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—Peter me dijo un poco más sobre su familia biológica.—Dijo Magda mientras que su hijo y Peter jugaban videojuegos en la sala. Natasha escuchaba expectante.—en nuestra más reciente sesión me contó que a él siempre le gustaban los libros de cómics, y que los niños en su escuela lo molestaban por eso.

Natasha suspiró y se tapó la boca con una mano. 

—Mi pobre niño... ha pasado por mucho...

—Pero mira el lado bueno—Magda sonrió y ambas miraron a los chicos.—, ahora está haciendo amigos que lo aprecian y aceptan por quien es.

—Magda, jamás podré agradecerte lo suficiente. A Peter le está ayudando mucho el que tus niños sean sus amigos...

—A mis niños también les ayuda que Peter sea su amigo. No se llevan bien con los demás niños en el vecindario o en su escuela. Y eso que no saben que son mutantes...—Magda suspiró.—pero me alegra que nuestros niños se lleven bien. Espero que siempre sea así.

—Yo también.—dijo Natasha con una amplia sonrisa.

—Mira, Nat...—Magda se aclaró la garganta.—normalmente cada año en nuestra casa hacemos una fiesta de Halloween, pero éste año no podremos porque... digamos... el hombre con el que estoy saliendo no le gustan las fiestas.—Natasha se estremeció. Se preguntó si debería contarle a Magda sobre la conversación que había escuchado entre Peter y Pietro.—pero aún así llevaré a Loraine y los trillizos a hacer dulce o truco. Peter puede unírsenos si quiere.

—Oh, éste será su primer Halloween desde que lo adopté...—Miró a Peter, quien sonreía emocionado mirando la pantalla del televisor ante su victoria, y luego miró a Magda.—hablaré con él, para ver si quiere disfrazarse éste año. Digo, ¿a qué niño no le gustaría una noche en la que puede comer todos los dulces que quiera?

Ambas mujeres rieron y cuando fue hora de que los Maximoff se fueran los Romanoffs se despidieron de manera amable y Natasha empezó a preparar la cena para ella y para Peter.

—Así que, Peter, cariño...—Natasha volteó a ver al niño después de poner los macarrones con queso en el horno. Peter estaba sentado en la mesa, leyendo un cómic. A pesar de que algunas veces le preguntaba a Natasha si podía ayudarla a cocinar, ella se negaba por miedo de que su niño se lastimara de alguna forma.—hablé con la señora Maximoff hoy, dijo que llevará a Loraine y los trillizos a pedir dulces en Halloween y tú puedes ir con ellos si quieres. ¿Qué te parece?

Los ojos de Peter brillaron con emoción.

—¿De verdad?—Preguntó mientras que se levantaba de la mesa e iba hacia Natasha. La mujer sonrió y asintió.—¿puedo disfrazarme e ir a pedir dulces?

—Uh... eso es lo que se hace en Halloween...

Las mejillas de Peter se sonrojaron ligeramente con vergüenza y él apartó la mirada.

—Bueno... es que... yo... nunca salí a pedir dulces antes.

Natasha lo miró muy sorprendida.

—¿En serio?—Preguntó agachándose a la altura de Peter.—¿cómo es eso posible? Tienes diez años...—Después de pensarlo un poco, Preguntó:—¿Acaso tu familia era de esos religiosos que están en contra del Halloween?

Peter negó.

—No es eso, es solo que mi tía nunca me dejaba pedir dulce o truco porque tenía miedo de que me pasara algo. Decía que en Halloween los locos salen y se llevan a los niños, y que hay quienes hay quienes ponen cosas malas en los dulces.

Natasha lo miró sorprendida, empezando a dudar si debería dejarlo salir a pedir dulces.

—Bueno...—se aclaró la garganta y se levantó.—Estoy... segura de que la señora Maximoff no dejará que eso pase. Además, yo estaré contigo y no dejaré de vigilarte en ningún momento.

—¿Entonces... puedo ir a pedir dulces?

Natasha asintió con una sonrisa y Peter saltó de emoción y se abrazó a la cintura de Natasha. La mujer rió y le acarició la cabeza al niño.

—Mañana cuando terminen tus clases con Tony te llevaré a que compres un disfraz. Te lo prometo.

Son Of The Widow [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora