Kara

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— ¡Kara, la cena esta lista!

— ¿Qué cenaremos?

—Tus favoritos, macarrones con queso.

—Wow ¿Podemos? —cuestiono la pequeña inclinando la cabeza a un costado.

—Claro, hoy las propinas fueron muy buenas.

—Me alegro mucho Alex. —comento la pequeña sonriendo.

—Y dime. ¿Cómo te portaste hoy hermanita?

—Yo siempre me porto bien, Al. —contesto la pequeña llevándose un bocado de macarrones a la boca.

—Es cierto, pequeña.

—¿A ti qué tal te fue? ¿Roger volvió a invitarte a salir?

—Lo hizo, pero...

—Otras vez le dijiste que no. —la chica sonrió y asintió. — ¿Todos los chicos son así?

—¿Necios?

—Am, aja.

—Pues podría decirse que la mayoría. ¿Quieres más? —cuestiono al ver el plato prácticamente vacío.

—¿Más? —cuestiono Kara con sorpresa. — ¿En serio? —su hermana sonrió y tomo el plato. —espera, tu comiste muy poco.

—Yo comí en el restaurante pequeña. —la pequeña la observo y asintió, conocía a su hermana, pero no dijo nada más.

—Gracias. —dijo la pequeña al terminar su cena, retiro el plato y el vaso y lo coloco en el fregadero. —estuvo muy rica la cena Al.

—Me alegra que te gustara. Ve al sofá, lavare los platos y en un momento estoy contigo.

—Me toca escoger a mí. —comento acercándose al pequeño mueble que mantenía una pequeña pantalla y unas cuentas películas.

—De hecho, te tengo una sorpresa. —exclamo la chica desde la cocina.

— ¿Una sorpresa? —cuestiono la pequeña regresando hasta su hermana. — ¿Para mí?  —volvió a cuestionar, Alex sonrió mientras se secaba las manos. Tomo a su hermana en brazos y camino con ella hacia la sala.

—Sí pequeña, para ti. —dijo colocándola en el sofá. —cierra los ojos. —la pequeña con entusiasmo hizo caso a su hermana. Alex tomo su bolso y saco una pequeña caja envuelta. —puedes abrirlos.

—¡Wow! Un regalo y es para mí. —comentaba con asombro, Alex se limpio una pequeña lagrima que corría por su mejilla. Kara con sumo cuidado retiro el papel, en cuanto quedo al descubierto de que se trataba aquel regalo, su cara era puro asombro, abría y cerraba la boca una y otra vez.

— ¿Te gusta?

— ¡Me encanta!  Gracias, gracias, gracias. —exclamo la pequeña saltando en el sofá. —la pondré. —dijo corriendo hacia el pequeño aparato bajo la pantalla. Coloco el disco, tomo el control y regreso al sofá con su hermana. —gracias. Al.  —repitió dejando un beso en la mejilla de su hermana, quien asintió sonriendo.

—De nada pequeña. —la pantalla se ilumino y en letras grandes se leía ¨Moana¨ Alex no pudo llevar a su hermana al estreno, pero le prometió que en cuanto pudiera le compraría aquella película que tanto le había llamado la atención. Kara aplaudió y se acomodó en los brazos de su hermana, quien solo podía verla encantada, ella siempre quería ver esa sonrisa en la pequeña.

Alex Danvers, una chica de apenas veintiún años, quien a tan corta edad se había quedado a cargo de su pequeña hermana, Kara Danvers, de tan solo siete años. Su madre había muerto y a su padre simplemente no lo necesitaban. Alex trabajaba en un restaurante, ella quería lo mejor para su pequeña hermana, intentaba hacer más turnos que sus compañeros. Pero las condiciones con las que servicios sociales permitió que ella se quedara con su hermana, no le facilitaban las cosas. Ella debía trabajar solo medio tiempo, mientras la pequeña estaba en la escuela, por las tardes tenía que acudir a clases, ya que eso le abriría más puertas para criar mejor a su hermana. En eso estaba de acuerdo, pero el hecho de que tuviera que pagar una niñera para poder hacerlo, no le ayudaba. El dinero era lo que menos sobraba en aquella pequeña casa. Con el tiempo una vecina se ofreció a cuidar a Kara, sin necesidad de que le pagara, simplemente quería ayudarlas. Alex no acepto a menos que dejara que le diera algo por su ayuda. Cuando lograba tomar un turno por la noche que eran los mejores por las propinas, ella tenía que dejar a Kara sola o cuando había suerte su vecina se quedaba con ella. Sobre los turnos nocturnos obvio no sabía servicios sociales. Alex hablo con la pequeña, ella entendió todo, ella tenía que ser buena niña y ayudar a su hermana, aunque significara tener que quedarse sola, cuando Alex trabaja de noche. La pequeña dejaba que su hermana la acostara antes de irse a trabajar, pero en cuanto esta salía, ella se levantaba, tomaba su manta, su pequeño amigo lobo y se iba a la sala. Ponía su despertador media hora antes de la hora en la que llegaba Alex, en cuanto este sonaba, con pesar tomaba sus pertenencias y regresaba a su cama. Cuando Alex llegaba entraba a su cuarto y dejaba un beso en su cabeza. Kara no le permitía que viera que le daba miedo quedarse en su cuarto, porque eso preocuparía a su hermana y ella no quería hacer eso.

Alex sonrió al notar que Kara se había quedado dormida, apago el televisor y tomo a su hermana en brazos. La coloco en su cama y después de dejar un beso en su frente salió.


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—Hola pequeña, buenos días.

—Hola Al. ¿Por qué no tienes tu uniforme? —cuestiono la pequeña dejando su mochila en el sofá.

—Porque hoy no trabajare. —contesto la chica poniendo un plato de comida frente a la pequeña.

—Chispas. —la pequeña se tapó la boca viendo a su hermana. —quise decir. ¡Chorizo! ¿Tan buena fue esa propina? —Alex sonrió y se sentó frente a su hermana.

—Lo fue, pero ahora dime. ¿De dónde sacaste esa palabra? —Kara tomo un trozo de pan y se lo llevo a la boca, Alex la observo arqueando una ceja.

—No es una mala palabra. ¿Cierto?

—No lo es, pero jamás te había escuchado decirla.

—Am, una amiguita la dice mucho.

—Pensé que no tenías amigas en la escuela.

—Lena no va a mi escuela. —contesto la pequeña, mientras se llevaba un bocado a la boca.

— ¿Entonces de donde la conoces? —la pequeña cerro los ojos y bajo la cabeza.  —el parque. —afirmo Alex cruzando los brazos. —Kara, sabes que no puedes salir sola, y... —levanto un dedo al ver que la pequeña iba a decir algo. —no importa que este cerca. —Kara volvió a bajar la cabeza y asintió.

—Lo siento.

—Peque, mírame por favor. —Alex tomo las pequeñas manos de su hermana y le sonrió, Kara hizo lo mismo. —mira, te entiendo, eres pequeña, quieres jugar, explorar y créeme, a mí me gustaría tener más tiempo para ti, pero por ahora necesito que me entiendas y no salgas sola, me muero si te pasa algo.

—Está bien. —contesto la niña. Alex asintió, ya más relajadas las dos disfrutaron de su desayuno.

—Me alegra saber que tienes una amiga. ¿Lena?

— ¡Si! —contesto la pequeña con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.  —ella es genial. —la chica sonrió al ver el entusiasmo de su hermana. —juega conmigo, me defiende. Es genial.

—Ya, sí que suena genial. —Kara asintió, al hablar de Lena recordó lo que le prometió.

—Por... ci-er-to am, yo.

— ¡Ey! Tranquila, no tienes porqué ponerte nerviosa. Respira. —Kara asintió y respiro hondo, observo a su hermana y sonrió. — ¿Mejor?

—Sí. —Alex veía a su hermana con ternura. —Lena m... me invito a su fiesta de cumpleaños, sé que trabajas y lo entiendo de verdad, pe-pero es un día importante para Le. Yo... am. ¿Podrías llevarme?  —Alex sonriendo se levantó, se acercó a Kara se hinco y tomo sus manos.

— ¿Cuándo te volviste tan inteligente? —cuestiono dejando un toque en la nariz de Kara, acto que hizo reír a la pequeña.

— ¿Lo soy?

—Pero por supuesto que lo eres. —Kara sonrió y brazo a su hermana. —Venga, ve a lavarte los dientes o se nos hará tarde, hablamos sobre la fiesta de camino a la escuela. —la pequeña salió corriendo con una sonrisa enorme, ella ya quería ver a Lena.

Mi pequeña héroe  (SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora