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Los bellos ojos verdes de Natasha pasaban del chico castaño a el del cabello plateado, su mirada brillando tanto con sorpresa como con furia y sus uñas pintadas de rojo clavándose en el marco de la puerta de la sala de karaoke.

Peter tenía su cara completamente roja, no sabía si era por la vergüenza que sentía, o por las sensaciones causadas por haber tenido el mejor beso de su vida hasta ahora.

—Mamá...—Peter jadeó. Natasha miró furiosa a Pietro y luego fue y tomó al más alto de los dos adolescentes de la oreja. 

—¡Au! ¡Espere, señora Romanoff!—Pietro se quejó mientras que Natasha lo llevaba tomado de la oreja.

—¡Mamá, espera!—Peter chilló siguiéndolos.—¡No es lo que crees! ¡Solo estábamos...!

—¡Cierra la boca, Peter!

Peter tragó saliva y se congeló, quedándose quieto mientras que observaba a Natasha llevar a Pietro—quien no paraba de quejarse de que le dolía la oreja.—hasta una de las mesas en la que estaba Magda, la madre de los Maximoffs, junto con Charles, el director del instituto Xavier, y un hombre alto, castaño y de mirada seria que Peter jamás había visto. Natasha, completamente furiosa, le dijo algo a los tres adultos, los cuales miraron sorprendidos a Pietro y apenados a Natasha, para luego irse, Peter supuso que junto con las hermanas de Pietro.

Natasha suspiró, poniendo una mano encima de la mejilla de Peter.

—Hablaremos cuando estemos en casa. Tú solo ve y disfruta de tu fiesta.

Pero Peter no pudo disfrutar del resto de la fiesta y puso una sonrisa falsa cuando sopló las velas de su pastel y abrió sus regalos, ya que se estaba muriendo de ansiedad en el interior.

En cuanto volvieron al departamento Natasha suspiró y Peter fue corriendo hacia su habitación, cerrando la puerta fuertemente detrás de él y poniéndole seguro.

—¡PETER CLINTON ROMANOFF!—Natasha gritó corriendo tras de su hijo y golpeando fuertemente la puerta.—¡¿Cómo te atreves a comportarte así?! ¡Abre la puerta en éste instante!

—¡TÚ DIJISTE QUE NO HABÍA PROBLEMA CON QUE ME GUSTARAN LOS CHICOS!—Peter gritó desde su habitación y Natasha se estremeció al escucharlo sollozar.

Natasha suspiró, cerró los ojos durante un momento intentando mantener la calma.

—Peter, no podría importarme menos si eres hetero, gay, bisexual o yo qué sé, pero eres mi hijo, y literalmente acabas de cumplir trece años. No me parece apropiado que tengas novio.

—¡¿Te parecería apropiado si fuera Pietro una chica?! ¡¿O si yo fuera una chica?!

Natasha jadeó sorprendida, y empezando a sentir que su ira se encendía. 

—¡No te atrevas a hacerme esto, Peter!—Gritó.—¡No te atrevas a acusarme de homofóbica solo por querer proteger a mi hijo de trece años! ¡¿Crees que esto es fácil para mí, Peter?! ¡Quiero que seas feliz, pero las cosas que te traigan felicidad no siempre también te traerán seguridad!—Peter volvió a sollozar desde su habitación.—¡Por favor entiende, Peter, que solo quiero protegerte!—Natasha sintió las lágrimas empezando a llegar a sus ojos. Su voz empezaba a quebrarse.—Ya es suficiente con que la gente te vea raro cuando estamos en publico la notar tus rasgos femeninos. Y has estado ahí cuando hemos ido a algún lugar en público con Tony, Steve y Morgan y alguien les grita una grosería por ser una pareja de dos hombros con una hija, o cuando en los noticieros los acusan de no ser capaces de criar a una niña porque son dos hombres.—Apoyó su mejilla contra la madera de la puerta.—Peter, durante toda tu vida antes de que te adoptara la gente te ha discriminado y atacado por ser trans, no quiero ni imaginarme lo que te harían si te vieran en la calle tomado de las manos con otro chico o en una cita.

Son Of The Widow [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora