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—¿Estás seguro de que quieres hacer esto, Peter?—Preguntó Natasha mientras que arreglaba los listones de sus zapatillas de ballet.—Sé que el hacer ballet no es la cosa más masculina del mundo, y no me gustaría que te sintieras mal por la disforia...

—Estoy seguro, mamá.—Dijo Peter sonriente. Natasha todavía no se acostumbraba a que Peter la llamara "mamá", y cada vez que lo hacía, Nat sentía que el mundo era un lugar mejor.—Antes, yo iba a clases de ballet, y fue algo que siempre me gustó. Aprendí que es algo que pueden hacer tanto los chicos como las chicas ya que habían varios chicos mayores que yo en mi clase. Lo único que no me gustaba era usar un tutú.

Nat rió.

—No te preocupes, que yo seré la que use el tutú.

Cuando ambos ya estuvieron con la ropa adecuada para practicar ballet hicieron unos estiramientos y calentamientos antes de empezar. Natasha le explicó a Peter que no quería enseñarle ballet muy seguido ya que era un baile muy difícil, y que podría llegar a ser peligroso ya que ella recordaba el haberse lastimado mucho los pies durante sus prácticas. Peter estuvo de acuerdo.

Ella ayudó a Peter a hacer equilibrio poniéndose de puntillas. Le enseñó algunos de los pasos básicos y cómo extender sus brazos de manera adecuada.

De puntillas, Peter empezó a hacer vueltas por la pequeña sala del departamento, cuando de repente perdió el equilibro y se resbaló, cayendo sentado en el piso.

—¡Pete!—Natasha exclamó agachándose y ayudándolo a levantarse.—¿estás bien?

—Estoy mareado...—Dijo haciendo una mueca.—Creo que cambié de opinión sobre seguir con el ballet.

Natasha rió ligeramente y le acarició el cabello.

—¿Qué te parece si tomamos un descanso y cuando te sientas mejor vamos por un helado?

Peter sonrió.

—Me gusta como suena.

Son Of The Widow [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora