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—Así que... ¿Pietro y tú están juntos otra vez?—Preguntó Harley sin ocultar su preocupación en su voz.

—Sí.—Dijo Peter suspirando embelesado.—Estoy muy feliz, Harls. Pero por favor no le digas a nadie. Pietro y yo acordamos que por el momento lo mantendremos en secreto.

Harley suspiró.

—De acuerdo.—Él y Peter hicieron una promesa de meñique.—Solo estoy preocupado por ti, estuviste muy deprimido después de que terminaron, ¿seguro que quieres volver con él?

—Sí, Harls, confía en mí.—Le sonrió.

Harley suspiró y asintió. Quería decir que no estaba de acuerdo con que Peter y Pietro volvieran a estar juntos, pero no quería empezar una pelea con Peter, quien parecía muy feliz de volver a estar con el mutante.

La siguiente vez que Peter fue a la mansión X desde que él y Pietro empezaron de nuevo su relación estaba nervioso, pero emocionado al mismo tiempo. Pietro le había dicho que ya que Charles y Erik se irían a un viaje importante con los demás maestros y dejarían a cargo a Scott, quien era el líder del equipo de los X-Men en entrenamiento, pero lo que los adultos—incluyendo la madre de Peter—no sabían era que los jóvenes X-Men tenían planeado hacer una fiesta durante la ausencia de los adultos.

Peter entró a la cocina junto con Pietro y abrió los ojos con sorpresa al ver a Lorna sentada encima de los hombros de Wanda para alcanzar a abrir con una llave una gaveta que estaba muy arriba.

—¡¿Porqué tengo que cargarte?!—Wanda exclamó gruñendo mientras que su hermana intentaba alcanzar a meter la llave en el cerrojo.—¡Que yo recuerde uno de tus poderes es volar!

—¡Sabes que todavía no lo controlo bien!—Lorna bufó.

—¿Qué intentan hacer?—Preguntó Peter viendo a Pietro confundido.

—Abrir la gaveta en donde Raven y mi papá guardan el alcohol.—Peter lo miró sorprendido, y se estremeció un poco, al darse cuenta de que estaría en una fiesta de adolescentes, como en las películas, con alcohol incluido. Luego a Pietro pareció llegarle una idea, ya que miró a Peter con una enorme sonrisa.—¡Tú puedes ayudarnos!

—¿Qué?—Peter preguntó sin entender.

—Puedes trepar las paredes, ¿no? Solo pégate a la superficie y trepa hasta llegar y podrás abrirlo para nosotros.—Dijo Pietro rodeando los hombros de Peter con un brazo.—¿Por favor, amorcito?

Peter se sonrojó.

—Eh... sabes que mi mamá no quiere que sea un héroe, así que no he practicado con mis poderes, y casi no los uso, así que...

La verdad era que estaba mintiendo, a pesar de que Natasha no quería que Peter fuera un héroe lo dejaba entrenar con sus poderes para que pudiera usarlos en el caso de una emergencia. Peter estaba tan acostumbrado a sus poderes que no podía diferenciar el estar parado en el suelo que el estar parado en una pared o en el techo. No se sentiría cómodo siendo él, un adolescente de trece, quien consiguiera el alcohol para aquella fiesta.

—Por favoooor~.—Pietro suplico haciendo ojos de perrito.—Incluso si te caes del techo yo te atraparé con lo rápido que soy, mi arañita.—Lo último lo dijo hablando en Sokoviano, lo cual hizo que el corazón de Peter diera un vuelco.

Peter suspiró, y después de que Lorna tras bajarse de los hombros de Wanda le diera la llave, suspiró y, sintiéndose nervioso, se pegó a una pared de la cocina y trepó por la alacena, hasta llegar a la parte que estaba muy arriba y que tenía cerrojo. Abrió la gaveta con la llave y luego dejó caer la llave para que Pietro la atrapara. Sacó las primeras dos botellas que vio, e impulsándose con sus talones, saltó, dio una voltereta hacia atrás en el aire y aterrizó en la isla de la cocina. Los trillizos Maximoff lo vieron asombraos ante tal acrobacia, y aplaudieron. Peter rió nervioso y con ayuda de Pietro se bajó y le dio a su novio ambas botellas.





Son Of The Widow [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora