Capítulo 52

3.1K 258 128
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
































































































































Jungkook se removió en la cama, en cambio no pudo evitar abrir sus ojos ya que detonaba luz del día, la cual había alumbrado la habitación. Después de unos cuantos parpadeos vislumbro unos brazos que le aprisionaban. Se giró lentamente aún entre el agarre que tenía, así pudo ver a un Taehyung completamente dormido mientras su rostro quedaba a su vista. Su cabello caía sobre la almohada.
Una sonrisa se pintó en su rostro al recordar lo que había sucedido la noche anterior, lo pudo diluir más cuando lo único que les cubría eran las sábanas, mientras su piel sentía la desnudez contraria. No le era incómodo, por ello se dedicó a admirar por esos momentos a la persona que tenía frente a él.
Nunca se había sentido tan libre y alegre. No sé arrepentía del acto al cual había decidido sumirse; fue una noche que nunca se borraría de su memoria, mucho menos de su corazón.
Taehyung había sido el ángel más hermoso y sutil que le pudo enviar el destino. No podía describir lo grande que era su amor por él, en cambio trataba de demostrárselo cada día, porque así como él lo hacía feliz, quería que él también lo fuera.
Tal vez su amor comenzaba a ser más grande que no medía lo que irrefrenablemente crecía en su interior. Tal vez estaba enamorándose.

Observó como el mayor abrió sus ojos y le miraron ya despierto. Ambos se quedaron así por unos segundos, antes de que sintiera como le cogía de la cintura y lo recostaba sobre su propio cuerpo.

—¡Tae!, Te voy a aplastar—. Se quejó debido a que se hallaba sobre el cuerpo de su novio, quien sonrió, ignorando sus palabras. Suspiro con gracia, sabiendo lo meloso que era el castaño.

—Eres muy hermoso Kookie—. Dijo mientras picaba una de sus mejillas y sonreía embelesado. En cambio después de ello se sentó, provocando que Jungkook hiciera lo mismo, quedando en su regazo. Ambos sonrieron y se miraron por unos segundos más, mientras el menor llevaba sus manos hasta los hombros contrarios y hacía leves masajes. Sintiendo como después le acercaba más y así se sumieron en un beso tranquilo. Acariciaba sus cabellos, sintiendo las manos grandes que acunaban sus mejillas y las acariciaban con tanta devoción y delicadeza.
Su corazón volvió a latir con fuerza al sentir su unión y aquel sentimiento tan grande que era correspondido. Le tocaba tan gentilmente que su ser se derretía ante aquellas cosas y detalles que había experimentado con él; siendo cosas suaves pero sin perder la intensidad que le demostraban sentimientos, toques indoloros y que le hacían desear por más.
En ningún momento del pasado había pasado por su cabeza el hecho de que algún día tendría a su lado a alguien con quién compartir su amor, sueños, miedos, inseguridades y felicidad. Creía que viviría el resto de su vida en soledad y al lado del mar. Ahora que probaba lo que era estar en compañía de alguien quien se había vuelto en su persona especial, no quería vivir de nuevo solo. Era egoísta ya que a pesar de que no tenían dependencia, muchas veces en secreto bajo las estrellas, pedían el permanecer por siempre juntos.

La Voz Del Alma (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora