Capítulo 53

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Su respiración entrecortada era lo único que lograba escuchar. Comenzaba a recobrar el sentido, aunque no estaba tan lúcido del todo, ya que la confusión llegó minutos después, realmente no entendía lo que pasaba o como es que estaba en un lugar desconocido.
Intentó moverse, inútilmente, sentía la inmovilización en sus muñecas. Estaba recostado sobre una enorme cama, así de grande como lo era esa habitación en la cual nunca había estado.
Estaba asustado, cosa que no podía evitar; expresándose en su respiración agitada y sus ojos que picaban por lágrimas confusas. Recobraba la memoria de lo que había sucedido. El momento en el cual unos sujetos encapuchados le habían forzado a subir a una camioneta polarizada; miró como lastimaron a Jimin por querer defenderlo, recordó cuando le golpearon con una pistola. La sangre que corrió por su frente, en cambio no pudo seguir viendo ya que el sujeto que lo había tenido preso en sus brazos, le tapó la boca y al instante sintió un mareante y potente olor que desprendía, el cual le llevó a la inconsciencia.
Quería pensar en algo congruente por lo cual le tenían ahí. Sabía que podían querer sacarle dinero a Jimin, ya que éste no había algo que no hiciera por él, y sumándole el hecho de que sus padres prácticamente eran millonarios. Aunque lo más lógico era que hubiesen secuestrado al mismo Jimin, así tendría más validez dicho secuestro.
Cuando les acorralaron fueron directamente por él y habían dejado de lado a Jimin. Cuando pensó en ello supo claramente que no buscaban a Jimin, aunque la duda seguía latente.
No tenía idea de cuánto tiempo había transcurrido desde aquel atraco ya que miró por las pequeñas ventanas que estaba el anochecer, aunque no evitaba que una luz se adentrara al cuarto y así pudiera distinguir algunas cosas.
Se removió tantas veces con el fin de quitar las ataduras en sus muñecas; sin embargo no logró nada y por ello dejó de gastar su energía en ello. Sus lágrimas rápidamente salieron, silenciosas como siempre. Sintiendo temor ante no saber que ocurría o si algún día volvería a ver a Taehyung.
Ahora era cuando más ansiaba su presencia, de sus palabras reconfortantes y sus brazos protectores.

Escuchó como la puerta era abierta y debido a la oscuridad no pudo ver con claridad quien era. Hasta que fue encendida la luz logró captar la identidad del sujeto. Desde que sus ojos hicieron conexión con los contrarios, volvió a tener miedo. Después de tanto tiempo no creía la que la pesadilla volviera.
Sus entrañas se removieron con furor, su piel sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo, y sus lágrimas no cesaron cuando vió al hombre que frente a él, le veía sin morbosidad alguna y en cambio una sonrisa tranquilamente enferma adornó su rostro.

—Por fin estás en casa, mi querido Jungkook—. Dijo Frank con cierta alegría y entusiasmo. Comenzando a acercarse a él, en cambio cuando sintió su presencia más cerca, Jungkook se alteró notablemente, provocando que el mayor detuviera sus pasos y se quedará frente a la cama en dónde reposaba
—No tienes porqué temer, no permitiré que nadie te haga daño—. Habló con un matiz preocupado. Cosa que no fue más que una farsa para el menor que quieto y con lágrimas en los ojos no quería seguir viéndole —Dime ¿Por qué lloras? ¿Es la habitación?, ¿No te gusta?, Si quieres podemos decorarla como a ti te guste—. Animó con cierta ilusión.

Trataba de no mirarle ya que quería pensar en que todo se trataba de una alucinación, que nada era real. Por más terrible que fuera, algo en su razón le hizo creer que todo lo que pasaba se trataba de la verdad.
Asustado trató de moverse para quedar lo más lejos posible de ese hombre que cuando vió su acción se acercó a él de nuevo, provocando que se quedara quieto debido al terror que sintió.

La Voz Del Alma (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora