Aidan
- Gloria, cancelo la reunión de las doces.
- Así es señor.
- Bueno, creo que todo está perfecto, ¿puedo irme tranquilo?
- Si señor, y más vale que se dé prisa el auto lo está esperando para la consulta médica, y aún no ha pasado a buscar a April - No creo que sea de su incumbencia, y menos decirme como hacer mi trabajo, creo que le pago para mis preocupaciones profesionales, no para ser de mi niñera. - Lo ojos azulados de Gloria se estremecieron y solo bajo la cabeza y asintió.
- Discúlpeme señor, mejor me retiro. - La chica salió de mi oficina y se retiró.
Llama Aurora.
- ¿Iras? , como te dije Ana, y yo podemos ir a la consulta médica.
- ¡Mama, basta!, lo correcto sería ir con April, a la primera sonografia de nuestro bebe.
- ¡Hijo, pero me imagino que tienes mucho trabajo, además como abuelas queremos estar presente!. - Voltee los ojos en señal de irritación.
- ¡No te digo nada más!, ¿además mama, me estás diciendo que mi trabajo es más importante?.
- ¡No!, solo digo que eres un hombre ocupado.
- Aurora, esta conversacion se acabó. Nos vemos en Inglaterra el fin de semana. - Escuche un fuerte suspiro de derrota atrás del teléfono.
- ¡Te amo hijo!
- También yo mama.
Fin de la llamada
Salgo de la oficina, y todos los que me ven salir, se ponen rigidos y asustados, todos en su lugar, todos trabajando. Enseguida entro al ascensor y Laura una de las recepcionistas entra conmigo. trae puesto una falda súper ajustada a su cintura y siga de ajustada hasta llegar a un corto muy poco apropiado. Se suelta el pelo, en acción de repararse el moño desordenado. Su camisa me da señal al ver las siluetas de sus senos, por el botón desabotonado que lleva a dirección a ver un poco el color de su sostén.
- Señorita López. - Esta se pone un poco rígida para luego voltear y mirarme con una mirada provocativa. Mi emoción facial era la misma, seria.
- Considero, que debería de abotonarse más esa camisa, no la encuentro adecuada para decir que aquí trabaja gente seria. - Empezó a reírse estúpidamente.
- Discúlpeme, ¿me puede decir que le causa gracia? - Esta se acerca sensualmente hacia mi y pone uno de sus dedos en mi camisa.
- No perdamos el tiempo jefe, no niegues que me deseas desde que llegeu a este lugar, dejémonos de jueguitos y de las escondidas, estamos solos. ¿Quien podria vernos? - Torci mi sonrisa, para que esta loca pensara como que si estuviera dandome la razon, de un brinquito la creatura esta me besa como que nunca habia besado a nadie en su vida, sigui y siguio hasta que la separe. La mire con una sonrisa en el rostro, para luego secarme los labios.
- Ahora, que ya nos dejamos de jueguitos señorita López. - Esta volvió a sonreír y me robo otro beso, la tome de las manos y la separe delicadamente. La puerta del ascensor se abrió y ambos salimos, esta salió con una sonrisa y pues yo la detuve. -como decía, Ya que nos dejamos de jueguito, me da mucho gusto decir, fue un placer trabajar con usted. Espero que le vaya bien en la vida. - Esta estaba un poco confundida, hasta que luego entendió lo que le llegaba a decir, los compañeros de al rededor nos miraban un poco confundido. - Me acerque un poco a ella para no arma un escándalo. - Debiste pensarlo antes de tirarte como una cualquiera a besarme, seamos un poco profesionales. - No pude evitar que algunos al rededor escucharan para escuchar murmullos detrás de mí, esta se quedó paralizada para luego ir con toda prisa a llorar, en alguna parte del mundo. Todos me miran aterrados, como con risas, por lo sucedido.
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Tú siempre y para siempre serás mía
Teen Fiction¿Que clase de amor es éste?, amor posesivo y egoista, ¡Oh no!, ésto no lo voy a permitir, no soy un objeto. Debi preguntarme hace tiempo, a que límite puede cambiar una persona solo por ti, no me refiero a un cambio bueno, un cambio de poder y poses...