Capitulo 64.

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Ella se puso la mochila en el regazo.

—Tengo algo para ti. Lo hice yo. —Abrió la cremallera y sacó un álbum de fotos azul. El nudo que Justin sentía en el estómago se contrajo al contemplar la portada, que había sido cuidadosamente pintada a mano. Usando acuarelas y rotuladores, había dibujado el logotipo dorado y azul de los Stars con un elaborado diez —el número de Justin— en el centro. Unos corazones con alas y estandartes con su nombre, Boo, decoraba el borde.

Se sintió feliz de que Blud tomara la palabra porque él se quedó sin saber qué decir.

—Es un trabajo muy bueno desde un punto de vista artístico.

—Trinity lo hace mejor —contestó Riley—. Es más detallista.

—El detalle no siempre es lo que cuenta en el arte —dijo Blue.

—Mi madre dice que ser detallista es importante. O solía decirlo.

—Lamento mucho lo de tu madre —dijo Blue en voz baja—. ¿Ha sido muy duro para ti?

Riley frotó uno de los corazones de la portada del álbum.

—Trinity es mi prima. También tiene once años, y es muy guapa. Es hija de mi tía Gayle.

—Apuesto lo que quieras a que Trinity se preocupará por ti cuando se entere de que has desaparecido —dijo él.

—Oh, no —contestó Riley—. Trinity estará contenta. Me odia. Piensa que soy un bicho raro.

—¿Y lo eres? —preguntó Blue.

Justin no entendía a dónde pretendía llegar con eso, pero Blue ignoró su mirada torva.

—Supongo —dijo Riley.

Blue sonrió.

—Yo también. ¿No es genial? Los bichos raros son las personas más interesantes, ¿no te parece? Todos los demás son aburridos. Trinity, por ejemplo. Puede que sea guapa, pero es aburrida, ¿no?

Riley parpadeó.

—Lo es. Todo lo que quiere es hablar de chicos.

—¡Puaf! —Blue arrugó la cara más de lo necesario.

—O de ropa.

—Qué asco.

—Mira quién habla —masculló él.

Pero Riley ya le seguía el juego a Blue.

—O de que vomitar es lo mejor para no engordar.

—Estarás de broma —Blue arrugó su pequeña nariz afilada—. ¿Cómo sabe eso?

—Vomitar es muy importante para tía Gayle.

—Lo he pillado. —Blue le dirigió a Justin una rápida mirada—. Supongo que tía Gayle es también guapa y aburrida.

—Sí. Siempre me llama «cariño» cuando me ve y me quiere dar un beso, pero todo es pura hipocresía. También piensa que soy un bicho raro además de gorda. —Riley tiró con fuerza del dobladillo de su camiseta intentando cubrir el pequeño michelín que sobresalía por la cinturilla de los pantalones.

—La gente así me da pena —dijo Blue con seriedad—. La gente que siempre cree tener razón. Mi madre, que es una mujer de fuertes convicciones, me enseñó que no puedes sacar provecho de la vida si te pasas el tiempo criticando a los demás porque no son ni se comportan como una piensa que deberían hacerlo.

—¿Y tu madre... está... viva?

—Sí. Está en Sudamérica ayudando a unas chicas. —El semblante de Blue se volvió sombrío.

Juego de Seducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora