Mi pequeña héroe (SUPERCORP)

Arriésgate

—¿Recuerdas cuando me la diste? —Kara se sobre salto al escuchar a Lena. Tenía en sus manos una bola de cristal, dentro había una casa y al rededor nieve. —lo siento, no quise asustarte. —Kara asintió.

—Claro que sí, tú estabas enferma y no podías salir a jugar en la nieve, entonces yo...

—La trajiste a mí. —Kara sonrió.

—No tanto así, solo quería hacerte más ameno el momento.

—Para mí fue así. —comentó Lena acercándose a Kara. —no me gusta que estes molesta conmigo.

—No puedo estarlo por mucho tiempo. —Lena sonrió y apartó un mechón de cabello del rostro de Kara.

—Eres muy importante para mí K.

—Tú para mí. —contestó Kara jugando con las manos de Lena. —termine con Colin. —Lena reprimió la sonrisa que se asomaba en sus labios.

—¿Cómo lo tomó?

—Justo hace un rato llego a mi casa, para decirme que había cometido un error. —Lena asintió. —él me engaño.

—Idiota. —masculló Lena. —lo siento tanto.

—Yo no, aunque no me hubiera dicho eso, iba a terminar con él. —Kara soltó una pequeña risa al ver el rostro confundido de su amiga. —no es a él a quien quiero. —Lena se movió nerviosa e intentó alejarse.

—K...

—No esta vez. —dijo Kara tomando a Lena del brazo. —tú sientes lo mismo por mí, puedo sentirlo ahora mismo. —Kara acercó su cuerpo al de Lena manteniendo el firme agarre en su brazo. —tiemblas de solo tenerme cerca.

—Yo...

—¿A que le tienes tanto miedo? —Kara tomo el rostro de Lena entre sus manos. —arriésgate, dime qué no sientes lo mismo por mí y no vuelvo a insistir.

Lena guardo silencio y bajo el rostro, Kara entrecerró los ojos y asintió. Soltó el rostro de Lena y retrocedió.

—Bien. —susurró dando la vuelta. Lena la observo sintiendo que una parte de ella se alejaba con la rubia. Justo cuando Kara estaba por salir, Lena la detuvo. Tomo su rostro entre sus manos y cerró la distancia entre ellas, Kara le respondió como si su vida dependiera de ello. Rodeo su cuello y profundizó el beso, Lena la tomó de la cintura atrayéndola más cerca, si eso era posible.

—Pensé que no reaccionarias. —susurró Kara juntando su frente con la de Lena.

—Siento ser tan tonta. —contestó Lena sonriendo.

—Te perdonó.  —Lena abrió la boca fingiéndose sorprendida.

—Tú tendrías que haber dicho que no lo soy. —Kara reía encantada con las caras de Lena. —¿Qué pasará ahora? —Kara acaricio el rostro de Lena y dejó un beso en sus labios.

—Primero me llevarás a una cita.

—¿Así? —Lena mantenía sus manos en la cintura de Kara, mientras que la rubia rodeaba con las suyas el cuello de Lena.

—Sí, no pensarás que soy una chica fácil.

—Definitivamente no. —contestó Lena riendo.

—Después me preguntaras si quiero ser tu novia, yo te dire que tengo que pensarlo.

—Espera. ¿Tendrías que pensarlo? —Lena frunció el ceño sin borrar su sonrisa.

—Pues claro, ya te dije que no soy...

—Una chica fácil, lo sé. —Kara asintió. Lena acaricio el rostro de Kara, al mismo tiempo que la veía con tal devoción.

—Gracias por ser paciente conmigo. —susurro Lena acariciando los labios de Kara. La rubia acercó su rostro al de Lena, sonrió y justo cuando Lena se disponía a besarla. Kara se alejo. —nada fácil. Ya veo. —dijo Lena viendo la sonrisa traviesa de la rubia.
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—¡Puedes dejar de dar vueltas como loca!

—Amor. —susurro Pisi. —entiéndela, es su primera cita.

—Lo siento, pero todo va a salir bien. —Imra detuvo el andar de Lena y la obligó a sentarse. —¿Me escuchaste?

—¿Qué?

—Que no tienes porque estar nerviosa. —dijo Pisi acariciando las manos de Lena. —la pasarán muy bien.

—Gracias. —contestó Lena sonriendo a su amiga. —deberías aprender hacer más como Pisi, a veces eres muy bestia. —comentó Lena después de reponerse.

—Tiene que haber un balance querida, la amabilidad es de Pisi. —Lena rodó los ojos.

—Creo que me iré o se hará muy tarde.

—Eres una dramática, faltan horas. —comentó Imra riendo. —de hecho Pisi quedó de ayudar a Kara a alistarse.

—Y tú me ayudarás a mí. ¿No?

—¡Ja! Que va. —contestó Imra dejándose caer en el sofá. —yo solo esperaré aquí a que mi novia termine. —agrego encogiendo los hombros.

—Tonta. —dijo Lena arrojándole un cojín.

Después de un par de horas, Pisi se encontraba con Kara, la rubia estaba menos nerviosa que Lena, estaba feliz porque por fin estaba pasando lo que ella tanto había deseado.

—No sabes cuánto me alegro por ustedes.

—Gracias Pi, estoy muy feliz.

—Se nota. —contestó Pisi presionando la mano de Kara. —Lena quedará hipnotizada, te ves hermosa. —Kara sonrió acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja.

Kara estaba lista, había elegido por un cómodo vestido veraniego, su cabello suelto caía por sus hombros. Con ansias esperaba la llegada de Lena, sus nervios aparecieron, cuando escucho el timbre. Sus ojos brillaron en cuanto abrió la puerta y vio la sonrisa de Lena. Al igual que Kara la morena había elegido un vestido floreado, el cabello lo llevaba suelto, adornando sus hombros, un suéter café era el toque final. Cómo Pisi había dicho, Lena estaba hipnotizada con la belleza de Kara, quien del mismo modo había quedado embelesada con la belleza de la morena.