confundidos en lo que querían, como en lo que harían.
