Capítulo 48

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Perdido en sus pensamientos miraba la habitación de Hoseok que se hallaba en completa soledad. Ya habían transcurrido dos semanas desde que sucedió aquella discusión en la cual Jungkook había decidido irse de casa. Hecho que no fue notificado a Taehyung y solo supo la verdad cuando después de auxiliar a Hoseok, no vió más la presencia de ese chico. En esos momentos de coraje que no pensó en las cosas que había dicho, sintió un peso que cayó sobre él con potencia cuando se dió cuenta de las consecuencias de su hablar. Para muchos sería un acto infantil y algo espontáneo, sin embargo, Taehyung comprendía todas las palabras dichas, le había hecho sentir mal y con esa incomodidad era obvio que Jungkook no se iba a sentir bien siguiendo en la misma casa. Nunca había tomado en cuenta que las cosas podían salirse de control si vivía con alguien más. La culpa se hizo presente tan pronto pasaron los días y cuando regresaba de trabajar lo único que veía era sus muebles que no provocaban ni siquiera un crujir. Dándole un ambiente tan silencioso. Inclusive podía asegurar que cuando el pelinegro permanecía ahí y no podía pronunciar ni una sola palabra, había más sonido; porque lograba escuchar su voz con tan solo contemplarle, con sus gestos y movimientos. Ahora solo le quedaba seguir como lo había hecho antes de que apareciera Jungkook en su vida.
Intentaba hacerlo, en cambio con el paso de las horas lograba sentirse solo, un sentimiento que ni cuando estuvo vagando por años en las calles de indigente, logró sentir. No solo era una soledad física, aquello en su interior que lograba removerse con insistencia, ante la presencia del pelinegro, parecía adormecida. Todo dentro de él era estático y no lograba ser movido ni por las constantes visitas de su novio.
No podía negar que su interior estaba herido, sobre todo cuando había descuido con un chico, al cual se había acostumbrado y hecho que un cariño naciera dentro de él. Tanto fue ello que con el paso del tiempo se volvió en algo más fuerte y que lograba afectar en todo su raciocinio. Lamentablemente las cosas ya habían sucedido y por más que intentara hacer algo, su orgullo no se lo permitía, después de todo seguía confundido con los hechos pasados.
Ignoró el problema y se enfocó de nuevo en aquello que lograba ponerlo de buen humor. Atendía a personas que llegaban heridas o con programaciones de alguna cirugía, su desempeño siempre era eficaz, y aunque lograba sanar los malestares, había una traba que últimamente le dificultaba concentrarse del todo en su trabajo. Aquello que era su nuevo delirio y que no le dejaba en paz, Jungkook.
Durante las noches, en su poca lucidez de consciencia, se levantaba a mitad de la noche para ir al cuarto que le perteneció a Jungkook; creyendo que éste seguía ahí y podría tener una posible pesadilla. Regresaba a la realidad cuando giraba la perilla y veía el cuarto en penumbra y total orden, sin la presencia del chico.
Después de luchar constantemente con él mismo decidió que lo mejor para todos era el que se olvidara de lo sucedido y no pensar más en Jungkook. Realmente quería olvidar, porque lo mejor era pretender que no existía algún problema y así no tendría que lidiar con dolor por la perdida.
Era difícil ese hecho, en cambio daba todo su esfuerzo por no pensar de nuevo en él, ya que Hyuna y otros compañeros habían notado su cambio de humor en los últimos días.
En momentos de descanso y en los cuales reposaba en su lecho con la compañía de su consciencia era inevitable no pensar en el resultado de las cosas. Preguntándose si se encontraba bien, si Jimin le alimentaba bien.
Recordaba a la perfección cuando días atrás apareció el rubio tocando a la puerta de su casa, cuando le vió se llevó la sorpresa de ver un gesto de coraje y para nada amigable. Sin embargo llegó para recoger las cosas que se había comprado Jungkook con el dinero de su empleo. Cuando él decidió meter en la maleta ropa que él mismo le había comprado, Jimin la negó y no dejó que entrara en la maleta. Le preguntó por Jungkook, en cambio lo único que recibió fue un "ahora está mejor conmigo, yo no le haré sufrir".
La actitud del chico no le agradaba en lo absoluto, pero no podía hacer nada para que este se portará amable, comprendía que adoptaba ese comportamiento por la discusión hacia el pelinegro, incluyendo el hecho de que Jimin tenía sentimientos hacia el menor. Estaba preocupado y por ello insistió tanto a Jimin para que le diera su dirección, para cualquier situación que se presentara; al final por más extraño que parecía, el chico accedió y le dejó una tarjeta con su dirección. Después de ello salió de su casa y no le había vuelto a ver.

La Voz Del Alma (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora