Capítulo 1

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Siempre había felicidad y sonrisas cálidas de ese niño, el cual aún era muy pequeño e ingenuo.
No pensaba en su futuro o los problemas de la vida; siendo tan frágil e inocente era un blanco perfecto para cualquier atrocidad del destino, el cual arrebatador llegaba en situaciones inesperadas.
Ese pequeño era quien lograba alegrar los corazones de sus padres, los cuales a pesar de los problemas, cada vez que miraban la emoción de su pequeño, lograban sentirse esperanzados y llenos de dicha, por aquella ilusión en los ojitos de su único y preciado hijo. Siendo una motivación para ambos en los momentos más duros y difíciles.

—¿Dónde estas Kookie?—. Hablaba la mujer que fingía buscar a su hijo con determinación. Mientras el pequeño decidió ocultarse trás un sillón de la sala.
Tapaba con sus manitas su boca para evitar reír, observando a su madre que lo buscaba. Y él ingenioso aprovechó un momento de distracción para correr y esconderse bajo la mesa sin que lo visualizara su madre.

—¡Aquí estas! —. Habló su mamá yendo trás el sillón. Llevándose la sorpresa de no ver a su hijo donde creía haberlo visto. —Bien creo que ya se ha de haber ido—. Fingió irse y el pequeño confiado salió de la mesa, no siendo consciente de que la mujer ya le esperaba afuera.—¡Te tengo!—. Lo sorprendió la mujer por detrás. Cargando a su hijo en sus brazos mientras le hacía cosquillas.

—¡No mami!—. Reía a mas no poder el pelinegro quien intentaba salir de los brazos de su madre que lo mimaba y jugueteaba con él.
Poco después la mujer bajó a su hijo y se hincó a su altura para acariciar su cabello negro y darle pequeños besitos en sus mejillas.

—Eres muy inteligente Jungkook —. Halagó sincera y cariñosa; mirando la tierna sonrisa llena de inocencia por parte del niño que gritó eufórico.

—¡Si! ¡soy como mami!—. Comenzó a dar saltitos llenos de emoción. Donde hacía partícipe a su madre, tomándola de las manos para agitarla con él. Celebrando con inocencia.
Sin embargo esa acción perduró muy poco tiempo, ya que pronto Jungkook notó como el rostro de su madre se contraía en una mueca que deformó su bonito rostro, y ésta se sentó en el sillón mas cercano con cierta dificultad que pasó desapercibida para el menor, quien confundido se acercó para cuestionarle.

—Mami ¿qué te pasa? ¿estás cansada de jugar?—. Preguntó inocentemente mientras se sentaba al lado de su madre—. Abrazándola mientras ella tomaba una bocanada de aire y le sonrió débilmente a su hijo, acariciando su cabeza con parsimonia.

—No pequeño, solo que ya es tarde para seguir jugando, anda vamos a la cama—. Le animó con una sonrisa forzada; guardando en su interior el dolor que en ese momento reinó en su interior y ello había impedido que siguiera jugando con su hijo, el cual asintió en respuesta, siendo obediente a la indicación de su madre.
Ambos se dirigieron al cuarto de Jungkook quien se colocó su pijama de conejitos mientras tomaba lugar en su lecho. Su madre lo arropó, tapando todo lo posible del cuerpo de su hijo. Mientras acariciaba su cabeza y le hacía mimos, provocando risas en el contrario.

—Bien, ya es hora de descansar mi amor—. Besó la frente de Jungkook, para seguido caminar hasta la puerta y apagar la luz.

—Te amo mami—. Le escuchó murmurar a su hijo, para seguido observar como cerraba sus ojitos con una sonrisa plasmada en el rostro.
Esa escena fue la más hermosa que había visto, la cual se llevaría hasta su subconsciente, el cual posiblemente sería su último recuerdo, antes de cerrar sus ojos.

La Voz Del Alma (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora