Tranquila

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—¡No! ¡No! ¡No! —Lena se despertó sumamente asustada al escuchar los gritos, se levantó y bajo las escaleras a toda prisa.

—Calma Kara, es una pesadilla. —dijo intentando sujetar a la rubia pero los movimientos erráticos de la rubia no se lo facilitaba.

—¡No, suéltame! —Kara gritaba e intentaba apartar las manos de Lena.

—Soy yo, Lena. —dijo sujetando por fin las manos de Kara. La rubia despertó pero siguió luchando por soltarse, Lena se levantó y abrazó a Kara por la espalda. —shhh, tranquila, tranquila. —susurraba una y otra vez, el cuerpo de Kara estaba empapado por el sudor y su rostro por las lágrimas. Temblaba sin parar, mientras repetía una y otra vez que no la lastimara. Lena seguía sujetando sus manos temblorosas.

—¿Lena? —aquel susurro fue más una cuestión que una afirmación.

—Sí, soy yo. Solo fue una pesadilla. —dijo aligerando el abrazo poco a poco, se levantó y volvió a sentarse frente a Kara sin soltar sus manos.

—H-hace mu...

—Tranquila. —Kara suspiro intentando calmarse.

—Hace mucho n-no las te... tenia. —Lena no sé sorprendió al escuchar eso, después de todo lo que Kara había pasado, era normal cualquier  trauma que la rubia tuviera. Pero le dolía tanto verla así y le daba tanta rabia con aquel hombre.

—Tal vez recordar todo, no estuvo bien. —contestó Lena con tristeza.

—Jamás olvide nada. —susurró Kara logrando que Lena se estremeciera con la naturalidad con la que decía todo.

—Iré a prepararte un té, ahora vuelvo. —Kara dudo pero asintió, en cuanto vio a Lena salir, se maldijo una y otra vez, ella lo último que quería era que Lena le tuviera lastima. Tomó su celular para llamar a Alex, pero lo arrojo con coraje al ver que aún no tenía señal. —toma, esto te calmará.

—Gracias. —Lena se sentó a su lado intentando encontrar las palabras adecuadas, pero no las había, no tenía ni la menor idea de que decirle y parecía que la rubia lo había notado, porque sonrió de medio lado. —siento haberte despertado. —dijo dejando la taza en la mesa de noche.

—No te preocupes, intenta descansar. Yo estaré  aquí.

—¿Ahí? —Kara señalo el sofá al ver a Lena acomodarse, la morena asintió. —no pensaras quedarte en el sofá.

—Claro, es un sofá muy cómodo.

—Lena no...

—Duerme. —dijo la morena regalándole una sonrisa a Kara, la rubia conocía a Lena, ella no la sacaría de esa idea absurda.

La noche no pasó con más complicaciones, Kara logró dormir tranquilamente, tal vez saber a Lena cerca, la hacía sentir segura. Lena sin en cambio, despertó con un horrible dolor en la espalda, aquel sofá después de todo no era tan cómodo. Cuando se despertó Kara aún dormía, salió con sumo cuidado y fue a la cocina a prepararse un café. Después subió a su habitación y tomó unas cuantas cosas.

—¿Mejor? —cuestionó al ve a Kara salir de su habitación.

—Sí, gracias. Me tome el atrevimiento de ducharme.

—Que bueno que lo hiciste, los malos olores no son buenos. —bromeó intentando aminorar la notoria vergüenza que tenía Kara.

—Que chistosa.

—Lo sé, es una de mis cualidades. —contesto arqueando la ceja. —vamos, tu bolso ya está en el carro.

—¿A dónde? —Kara frunció el ceño.

—Volvemos a la ciudad.

—Pero tú dijiste que estarías aquí por... espera, ¿es por mí? Porque no tienes porque volver yo puedo buscar alguien que me acerque a un teléfono y llamarle a Leslie.

—¿Terminaste? —Kara bajo el rostro sumamente ruborizada. —bien, ahora vamos.

Kara no dijo nada más, siguió a Lena y subió al auto cuando ella le abrió la puerta y le pidió hacerlo. No pudo evitar ponerse triste al ser consciente de que Lena no quería estar a su lado.

—Sé que después de lo de anoche, intentaste hablar con Alex. —Kara la miro un poco sorprendida. —no fue mi intención espiarte, pero lo escuché cuando volvía con el té.

—Sí, intente hacerlo, pero sigo sin señal.

—Por eso volvemos Kara, sé que la necesitas. —la rubia limpio una lágrima en su mejilla. —por eso y porque creo que es momento de que comencemos nuestra búsqueda.

—¿Aún me ayudarás? —la sorpresa con la que Kara hizo aquella pregunta, hizo que Lena sonriera.

—Claro.

—Pero tú dijiste que querías estar unas semanas aquí.

—Y así sera, la casa no se irá a ningún lado.

—Pero...

—Nada. —Lena arranco el automóvil y salió de ahí con una Kara llena de sentimientos, llena de sensaciones. Pero lo que no podía negar porque se le reflejaba en el rostro, era la inmensa felicidad que sentía.

El camino de regreso fue mucho más cómodo, Kara se interesó en lo que Lena hacia, al igual que la morena, a ninguna les sorprendió lo bien que les estaba yendo, para Lena, Kara siempre fue muy inteligente y sabía que llegaría muy lejos, lo mismo que pensaba Kara sobre Lena.

—Ya hay señal por sí quieres llamar a Alex. —comentó Lena viendo su celular, negó con la cabeza al ver las innumerables llamadas y mensajes que tenía.

—Puedes detenerte en la próxima gasolinera por favor. —Lena asintió.

—Lo siento. —dijo Lena cuando su celular sonó, presiono el botón para contestar desde el carro. —Andrea, que sorpresa.

—Hola guapa. —contestó la chica del otro lado. —espero que una sorpresa agradable.

—Lo es. ¿Cómo estás?

—Bien, acabo de regresar.

—Pensé que tu viaje duraría más.

—No podía estar más tiempo lejos de ti. —Lena sonrió negando con la cabeza, Kara sin en cambio se movió algo incomoda.

—Ya te quiero ver. —Lena intento no sonar nerviosa.

—Voy para tu departamento.

—No estoy ahí, en cuanto llegue te llamo y nos vemos.

—Me parece perfecto, hasta pronto guapa.

—Adiós Andy. —Lena colgó sonriendo ampliamente, no podía negar que la llamada de Andrea la había puesto muy contenta, Kara lo noto.

—Es Andrea la...

—La prima de Pisi, sí. —dijo Lena sonriendo.

—Parece que se llevan mejor.

—Creo que más que eso. —contestó Lena algo distraída. —llegamos a la próxima gasolinera. —comentó estacionando el auto, Kara no logro preguntarle a lo que se refería. Salió del auto y entró al baño, Lena decidió comprar algunas cosas para el camino.

—Llegamos. —Lena estaciono el auto inspeccionando el edificio. —¿Aquí vives? —Kara asintió. —¿Estás bien? Estuviste muy callada el resto del camino.

—Lo estoy, gracias por traerme. —contestó Kara girándose hacia la puerta.

—Espera. —Lena frunció el ceño pero no dijo más, se bajo del auto y le abrió la puerta. —ya tienes mi número, llámame más tarde para ir a... bueno, ya sabes. —comentó con nerviosismo. Kara asintió, Lena pensó que estaría bien hacer en ese momento, solo darle la mano y despedirse o dejar un beso en su mejilla como con cualquier otra persona. La mirada de Kara sobre ella no le facilitaba la decisión. Sacudió la cabeza y optó por la primera opción.

—Le. —susurró Kara viéndola subir a su auto, sacudió la mano despidiéndose, suspiro y entró.

Mi pequeña héroe  (SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora