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Peter rápidamente pasó de tener quince a tener dieciséis. Pasó un año en el que él se sentía solo incluso cuando estaba rodeado de su familia. Extrañaba a Harley, extrañaba escuchar la música de Dazzler con él mientras que fumaban y se pintaban las uñas, extrañaba cuando jugaban videojuegos, leían cómics y cuidaban de Morgan juntos, y odiaba el no poder llamarlo o intentar ponerse en contacto con él ya que lo invadía un sentimiento de culpabilidad y pena. Extrañaba a varios de sus amigos mutantes, y se odiaba por también extrañar a Pietro, quien, aunque no le gustara, siempre sería su primer amor.

Cumplió su promesa hacia Natasha de ya no ir a fiestas y pasó un año "sobrio", por así decirse, pero a pesar de que ya no iba a las alocadas fiestas de los X-Men, en las que se embriagaba tanto que despertaba con una horrible resaca, tenía un nuevo vicio: tenía relaciones que apenas duraban unas semanas con personas que no conocía muy bien, cuando iba a varias partes del mundo acompañando a su madre a misiones.

A ese punto Peter desconocía el tener una relación estable o que durara más de unas semanas, y el fondue casual con chicos y chicas a las que apenas conocía—pero que siempre tenían su consentimiento.—se había vuelto algo normal para él, especialmente cuando Natasha empezó a confiar en él lo suficiente como para volver a dejarlo ir a la mansión X, y Peter había vuelto a ir a fiestas, había empezado a ganarse el odio de los chicos que alguna vez fueron sus amigos cuando empezó a tener aventuras con la mayoría de las chicas de la mansión. Recordaba en específico una mañana en la que había tenido que salir corriendo de la mansión mientras que Scott lo perseguía con los rayos de sus ojos, tras haberlo encontrado con Jean.

Peter sentía que su vida se había vuelto monótona y aburrida, a pesar de que ponía una sonrisa estando con su familia ya nada le alegraba. Había perdido a su mejor amigo en el mundo y los que alguna vez habían sido sus amigos ahora lo odiaban. Ya todo le daba igual y nada le importaba. Lo más emocionante que le había pasado hasta ahora había sido unas semanas tras cumplir dieciséis, cuando tras un accidente en el laboratorio de Bruce había terminado haciendo un viaje por el multiverso, en el que conoció a varias versiones alternas de sí, a un chico el cual al parecer era su medio hermano y al terminó odiando, y a la chica más hermosa que había visto en su vida.

Peter estaba tan acostumbrado a estar rodeado de superhéroes, y tan hundido en aquella depresión suya, que pensaba que nada interesante pasaría en su vida.

Estaba equivocado.

Cuando él y Natasha fueron a la cabaña de Steve y Tony para poder cenar con ellos fueron recibidos por platos siendo rotos y sollozos viniendo de la habitación de Morgan. Peter rápidamente fue a ver que su hermanita estuviera bien mientras que Nat, entre confundida y enojada por aquel escándalo, fue hacia Steve y Tony. Mientes que Tony estaba rojo de furia, Steve se mostraba apenado y avergonzado.

—¡Dios mío, chicos! ¡¿Qué sucede?!—Exigió saber mirando a sus amigos. Steve y Tony la vieron y Tony, bufando enojado, se puso al lado de Natasha.

—Que te lo diga él—Dijo Stark mirando a Rogers.—, ¡vamos, Capitán! ¡Explícale! ¿O acaso se lo has escondido a ella también?

—Steve, ¿de qué está hablando?—Nat miró entre confundida y preocupada al rubio. Steve mantenía la mirada baja, cuando la levantó vio a Tony y a Nat con los ojos llenos de lágrimas y suspiró.

—Lo que pasa es que... mientras que Bucky fue el soldado del invierno, él...

—Él mató a mis padres.—Tony terminó en lugar de Steve hablando con frialdad. Natasha abrió los ojos con sorpresa y se tapó la boca con las manos, mirando a los dos.—¡Y él lo sabía!—Apuntó con un dedo acusador a Steve, para luego sollozar y verlo, él también lleno de lágrimas.—¡Lo sabías cuando me pediste que me casara contigo, cuando adoptamos a nuestra hija!

—¡Dios mío, Steve!—Natasha lo miró horrorizada.—¿Es cierto?

Bajando la mirada, Steve asintió.

—¡LLEVAMOS CASADOS CUATRO AÑOS, Y EN NINGUNO DE ESOS AÑOS PENSASTE EN DECIRME!—Steve miró sorprendido a Tony mientras que éste, fuertemente, lo tomaba del cuello de la camisa.—¡¿Como me pudiste hacer esto, Steve?!

—¿Chicos...?—Todos voltearon a ver a Peter, quien tenía los ojos llorosos y en sus brazos sostenía a la atemorizada Morgan.—¿Qué pasa?

Los tres vieron preocupados al chico.

—Pete, ve con Morgan y vean caricaturas o algo.—Dijo Nat acercándose a su hijo.—Por favor, dejen que los adultos hablen.

—Pero...

—Peter, ahora.

Peter suspiró y se fue junto con la pequeña Morgan, quien asustada se abrazaba a su hermano.





•••





—¿Tío Tony?—Peter preguntó nervioso mientras que entraba al laboratorio de Stark en la torre. Tony lo miró con una enorme sonrisa.—¿Por qué me pediste que viniera? ¿Y por qué dijiste que no podía decirle a mi mamá?

—Porque hay algo que quiero mostrarte Pete, y tienes que prometerme que será un secreto entre los dos.

Peter, nervioso, asintió y él y Tony entrelazaron meñiques formando aquella promesa. Tony fue hacia una mesa en la que había un maletín plateado, Peter, curioso, se acercó y cuando su tío abrió el maletín sintió el aire irse de sus pulmones: era un traje. Un traje de héroe. Rojo con negro y con un patrón de telarañas, idéntico al dibujo que Harley le había mostrado a Peter cuando éste cumplió trece años.

Peter miró a Tony con los ojos brillando de emoción.

—Tío Tony, ¿éste es...?

—Tu traje de héroe.—Tony puso una mano encima del hombro de Peter y lo apretó.—Lo hice especialmente para ti, Spider-Man.

Peter jadeó maravillado, sintiendo que su sueño de ser un héroe se volvía realidad. Abrazó fuertemente a Tony y éste rió.

—¡No puedo creerlo! ¡Esto es lo más cool que he visto en mi vida!—Dio pequeños saltitos de emoción. No recordaba la última vez que se había sentido tan feliz. Pero su felicidad rápidamente fue cambiada por preocupación y miró a Tony dudoso.—¿Mi mamá sabe que hiciste esto?

—Ella no exactamente lo sabe, pero, en cuanto vea al más reciente miembro de los Avengers en acción, estará convencida de que el dejarte ser un héroe será la mejor decisión.

Peter volvió a jadear y retrocedió. Se sentía en las nubes. Temía que en algún momento se desmayaría.

—¿El nuevo miembro de los Avengers? Tío Tony, ¿estás reclutándome?—Tony asintió con una sonrisa paternal, y Peter, chillando, lo abrazó fuertemente.—¡No puedo creer esto!—Sollozó.—¡Gracias, gracias, gracias! ¡Te quiero tanto, Tío Tony!

—Y yo a ti, niño.—Tony dijo revolviéndole el cabello a Peter. Pero luego lo tomó de los hombros y lo vio preocupado.—Mira, Pete, hay algo que debes saber: con todo lo que está pasando... éste desastre entre tu tío Steve, Bucky y yo...—Suspiró.—El equipo está separado en dos bandos, creo que una guerra civil se aproxima...—Peter se estremeció.—Y si es así, y tenemos que pelear contra nuestros propios amigos, quisiera que estuvieras de mi lado.

—¿De tu lado?—Peter lo miró ansioso.—¿Qué hay de mi mamá? ¿Está ella de tu lado?

—No tienes que preocuparte por Nat, me encargaré de que ella esté con nosotros.

Nosotros.

Peter tragó saliva.

—Tío Tony, por favor, dime la verdad: Si me pongo de tu lado... y peleo contigo en ésta guerra civil de la que hablas... ¿volveremos a ser una familia?—Eso era lo único que quería: que todo éste drama entre sus tíos se acabara y volvieran a ser la familia a la que Peter tanto adoraba.

—Lo siento, Pete, pero, no puedo asegurarte nada...

Peter tomó aire. Luego asintió, mirando a Tony y tomando una decisión.

—De acuerdo, Tío Tony, estoy de tu lado.

Tony sonrió, mirando orgulloso a Peter.

Son Of The Widow [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora