Con la muerte de Robert Baratheon, el trono de hierro ha caído en manos de los Lannister. Cersei pone la corona sobre su cruel hijo bastardo iniciando una rebelión conocida como la guerra de los cinco reyes. Guerra en la que Ravenna trata de mantene...
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LA LEONA NO HABÍA ASISTIDO AL JUICIO DE SU HERMANO, TYWIN SE LO HABÍA PROHIBIDO. SUS HIJOS ESTUVIERON PRESENTES Y LE CONTARON TODO LO QUE SUCEDIÓ, COMO TYRION SE DESAHOGÓ Y COMO EXIGIÓ JUICIO POR COMBATE.
Ahora miraba a su padre, acudiendo a él para que hiciera algo por Tyrion, rogando que intentara ayudarlo aunque fuera por primera vez, pero sus planes se vieron arruinados cuando logró escuchar que Margery sería reina al casarse con Tommen, quitándole a Cersei el título de reina regente.
— ¿Por qué a Cersei? —lo miró fijamente—. ¿Por qué decidiste poner la corona sobre su cabeza?
— Porque es más fácil de manipular. No hace preguntas, se queda callada y cree que eso la hace más inteligente, cree que los años le dan experiencia. —respondió.
— No piensas que Athos sería mejor rey que Tommen. Lo has visto en batalla, es bueno, inspira confianza. Las personas lo aman.
— Pero es un Targaryen. ¿Cuánto falta para que se vuelva loco como el resto de su descendencia?
— No lo hará. —afirmó—. Perdió a su padre, obtuvo poder, su hermana murió antes de que pudiera salvarla y tuvo que matar al amor de su vida porque ella se lo suplicó. Si aún después de eso conserva el juicio no veo porque lo perdería después.
La puerta se abrió de manera abrupta, por ella ingresó Cersei, a pasos rápidos y con lágrimas secas en su rostro, se veía que seguía llorando la muerte de su hijo y para Ravenna fue comprensible, sin embargo, la mujer la acusó gritándole incoherencias.
— ¿Insinúas que envenene a tu hijo? —enfrentó con sarcasmo—. ¿Cómo puedes...?
— Te la pasaste señalando todo lo que él hacía y cuando murió vuestro esposo dijiste que un Lannister siempre paga sus deudas. —argumentó colérica—. Él tenía la corona de vuestra hijo, siempre lo dijiste.
Jaime abrió los ojos y elevó sus cejas bastante impactado por la revelación que soltó Cersei.
— ¿Athos es un Targaryen? —cuestionó incrédulo con un hilo de voz.
— Siempre supe que eres el Lannister más estúpido, pero no tanto como para no verlo. —acusó entre dientes—. Tan solo míralo, todo un dragón, imponente, apuesto, ojos violetas, elegante y creyéndose superior a todos.
— No es tan cruel como lo era tu hijo. —atacó sin prestarle atención a su mirada desdeñosa—. Yo no maté a vuestro querido Joffrey, jamás mataría a un niño. No soy esa clase de persona, no soy como padre.
— Cuida tus palabras Ravenna, soy tu padre. —intervino Tywin.
— ¿No fuiste tú quién dio la orden de matar a los hijos de Elia? —mencionó ladeando su cabeza—. Eran inocentes.
— Athos Targaryen. —susurró Jaime para sí mismo aún sin asimilar la noticia. Parecía ajeno a la discusión que se daba entre sus hermanas.
— Estamos hablando de mi hijo, lo que haya pasado con los niños de la puta Dorniense me da igual.
— ¿Sabes, hermana? Ese es tu problema. Te da igual lo que le suceda a los demás, pero cuando te sucede a ti demandas atención a gritos, pides justicia y casi quieres iniciar una guerra. Eso es absurdo y cansado. —se levantó de su asiento—. Así que a mi también me da igual lo que le haya pasado a vuestro hijo, porque cuando yo perdí a mi hija, mi única niña, nadie vino a mi diciendo que tendría justicia, por lo tanto has lo que quieras. Grita, ahogate en llanto, pero a mi hermano no lo vas a tocar. No voy a dejar que lo maten por un crimen que no cometió y ustedes lo saben. Oh, claro que lo saben, pero han deseado verlo morir que no piensan desaprovechar esta oportunidad.