Capítulo 50

3K 344 198
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

























Hacia una reverencia ante cada palabra de las personas que se acercaban a saludarlo. Algunos halagando su manera crítica y profunda a la hora de expresarse, a pesar de que el tema que abarcó no era de carácter difícil, en sus labios logró controlar cada palabra; plasmando exactamente lo que él sentía y deseaba que otros supieran.
Su llegada a ese foro fue gracias a que Jimin le había dado la noticia de que uno de sus amigos tendría un lugar para una oratoria respecto a cualquier tema que abarcara un problema social.
Así Jungkook con ciertas inseguridades decidió aceptar esa oportunidad, la cual sería un buen inicio para abrirse a lo que planeaba hacer.
Decidió hablar sobre las causas que llevaba a un individuo a ser antipático del mundo, expresando claramente varios factores. Recordándose a sí mismo cuando sufrió y jamás expuso los problemas a sus padres, no tomando en cuenta que eso tendría repercusiones como el temor, inseguridad, resentimiento, entre otras cosas.
Lo que al inicio empezó con unas cuantas personas, se volvieron en cientos, lo cual de cierto modo le hizo sentir nervioso, en cambio cuando divisó entre las primeras filas a Jimin y éste desde su lugar le indicó que respirara, se sintió menos tenso y solo así recuperó la seguridad para proseguir, ignorando las miradas y concentrándose únicamente en lo que decía.
Lo sorprendente fue que llamó la atención de muchas personas y cuando terminó de hablar y fueron retirándose se escuchaban comentarios muy buenos respecto a él y la plática. Algunos se acercaron para conocerlo, mientras que otros se limitaron a únicamente saludarlo. La visible sonrisa que se plasmó en su rostro fue espontánea y sincera.

—Muy buena plática, realmente me dejó mucho que pensar—. Halagó su amigo que se acercó para felicitarlo y estrechar su mano.

—Gracias Jimin, sentía que moría de nervios—. Soltó con un suspiro divertido.

—Lo noté, pero al final todo salió mejor ¿no crees?.

—Supongo, gracias Jimin—. Dijo mientras ambos salía del foro, caminando por los pasillos.

—Bueno, yo necesito quedarme para hablar con Luhan.

—Oh está bien, yo necesito comprar unas cosas para el fondo del cuarto—. Dijo mientras era encaminado por su amigo hacia la salida del lugar.

—Entonces te veo en casa—. Sonrió con su típica sonrisa amigable.

—Okay—. Se despidió con su mano para seguido caminar al exterior, mientras Jimin se daba la vuelta y regresaba al interior del edificio.

Jungkook comenzó a caminar con pasos lentos a la dirección de aquella tienda donde compraría las cosas que le hacían falta para el cuarto que le había asignado Jimin, dónde mismo realizaría sus grabaciones.
Estaba entusiasmado con la idea, por lo cual todo lo que hacía lo realizaba con gusto.
Conforme fue avanzando, más solitarias las calles eran, sin embargo no tenía esa inquietud que tuvo días pasados. Cómo si una presencia ajena le siguiera, lo cual provocaba una sensación desagradable a sus sentidos. Un cosquilleo en su nuca, lo cual le provocaba el voltear; sin embargo siempre que lo hacía no encontraba nada. Ahora con el paso del tiempo se dió cuenta de que solo eran sus inseguridades que hacían volar su imaginación. Las nubes daban pauta de una gran tormenta que se acercaba, por lo cual se apresuró en su andar, no queriendo que le empapara la lluvia.
No pudo evitar que comenzará a mojarse cuando las gotas repentinas dieron paso a la lluvia. Poco a poco fue subiendo su intensidad, por lo cual comenzó a correr, notando a las pocas personas corrían a atajarse en locales y lugares cercanos.
No teniendo otra alternativa hizo lo mismo, en cambio se colocó debajo de una parada, notando que solo se hallaba un hombre encapuchado en el otro extremo. Miró hacia enfrente, escuchando y mirando las gruesas gotas de lluvia, las cuales caían con más rudeza y potencia sobre el suelo.
Subió su chamarra y metió las manos en sus bolsillos, esperando a que la lluvia pasara.
Miró de reojo como el hombre de chaqueta de cuero negra que con gorro subido, comenzaba a toser y tambalearse por lo cual se giró y se acercó unos cuantos pasos, sin mirarlo bien, ya que tenía la cabeza abajo.

La Voz Del Alma (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora